El independentismo sigue en caída libre en Euskadi hasta el 24%
Los que tienen grandes deseos de independencia eran el 30% en julio y el 37% hace solo dos años
El independentismo sigue desplomándose en Euskadi. El último sondeo de la Universidad del País Vasco (UPV), el Euskobarómetro, publicado este viernes, refleja que los ciudadanos que tienen poco o ningún deseo de independencia representan ya el 63%, frente al 55% de la anterior oleada en julio de 2015. Quienes tienen grandes deseos de independencia pasan del 30% del año pasado al 24%.
Solo desde 2013, este último grupo ha mermado desde el 37% hasta el 24% y eso que entre 2000 (también tenía un respaldo del 37%) y 2008 el exlehendakari Juan José Ibarretxe lideró el desafío independentista en Euskadi que desembocó en el primer Gobierno no nacionalista en 30 años. El actual presidente del Congreso, el socialista Patxi López, gobernó Euskadi con apoyo del PP hasta 2012, año en el que un PNV más autonomista volvió a tomar las riendas del Ejecutivo. Iñigo Urkullu defiende una actualización del autogobierno y una relación bilateral con España.
El sondeo ha sido elaborado por el equipo de investigación de la UPV/EHU, dirigido por Francisco José Llera, tras realizar 600 entrevistas a domicilio —mediante cuestionario estructurado— entre el 19 y el 31 de enero de 2016.
Entre quienes tienen grandes deseos de independencia, se encuentra la gran mayoría los votantes de EH Bildu (79% frente al 83% de 2015) y la mayoría de los nacionalistas (50%), en general, y en menor medida del PNV (27%). Frente a ellos, el grupo del 63% de quienes manifiesta tener pocos (22%) o ningún deseo de independencia (41%) están, sobre todo, los no nacionalistas (80% frente al 69% anterior) y los votantes de los partidos autonomistas (más de nueve de cada 10), pero también la mayoría de los votantes del PNV (61%, dos puntos más), de Podemos (67% frente al 57% anterior) y de los abstencionistas (65% frente al 58% de julio pasado).
Pero si el sentimiento independentista sigue cayendo y se sitúa en el 24%, es todavía menor el número de quienes defienden la independencia de España como alternativa para fijar un modelo de Estado. Del 25% anterior que optaba por esta vía, en la actual oleada ha bajado al 23%, frente a quienes defienden el federalismo, un 34%; o la autonomía, un 32%; el centralismo un 6%; y el 5% de quienes no saben no contestan. Entre quienes defienden un estado independiente los votantes de EH Bildu son mayoría con un 87%, pero también lo hace el 20% de los de Podemos y en mismo porcentaje del PNV.
Malos resultados en diciembre
Todos los indicadores relacionados con la independencia se diluyen poco a poco, aunque en enero todavía Arnaldo Otegi no había salido de la cárcel para tomar las riendas de la izquierda abertzale, que en las elecciones generales de diciembre obtuvo unos muy malos resultados al perder cuatro escaños en el Congreso de los Diputados de los seis que tuvo en la anterior legislatura. En la hipótesis de una Euskadi independiente, el 22% cree que se viviría mejor en Euskadi, cinco puntos menos que en julio pasado frente al 35% (29% en 2015) de quienes están convencidos de que las condiciones de vida serían peores.
El 76% de la ciudadanía vasca, siete puntos más que en julio de 2015, sigue mostrándose relativamente satisfecha con el estatuto de autonomía mientras que los insatisfechos no llegan a uno de cada cinco (16%).
Fidelidad de voto en el 20-D
Los 316.000 votos de Podemos provienen de un amplio espectro de abstencionistas (16%), exvotantes de IU (13%), Amaiur (20%), socialistas (14%), PNV (7%) y nuevos votantes (6%), sobre todo.
Los 301.000 votos del PNV (a pesar de perder unos 20.000) provienen, además de su propio voto anterior (87%), de todo el espectro político, sin poder compensar del todo los que pierde, sobre todo, hacia la abstención y el resto de partidos.
Los 183.000 votos de EHB, con un saldo negativo de alrededor de unos 100.000 votos que pierde con respecto a su voto de 2011 (más de un tercio de su electorado), provienen de su propio voto anterior (89%) y del resto de opciones, que no compensan los votos que cede a la abstención, a Podemos (32%) y al PNV.
Los 161.000 votos del PSE-EE (tras perder más de 90.000 votos) provienen, además de su propio voto anterior (92%), del PP, sin poder compensar los que pierde, sobre todo, hacia Podemos (28%) o la abstención. Los 141.000 votos del PP (tras perder unos 30.000) provienen, además de su propio voto anterior (88%), del PNV, no pudiendo compensar los que cede a la abstención, el PSE-EE, el PNV, C’s o Podemos.
Los casi 50.000 votos obtenidos por C’s provendrían de la abstención (33%), del PP, del PNV y de los nuevos votantes. Los 35.000 votos de IU provienen en un 54% de su propio electorado anterior y del PSE-EE, que, en cualquier caso, no pueden compensar los que pierden hacia Podemos (70%) y la abstención.
Por otra parte, los 65.000 nuevos electores optan en su mayoría por Podemos (41%) y la abstención (alrededor del 27%), además del PNV y C’s, sobre todo. Finalmente, la abstención se nutre de votantes de todos los partidos, además de los abstencionistas anteriores (55%).
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