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Putin deja en el limbo al primer satélite español de observación

El presidente ruso suspende los lanzamientos con el cohete Dnieper por la crisis de Ucrania

Miguel González
Imagen del satélite español Paz.
Imagen del satélite español Paz.Hisdesat

Hace al menos un año que Paz, el primer satélite español de observación, debería estar orbitando a 514 kilómetros de la Tierra, pero sigue almacenado en un hangar por las tensiones derivadas del conflicto entre Rusia y Ucrania. Tras varios retrasos, la puntilla la dio el pasado día 16 el jefe de la Fuerza de Misiles Estratégicos rusa, quien reveló un decreto secreto del presidente Vladimir Putin por el que se suspenden todos los lanzamientos del cohete Dnieper, lanzador del Paz.

En septiembre de 2013, los ministerios de Defensa e Industria anunciaban exultantes la finalización de los trabajos de integración del satélite Paz que, según sus palabras, convertirían a España en “un jugador de primera división en el concierto espacial europeo”. El Paz, cuyo coste asciende a unos 160 millones de euros, formaba parte del Programa Nacional de Observación de la Tierra (PNOT), lanzado en 2007, que se completará con el satélite óptico Ingenio, aún en fabricación.

El Paz, cuya construcción se encargó a Astrium Casa Espacio (la actual Airbus Defence & Space), dará 15 vueltas diarias a la tierra y cubrirá un área de más de 300.000 kilómetros cuadrados con un Radar de Apertura Sintética (SAR) en banda X que le permite tomar 100 imágenes, tanto nocturnas como diurnas, sin importar las conciones meteorológicas.

Después de superar algunos percances, la integración del satélite se completó en septiembre de 2013 y, tras la realización de unas pruebas en Alemania, se puso en cola para el lanzamiento. Hisdesat —empresa española de servicios gubernamentales por satélite que es propietaria, operadora y explotadora del Paz— firmó un contrato con la compañía rusa Kosmotras para su lanzamiento en un cohete Dnieper desde el cosmódromo de Yasni, en el sur de Rusia, junto a la frontera con Kazajistán.

El viaje frustrado de Paz al espacio

El satélite Paz está acabado desde finales de 2013. Hisdesat firmó un acuerdo con Kosmotras para su lanzamiento desde el cosmódromo ruso de Yasni en un cohete Dnieper.

En agosto pasado, Hisdesat tuvo que firmar un nuevo contrato con Rosoboronexport. La última fecha que se dio para su lanzamiento era diciembre de 2015. Un alto mando ruso ha revelado que Putin ordenó en abril pasado suspender todos los lanzamientos con Dnieper por la crisis con Ucrania.

En agosto pasado, Hisdesat —cuyo 30% pertenece a Isdefe, propiedad del Ministerio de Defensa, y el resto está en manos privadas— tuvo que firmar un nuevo contrato con Rosoboronexport para resolver los problemas burocráticos con las autoridades rusas, que alegaban que el Paz no era un satélite comercial sino de doble uso, civil y militar. Entre las capacidades de estos satélites figuran misiones militares y policiales, pero también control del tráfico marítimo o vertidos contaminantes.

 Solventados estos problemas, el Paz estaba ya el primero en la pista de lanzamiento, con una previsión que apuntaba a este mes de diciembre, cuando el general ruso Sergei Karakaev anunció la suspensión de los lanzamientos con el cohete Dnieper. El argumento es que este lanzador se basa en el misil balístico soviético SS-18 desarrollado en Ucrania, que mantiene una guerra no declarada con Moscú por su apoyo a las regiones separatistas del este del país. Lo más sorprendente es que el decreto de Putin llevaba fecha del pasado 15 de abril, pero nadie había revelado su existencia.

La suspensión del lanzamiento deja en el limbo uno de los proyectos más importantes de la industria aeroespacial española. La vida operativa del satélite se estima en unos siete años, a partir de su lanzamiento, pero el rápido avance de la tecnología conlleva el riesgo de que se quede obsoleto mucho antes. Además, mientras no se produzca la puesta en órbita, no pueden concretarse los contratos que Hisdesat ha negociado con varios Gobiernos extranjeros para comercializar parte de la carga del Paz, que debe integrarse en una constelación con satélites gemelos de Airbus.

Fuentes del sector estiman que los más interesados en buscar una solución son los rusos, ya que la prohibición les deja fuera de un mercado en rápido crecimiento donde hay otros competidores, aunque sean más caros.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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