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Garzón apela al voto andaluz en su tierra: “Levantaos contra la oligarquía”

El candidato de Unidad Popular busca el voto en Málaga, donde logró su escaño

Elsa García de Blas
Alberto Garzón, con su padre, en Rincón de la Victoria (Málaga).
Alberto Garzón, con su padre, en Rincón de la Victoria (Málaga). Garcia-Santos (El Pais)

La recta final de campaña la ha dedicado el candidato de Unidad Popular- Izquierda Unida a Andalucía, una de las plazas clave de la coalición, donde busca revalidar los dos diputados que logró en 2011 y que podrían asegurar ese grupo parlamentario que pende de un hilo. En Málaga, la tierra donde creció, Alberto Garzón se lanzó ayer a por el voto andaluz, apelando a las raíces de una tierra “combativa”, de gente “humilde y trabajadora". En el Palacio de Congresos de Málaga, ante unos dos millares de personas, el candidato llamó a los andaluces a rebelarse contra “la oligarquía”. “El propio himno de Andalucía dice levantaos”, señaló. “¡Si nos levantamos, la oligarquía se tendrá que arrodillar!”, clamó con entusiasmo.

Rincón de la Victoria, la conciencia de clase de Garzón

ELSA GARCÍA DE BLAS

Alberto Garzón saca el acento malagueño en cuanto pisa su tierra. Nació en Logroño (La Rioja) hace 30 años, pero el candidato de Unidad Popular- Izquierda Unida ha vivido en Málaga desde los ocho. Creció en Rincón de la Victoria, municipio costero de 42.000 habitantes, uno de los de mayor renta per cápita de la provincia pero donde la desigualdad es patente. Una generación de jóvenes, la del candidato de IU, cayó en masa en el dinero fácil de la construcción. Él fue, de hecho, el único varón de su clase que llegó a la Universidad. Garzón conoce de primera mano lo que es no llegar a fin de mes: alguna vez ha tenido que prestar dinero a sus mejores amigos de la infancia, Felipe y Jose: uno trabaja como barrendero, y el otro está en paro. Ninguno de los dos, cuenta, tiene conciencia política, como muchos de los jóvenes de su barrio. Rincón de la Victoria es el lugar que le dio la “perspectiva de clase”, relata mirando al Mediterráneo en el restaurante Aquí te espero, delante de un plato de espetos de sardina a la brasa. El candidato de IU comió ayer en su pueblo en un hueco de la campaña, cuya recta final está dedicando a Andalucía.

El dirigente de izquierdas pertenece a una familia de clase media no especialmente politizada. Alberto Garzón padre trabaja como profesor en un instituto público, y su madre, que falleció de cáncer, era farmacéutica. “Siempre ha sido un ambiente de izquierdas, pero yo me afilié a IU después de que él fuera diputado”, cuenta su padre. El matrimonio tuvo dos hijos: Alberto y Eduardo. Su hermano, con el que comparte piso en Madrid, economista como él, es asesor del partido. El dueño del Aquí te espero, al que llaman Frasco, admite mientras sirve las cervezas que en esta ocasión “tal vez” vote al joven candidato. “Vamos a echar a Rajoy y pondremos aquí una bandera republicana”, dice con sorna.

Garzón padre habría preferido que su hijo siguiera estudiando en vez de dedicarse a la política, y entre risas, el candidato cuenta que su progenitor es “Cayolarista”, en referencia a Cayo Lara, coordinador de IU. El padre vive con intensidad los desafíos de su hijo, y confiesa que se ha vuelto un poco “antiPodemos”, después de que IU y el partido de Iglesias no lograran un acuerdo para concurrir juntos a las elecciones. El padre quiso, incluso, convencer al hijo de que no pactara con el partido emergente. Y trató de ser disuasorio, según reveló: “Le dije: si pactas con Podemos, yo no te voto”. No convenció al hijo, pero fue Podemos quien al final rompió las negociaciones. Garzón padre ha quedado conforme:“Yo prefiero un 4% de voto, pero ser coherentes”.

Se percibía que el foro era especial para el candidato de la coalición de izquierdas, que pasó por la mañana por la Universidad en la que estudió, la Universidad de Málaga, para impartir una conferencia y someterse a las preguntas de los estudiantes. Por la tarde, casi un millar de personas tuvieron que seguir su mitin en una sala contigua del Palacio de Congresos habilitada al efecto al superarse el aforo.

"Para mi este es un día muy especial. Hace cuatro años me presentaba aquí como candidato de IU en Málaga. Estábamos aquí y llenábamos esta sala, pero sin llenar la sala de al lado", enfatizó, tras insistir en la idea de que la campaña ha ido de menos a más, desbordando los actos con más afluencia de gente de la prevista por la organización. El candidato hizo continuas referencias a su vinculación personal con la comunidad andaluza. Entre el público le escuchaba su padre, profesor de instituto. "Es especialmente bonito este día para mi porque esta mi tierra, donde me he criado. Es aquí donde he aprendido a luchar, donde he aprendido a construir una sociedad más justa, a defender a la gente de las injusticias", señaló.

Garzón aprovechó para hacer de la necesidad virtud y reivindicar la "mochila" por la que tanto le criticaba Podemos. "Es gracias a vosotras y vosotras a las que soy lo que soy. Sois vosotros lo más hermoso de esa lucha, porque sois mi mochila. Esto es un proyecto colectivo, entre todas y todos", sostuvo. A falta de un día para terminar la campaña, pidió el voto "a todo el mundo en cuyo corazón lata la necesidad de un mundo más justo", y entre ellos, "a los cristianos de corazón y a quienes les parece que su Iglesia católica, su jerarquía, no merece ser exactamente eso sino que merece que la cristiandad responda como el resto de las religiones a favor de la solidaridad, de la fraternidad y de un mundo más justo". Su petición de apoyo se hizo extensiva "a los ateos que quieran un mundo más justo, un Estado laico donde no existan privilegios de ninguna institución, sea la Casa Real o el Ejército".

Andalucía es uno de los principales graneros de voto para la coalición de Unidad Popular- Izquierda Unida, que aspira a revalidar los dos diputados que obtuvo en las últimas elecciones generales, por Málaga (el propio Alberto Garzón, candidato a La Moncloa, que ahora se presenta por Madrid) y por Sevilla. En los últimos comicios, de hecho, en esa comunidad obtuvieron porcentajes de hasta casi el 10% de voto en Córdoba, el 9% en Málaga y Cádiz y el 8% en Sevilla y Granada. El partido de izquierdas sabe que esa comunidad es clave para lograr un grupo parlamentario propio, porque junto a Asturias y Madrid es una de sus principales plazas, teniendo en cuenta además que las coaliciones con Podemos en Cataluña y Galicia no les permiten sumar esos votos ni escaños para el grupo.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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