“Me dijeron que mi hijo había muerto”
Un juez paraliza la adopción de un bebé que su supuesto padre reclama tras creer que falleció en el parto
Álvaro Area pasó del desconsuelo a la felicidad en apenas unos segundos. Un trabajador social, según cuenta, le telefoneó a principios del pasado enero para contarle que su hijo estaba vivo. "En ese momento, me quedé totalmente paralizado. De la emoción, me puse tan nervioso...", recuerda con voz entrecortada este militar gallego de 26 años, que creía que el bebé había fallecido en el parto, apenas unos días antes de la llamada: "Como me dijo mi expareja". Pero el pequeño, nacido el 31 de diciembre de 2015 en el hospital de Los Arcos (Murcia), se encontraba bien. Y la madre lo había entregado en adopción. "En cuanto lo supe, contacté con un abogado", remacha Area, que ha reclamado la custodia y ha conseguido que una magistrada paralice la entrega del niño a una familia.
La responsable del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de San Javier (Murcia) ha ordenado, a través de un auto fechado el 23 de febrebro y al que tuvo acceso EL PAÍS, que se adopten de forma urgente las medidas cautelares necesarias para suspender la adopción. Según recalca la juez, existen suficientes indicios de que Area es el padre biológico del recién nacido pese a que la madre afirmó que no sabía si el bebé es hijo del militar gallego o de su actual pareja —a nombre del cual lo inscribió en el registro civil—.
"El demandante aporta whatsapps [que indicarían] que ambos mantuvieron una relación íntima y que además estaban esperando un bebé", subraya la instructora en el auto, que añade que la mujer negó la autoría de los mensajes, aunque Area también entrega una serie de fotografías "de ambos en poses afectuosas, con ella embarazada"; y una grabación donde la madre comunica al supuesto padre que ha perdido el bebé, "que se lo han provocado", y donde "se escucha a Álvaro incrédulo ante los argumentos de la demandada y preocupado por la vida de su presunto hijo".
Unos documentos que resultan, ahora, fundamentales en la pelea judicial, ya que gira en torno a demostrar que el gallego es el progenitor del niño. De hecho, tras un acuerdo del Juzgado, a principios de marzo se tomaron las muestras para hacer las pruebas de paternidad. "Esperamos obtener los resultados lo antes posible. Nos han dicho que será en cosa de un mes", relata el militar, que subraya que le han informado de que tendrá que abonar las costas de estos test: "Unos 700 euros. Y después, en su caso, reclamar las costas".
"Era un niño deseado"
Area conoció a la madre de su supuesto hijo en 2011. Cuatro años después iniciaron una relación de pareja. El militar, que se iba de maniobras fuera de Torre Pacheco (Murcia) durante la semana, volvía los sábados y domingos. También regresaba para pasar periodos más largos: de unos 20 días. Hasta que, en septiembre del pasado año, se trasladó definitivamente a Murcia tras pedir una comisión de servicios. "Entonces, empezó a rechazarme. Y a las pocas semanas me echó de casa", detalla el joven gallego.
"Al principio era un niño deseado por los dos. Pero, tras separarnos, me dijo que no quería seguir con el embarazo", continúa inmediatamente el supuesto padre biológico del pequeño, que se encuentra actualmente tutelado por la comunidad autónoma en un centro de menores de Cartagena. La madre, tras darlo en adopción, también pidió después a la juez su custodia. Aseguró que se arrepentía de haberlo entregado y que lo hizo porque estaba deprimida y porque pensó "que no podría darle un futuro a su hijo".
Pero el niño, por ahora, sigue en manos de la comunidad autónoma. Y, pese a la oposición de Álvaro Area, la magistrada ordenó en su auto a la Dirección General de Familia que entregue el bebé a la expareja del militar "cuando lo consideren necesario" y "atendiendo siempre al interés principal del menor". "No se ha acreditado que [de volver con la madre] pueda encontrarse en una situación de peligro”, subraya la juez. Una decisión que ya ha recurrido el abogado del gallego, que ya piensa en un futuro junto a su "hijo": "Barajo volverme a Galicia, donde está mi familia".
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