El PSOE resiste en el frente rural
Los socialistas se aferran a su tirón en el campo, donde Ciudadanos crece sobre todo a costa del PP, según el CIS
La España rural o de núcleos urbanos pequeños —con un millar de municipios de menos de 100 habitantes, otras 5.750 localidades con entre 101 y 5.000 lugareños, y 918 de entre 5.000 y 20.000— sigue siendo sinónimo del bipartidismo. La batalla por el voto urbano, con Ciudadanos y Podemos a la altura de PP y PSOE en las grandes ciudades según las encuestas, no se reproduce en las zonas menos pobladas, donde los dos partidos que se han alternado en el Gobierno de España desde 1982 mantienen su hegemonía en líneas generales. Como muestra, el PSOE obtuvo en 2011, en su peor resultado en unas elecciones generales, el 32,5% de votos en los municipios de menos de 2.000 habitantes (56,8% en 2008); el 33,6% en los de 2.001 a 10.000 habitantes (54,6% cuatro años antes); y el 26,7% en las localidades de entre 10.001 a 50.000 habitantes (43% en los comicios de 2008).
Muy consciente de ello, el candidato socialista para las elecciones del 20-D, Pedro Sánchez, centra su campaña en frenar el empuje de los emergentes en las provincias más urbanas mientras las federaciones territoriales del PSOE, con un aparato electoral muy potente —como el PP, muy dedicado también a la campaña por pueblos y orientada hacia los votantes más mayores-, explotan la raigambre en el campo de las siglas socialistas. En definitiva, el poder municipal y regional alcanzado en los últimos 30 años, sobre todo en Andalucía, Extremadura y el sur de Castilla-La Mancha.
La mitad del censo, en los municipios de hasta 50.000 habitantes
- Los municipios de menos de 2.000 habitantes representaban el 6,1% del censo electoral la legislatura pasada, con 2,2 millones de personas. El censo lo formaban 35,9 millones.
- El censo era de 5,3 millones de votantes (14,9%) en las localidades de 2.001 a 10.000 habitantes.
- La mayoría de votantes se concentraba en los municipios de 10.001 a 50.000 habitantes, con un censo de 9,6 millones, equivalente al 26,7%.
- En las localidades de 50.001 a 100.000 habitantes, el censo era de 4,1 millones (11,5%).
- Ocho millones formaban el censo de las urbes de 100.001 a 400.000 habitantes (22,3%).
- El censo electoral bajaba al 7,7% (2,8 millones) en el caso de las urbes de 400.001 habitantes a un millón.
- Madrid y Barcelona, con un censo de 3,8 millones (10,8% de los votantes), son las únicas ciudades que superan el millón de habitantes.
“En los municipios de menos de 10.000 habitantes prácticamente se conocen todos, las relaciones familiares y laborales son más intensas... En cambio, las relaciones son más secundarias en el caso de los municipios de más de 50.000 habitantes y sobre todo en capitales de provincia. La relación ya no es tan primaria, no se conoce personalmente al alcalde o a los candidatos”, señala como explicación a esa tendencia Juan Montabes, director del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Granada.
El control de daños parece más efectivo en el frente rural en el caso de los socialistas que en el de los populares. El último barómetro del CIS apunta a que Ciudadanos rascaría escaños en Galicia y en las dos Castillas básicamente a costa del PP. El PSOE resistiría, obteniendo, de acuerdo con los cálculos menos optimistas, 21 de los 25 escaños de 2011 en su bastión andaluz. “El PSOE es mayoritario en las zonas más rurales, donde se resiente menos de la irrupción de los emergentes”, señala Montabes sobre Andalucía. Sánchez también mantendría los diputados logrados en 2011 en Galicia (como mucho perdería uno en Pontevedra, pasando de seis a cinco), Aragón (cuatro), La Rioja (uno) y Navarra (uno). En Castilla-La Mancha podría perder un máximo de dos asientos en el Congreso (de siete a cinco), por los cuatro del PP. De los 11 escaños hace cuatro años en Castilla y León, el PSOE mantendría ocho, mientras que el partido de Mariano Rajoy perdería cuatro diputados, aunque aún sacaría 17. Los socialistas crecerían incluso en un escaño en Extremadura (pasarían de cuatro a cinco).
“El voto rural es un voto de edad, con una mayoría de la población por encima de los 60 años, y es un voto PP-PSOE”, observa José Luis Prieto, profesor de Sociología de la Universidad Complutense. “Tiene un componente de voto clientelar: en los pueblos se sabe quién va a votar, quién no, a quién se vota… La concepción del voto es más utilitarista que ideológica. Es un voto al que manda”, interpreta.
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