Alejandro Muñoz-Alonso, un ejemplo de servicio a España
Político, docente y periodística, fue sin duda uno de los grandes especialistas en política exterior y defensa
Hoy rindo homenaje a Alejandro Muñoz-Alonso, un buen compañero del Partido Popular que nos dejaba el pasado domingo. Con él comparto no solo haber nacido ambos en Salamanca, sino una vocación política común y nuestro interés preferente por la política exterior y la seguridad.
Tuve la suerte de coincidir con él en la Cámara alta en la VIII Legislatura. Aprendí mucho de este veterano parlamentario que nos deja ahora a los 82 años, dejando atrás una larga carrera profesional, pero sobre todo un dignísimo recorrido humano, intelectual y político.
Este hombre de letras nació en Salamanca un 11 de enero 1934. Y estudió en las Universidades de Salamanca y Madrid, llegando a doctorarse en Derecho y Ciencias Políticas. Precisamente por ser conocedor y especialista de la Ciencia Política es como llegó a ocupar la secretaría de la Revista de Estudios Políticos, puesto al que dedicó nueve años de su vida.
Al hilo de su profesión, Alejandro tuvo la oportunidad de ejercer como profesor en el Centro de Estudios Universitarios de Madrid. Además, ocupó diversos cargos relacionados con el mundo de la información, siempre en la búsqueda del rigor y la excelencia. En 1970 fue nombrado subdirector general de Información; en 1972, director del Instituto de la Opinión Pública, y en 1974, subdirector general de Planificación y Estructura Social en diferentes Gobiernos.
En su dedicación a la transmisión del conocimiento cabe destacar su etapa como profesor adjunto de la Universidad Complutense de Madrid y como catedrático de Opinión Pública en la Facultad de Ciencias de la Información y catedrático emérito en la Universidad San Pablo-CEU. Invirtió largos años de su vida a la actividad docente hasta que, en 1989, fue elegido diputado nacional. A partir de este momento, toda la energía desplegada en el mundo académico la trasladó a la arena política, su otra gran pasión, que mantuvo hasta el final de sus días.
Alejandro fue parlamentario electo del Partido Popular a lo largo de siete legislaturas. Elegido diputado por primera vez por Salamanca en 1989 y reelegido en 1993 y 1996, año en que fue nombrado presidente de la Comisión de Defensa del Congreso. Durante los años posteriores, se implicaría a fondo para lograr la plena profesionalización de las Fuerzas Armadas, objetivo que persiguió desde la presidencia de la ponencia de la Comisión Mixta Congreso-Senado constituida al efecto.
Tras su paso por el Congreso de los Diputados, en las elecciones de marzo de 2000 fue elegido senador del PP por Madrid, legislatura en la cual presidió también la Comisión de Defensa de la Cámara alta, donde fue vicepresidente segundo y portavoz del Grupo Popular en las comisiones de Defensa y Exteriores, hasta completar 15 años en el Senado.
La vida de Alejandro ha sido un ejemplo de servicio a nuestro país desde su vocación política, docente y periodística. En esta última faceta fue fundador de la revista Estudios de Información y vicepresidente del Grupo 16, colaborando activamente en la revista Cambio 16 y el diario Abc.
Su inquietud por el conocimiento le llevó a publicar libros sobre terrorismo, análisis político y electoral y comunicación política como La aritmética de la libertad (1975), Las elecciones del cambio (1984), El fracaso del nacionalismo (2000) y España en primer plano: ocho años de política exterior, 1996-2004 (2007).
Era sin duda uno de los grandes especialistas en política exterior y defensa. Un gran parlamentario al que por su rigor intelectual, su trayectoria intachable y su capacidad de acuerdo echaremos de menos especialmente en este convulso momento político.
Ignacio Cosidó, director general de la Policía y exsenador.
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