“No hay una sola prueba contra mí, pero defender a un político no vende”
Entrevista a la exalcaldesa de Jerez Pilar Sánchez dos días antes de su ingreso en prisión
Dos días antes de ingresar en prisión, el pasado 28 de enero, la exalcaldesa de Jerez Pilar Sánchez (Ceuta, 1957) clamaba por su inocencia con los ojos enrojecidos. El Tribunal Supremo le condenó a cuatro años y medio de prisión por malversación, falsedad y prevaricación al conceder una subvención irregular a una empresa en el caso PTA y la sentencia se ha ejecutado el pasado viernes tras el rechazo al recurso de súplica. El Supremo censuró que Sánchez influyera sobre el funcionario competente para que tratase “con cariño” a la empresa, le presionara para que cambiara el informe que perjudicaba a la firma, y que finalmente este se manipulara y se sustituyera por otro firmado por un capataz sin cualificación. La exregidora entre 2005 y 2011 denuncia que los magistrados la condenaron sin pruebas, solo con indicios, y repite que su intervención en la concesión de los 244.000 euros fue irrelevante.
Sánchez ha seguido los pasos de su predecesor Pedro Pacheco (Partido Andalucista) y la quinta ciudad andaluza por población ya acumula dos exalcaldes encarcelados y una tercera, María José García Pelayo (PP), investigada por el Tribunal Supremo por la rama jerezana de la trama Gürtel. Sánchez salió absuelta de tres procesos anteriores y el último que tenía pendiente la ha llevado a prisión.
Pregunta. ¿Qué ha pasado con Jerez? ¿Es una casualidad tener a tres alcaldes señalados por la justicia?
Respuesta. No sé darle una respuesta. No sé si es un cúmulo de casualidades. Por cada asunto investigado he tenido una denuncia de un partido, tanto de Pacheco como de Pelayo. Ha habido unos juzgados de instrucción que han entrado a todos los trapos y han visto que merecía la pena analizarlos todos.
Si a mí me hubiera pasado lo que a Pelayo, adjudicar un contrato por vía de urgencia a tres empresas de la misma firma, y grabando los datos tres meses después de la adjudicación… yo no estaría hoy contándole esto a usted, llevaría unos cuantos años en la cárcel. Y se denunció en 2007. Imagínese.
P. ¿Hubo revanchismo político?
R. Tengo muy claro que el PP ordenó revisar todo con lupa por si había algo que no pasara la prueba del algodón. Solo encontraron el tema del Plan E y el caso PTA, en el que se le aminoró el precio de un terreno a una empresa que quería invertir ocho millones de euros en el parque tecnológico. Pero no se le dio ningún dinero. Y por cierto, la empresa ha devuelto la parcela. (…) El año pasado en la Operación Edu mi nombre dio la vuelta a España en todos los telediarios y fui el rostro de los cursos de formación. Ese caso se cerró a los dos meses con un auto diciendo que yo no tenía nada que ver con los hechos. Se me condenó por ser alcaldesa y eso es lo que no puede ser. Nadie me pidió disculpas.
P. Una plantilla de 3.000 trabajadores, 1.000 millones de deuda, más del 70% de los empleados municipales en el Ayuntamiento de Jerez accedieron al cargo sin opositar. Parece un Consistorio con aparejos de cortijo.
R. Solo puedo decirle que cuando llegué al Ayuntamiento en 2005 ya tenía retenida la Participación de los Impuestos del Estado (PIE) porque no se pagaba desde hacía varios años. Una plantilla de 3.100 trabajadores sin oposición, una deuda de 500 millones y deuda sin reconocer en los cajones. Una situación caótica.
P. ¿Se verá perjudicada la fama de la ciudad por la condena de sus máximos dirigentes?
R. Claro que sí, lo que pasa es que la memoria es corta y la ciudad es muy potente. No ha sido justo. El circo del otro día de un alcalde y otras dos alcaldesas declarando juntos en los juzgados se podría haber evitado porque no aportamos nada. Me pareció cuando menos imprudente.
P. ¿A qué achaca su condena?
R. Al momento de sangre y arena, del circo romano. Soy una presa fácil. En temas absolutamente administrativos me he encontrado juzgada en el ámbito penal. Es tremendo. Ha habido ganas y facilidad para hacer polvo a una persona. No sé si alguien quiere hacer carrera a mi costa, para mí ha sido una decepción y un suplicio que no le deseo a nadie. No hay una sola prueba contra mí, lo que pasa es que defender a un político ahora no vende.
P. Pero hay dos tribunales que ven esos indicios suficientes para condenarle.
R. Y yo le digo que no son suficientes. El Supremo no ha respondido mis alegaciones ¿Por qué se me acusa por un correo que no me mandaron a mí? El de Fomento recibió el mismo correo que yo y que yo no abrí… Yo firmé un documento que venía con el visto bueno de la interventora y del secretario… ellos firmaron exactamente lo mismo que yo y no están imputados. Ni un testigo ha dicho que yo lo presioné.
P. ¿No existió entonces su llamada al técnico para pedirle que le “diera cariño” a la empresa beneficiada?
R. Yo no sé si existió porque fue hace un montón de años y es la palabra de una persona contra la mía. Pero en cualquier caso… ¿usted cree que eso es para llevar a una persona a la cárcel? Y a ese mismo técnico se le preguntó a quién vio, y respondió que a Mari Paz Cañero, la secretaria de Pacheco. No pudo dar ni un solo dato. Y con esa frase para que se trate con cariño una empresa que viene a invertir a la ciudad con más paro de toda España, a invertir y crear puestos de trabajo… ¿Qué alcalde no tiene interés?
P. El problema es que esa misma empresa mencionada en la llamada termina ganando por un informe que hace un capataz sin categoría ¿Fue una casualidad?
R. Eso no tiene nada que ver conmigo. Ese testigo dice que yo no lo presioné. Ya en el juicio se ve que hubo una valoración inicial de 20 puntos y luego amplió el objeto social y obtuvo otra calificación de 40 puntos. Pero eso ni siquiera lo sabía.
P. ¿Por qué el informe final no lo firmó el técnico original designado?
R. Él estaba muy cabreado con su delegada jefa. Ese técnico admitió que se pudo equivocar en su dictamen. Al final él hizo el informe pero no quiso firmarlo, y la delegada mandó buscar un técnico para firmar el informe.
P. Es muy poco rigurosa esa elección de personal no cualificado, ¿no le parece?
R. La concejal llevaba solo un mes. No voy a juzgarla. Yo me enteré por la prensa que un capataz había firmado el informe y la llamé para preguntarle si era verdad. Y me dijo que ella no sabía, que llevaba allí cuatro días y que desconocía su categoría. Ella tampoco se ha llevado nada… en cualquier caso sería motivo de un contencioso y de una anulación de la resolución, pero nunca para una sentencia de cuatro años.
P. ¿Entiende que los jueces vean malversación?
R. No. Porque allí no falta dinero. Ese suelo está vacío ahora. La empresa pagó 500.000 euros por el suelo y no hay un daño real a nada ni a nadie. En cualquier caso, a mí me pasaron un informe que firmé con los vistos buenos de interventor y secretaria. En el juicio quedó claro que yo no presioné a nadie. La propia sentencia dice que no hay pruebas en mi contra, solo frágiles indicios.
P. ¿Comprende usted que la ciudadanía sospeche que hay contraprestaciones a los políticos después de que ciertos empresarios sean beneficiados?
R. Claro. Entiendo que con la de corruptos que hay y la que está cayendo en este país, lógicamente la opinión pública se indigna. Pero te ponen un cartel por político y debemos cuidar todo. Voy a ir a la cárcel sin haber hecho nada, sin una sola prueba y sin una sola persona que haya visto una sola regularidad.
P. La sentencia del caso PTA subraya: “fue exclusivamente la voluntad personal de la alcaldesa, y su deseo imperioso de adjudicar a la empresa TISA la subvención máxima”.
R. Lo califico de percepciones erróneas. No hay ni una prueba. Absolutamente ninguna. Si lo digo que no lo he hecho, y sé que no lo he hecho, por mucho que usted piense algo en su mente calenturienta, yo seguiré diciendo mi verdad, que no lo he hecho. Usted puede inventar una película y tiene el poder para hacerlo. Pero desde luego no hay ninguna prueba. Le invito a que escuche el juicio, que es público.
P. ¿Se ha visto respaldada por el PSOE andaluz?
R. Entiendo que ante la ciudadanía indignada, los partidos se asusten y pongan cortafuegos para no resultar afectados. Desde el primer momento renuncié a mi militancia y le quité el problema al partido. Yo tenía derecho a defenderme en condiciones y por eso me separé de la política y me dediqué a mi trabajo. Ya más no me pueden hacer, esto es el final. Confío en el Tribunal Constitucional vea que se ha vulnerado mi presunción de inocencia y acabará la pesadilla. Y si no, pues cumpliré la condena y ahí también acabará mi pesadilla. Estoy escribiendo un libro donde cuento las tripas de toda mi trayectoria política.
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