Embarrar el terreno de juego
Podríamos decir que el PP apuesta por el 'catenaccio', el PSOE y Ciudadanos intentan abrir un poco el campo para crear ocasiones y Podemos ha optado por embarrar el terreno de juego
Los dos debates a tres celebrados hasta ahora (el segundo de ellos con la presencia adicional de una vicecandidata) han puesto de manifiesto la estrategia de campaña de los cuatro principales partidos políticos. En términos futbolísticos, podríamos decir que el PP apuesta por el catenaccio, el PSOE y Ciudadanos intentan abrir un poco el campo para crear ocasiones y Podemos ha optado por embarrar el terreno de juego para impedir que el resto haga buen fútbol.
Esa estrategia está acorde con las posiciones que ocupan cada uno en las encuestas. Mariano Rajoy se sabe ganador, siempre y cuando no reciba ningún gol de última hora. Se conforma con perder un tercio de su actual posición hegemónica y ha decidido jugar sin delanteros: cinco defensas y cinco centrocampistas... y debates, los justos.
Pedro Sánchez y Albert Rivera, que ocupan la segunda y tercera plaza de podio (las encuestas les dan un empate técnico), necesitan meter goles y ganar todos los partidos posibles para ir sumando puntos e intentar formar gobierno de una u otra forma. Por eso, están buscando en sus intervenciones poner en valor sus programas y, en el caso del PSOE, su legado durante los más de 20 años de Gobiernos socialistas en España.
Sin embargo, frente al catenaccio de Rajoy (emulando a Helenio Herrera) y al fútbol total de Sánchez y Rivera (más al estilo de Johan Cruyff), ha surgido el antifútbol que quiere imponer Pablo Iglesias en busca de una remontada casi imposible, sobre la base de un gol a última hora y al contraataque después de desgastar al contrario.
En todas las competiciones siempre ha habido clubes que antes del partido ponían en marcha los aspersores para inundar el campo y evitar que la pelota, y los jugadores contrarios, corrieran con facilidad. Podemos está intentando a toda costa embarrar el terreno de juego y proponer un partido muy físico, porque se ha dado cuenta de que el giro de 180 grados que ha dado en poco más de un año (pasando de la izquierda radical a la socialdemocracia), le ha restado credibilidad y escaños, según las encuestas.
Haría muy mal Sánchez en entrar en el juego físico que le propone Iglesias. Tiene más que perder que ganar y, además, no lo necesita. Por mucho que le tiente responder a los ataques de los líderes de Podemos, el candidato socialista duplica en escaños la mejor proyección de sus contendientes por la izquierda. Mejor sería mantener la hoja de ruta fijada, intentar hacer buen fútbol y meter goles, porque si no, puede llegar Rivera y ganar la competición.
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