Podemos pone el foco en el voto rural
El partido envía una caravana por pequeños municipios para mejorar su imagen
Podemos ha puesto el foco en una de sus principales debilidades electorales: el voto rural, un ámbito donde el partido de Pablo Iglesias provoca más rechazo que ninguna otra formación, según los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y el terreno en el que pierde con más claridad su disputa con el PSOE. Podemos detecta, sobre todo, un problema de imagen, incluso de miedo, y, para tratar de mitigarlo, el partido ha desplegado una caravana que durante unas tres semanas recorrerá pequeños municipios y unas jornadas con las que aproximarse al mundo rural.
El PP y Podemos están a la cabeza en el rechazo que generan para una parte del electorado, algo que coincide con que los ciudadanos les sitúan en los extremos de la escala ideológica. Hasta un 38,8% de los españoles asegura que con toda seguridad no votaría nunca al PP, según el último barómetro poselectoral del CIS, un porcentaje que es del 34,6% en el caso de Podemos. Pero la mayor cifra de rechazo la obtiene el partido de Iglesias en pueblos de menos de 2.000 habitantes: quienes declaran que nunca lo votarían se elevan hasta el 43,8%.
En el terreno rural, Podemos tiene además perdida —de momento— la batalla con el PSOE: los socialistas sacan más de 15 puntos en voto al nuevo partido en los municipios de menos de 10.000 habitantes. A cambio, en las grandes ciudades (de un millón de habitantes) su sorpasso al PSOE es de casi tres puntos.
En Podemos son perfectamente conscientes de ese agujero rural. “Es muy interesante ver cómo reacciona la gente con la caravana; muchos creían que los de Podemos teníamos rabo y cuernos” explica Ariel Jerez, coordinador de la caravana rural. ¿A qué responde ese rechazo? El politólogo alude a que los procesos de modernización política comienzan en las zonas urbanas y tardan en llegar a las rurales debido al mayor conservadurismo cultural y envejecimiento de la población, y también a un fenómeno político: “Es llamativo que en el mundo rural siga existiendo miedo a significarse. Todavía hay un control clientelar de los alcaldes de turno”, critica.
El partido cree que podría salvar parte de esos obstáculos con el envío de las papeletas electorales a domicilio hasta el último pueblo, y no solo de forma limitada. “En pequeñas poblaciones donde pudimos tener mailing detectamos un diferencial de apoyo del 8% y el 9%”, indica Jerez. Pero Podemos, que se financia con microcréditos, no dispone de presupuesto para un reparto de correo general. La caravana rural es, de hecho, una “prueba piloto” financiada con recursos del Parlamento Europeo que no podrán desplegar durante la campaña porque son fondos prohibidos para fines electorales. La iniciativa busca la cercanía. “No hacemos mítines, sino espacios de interacción y diálogo”, dice el dirigente.
Podemos lleva por los pueblos un mensaje de soberanía alimentaria y “de democratización, en el sentido de hacer cumplir la ley y limitar los abusos de los cargos públicos”
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