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“Sobran mezquitas, en Molenbeek hay decenas y bastarían dos”

Abdella Boussouf, responsable de la diáspora marroquí, denuncia el descontrol de los centros de culto y de los imanes en Europa

Patricia Ortega Dolz
Abdellah Boussouf, en la Casa Árabe.
Abdellah Boussouf, en la Casa Árabe.P. O.

Abdellah Boussouf es, por nombramiento del rey de Marruecos, el secretario general del Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero (CCME) desde su creación en 2007. Un hombre clave para la integración, vigilancia y evolución de las comunidades marroquíes en terceros países. Es un conocedor directo de las realidades francesa y belga, donde ha vivido y desarrollado su doctorado como historiador, así como de la española.

Coincidiendo con los atentados yihadistas en París, ha pasado menos de 48 horas en España y ha atendido a EL PAÍS, en una reveladora entrevista en la que reconoce el descontrol existente en los colectivos musulmanes que se desarrollan en Europa —“Sobran muchas mezquitas: en el barrio de Molenbeek de Bruselas [de donde procedían la mayoría de los terroristas que atentaron en París el pasado viernes], hay decenas y bastaría con dos”— y reclama un urgente cierre de centros de culto irregulares —“proliferan en garajes, casas y cuevas”— y un relevo de imanes —“Hay muchos que no conocen ni el Islam, y cuentan lo que encuentran por Internet donde contacta con el extremismo”—, que permita homologar el discurso y evitar que nadie pueda apropiarse de él, cortando el camino al mensaje radical de los extremistas islámicos. Defiende una democratización de las mezquitas y una incorporación de las mujeres.

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Su conclusión, como experto en la gestión de la religión en los países de destino de los inmigrantes marroquíes: “Ha llegado la hora de que desde las instituciones y los gobiernos se promueva conjuntamente un Islam europeo, un Islam francés, español, belga o alemán, que incluya los valores y los derechos humanos de la democracia”. Hace un mes avaló un acuerdo firmado por el presidente francés, Francois Hollande, y el rey de Marruecos, Mohamed VI, y en estos momentos “50 imanes se están instruyendo ahora en Rabat”.

Pregunta. ¿Qué le ha traído a España ahora?

Respuesta. Varios asuntos sobre la situación de la comunidad marroquí en España. Pero uno en particular, que tiene que ver con la educación de los alumnos, ya que hemos detectado que se está estableciendo un sistema de estudios paralelo al oficial a través de las mezquitas y esto es muy preocupante porque también tiene que ver con la transmisión de la cultura y la religión.

Se está estableciendo un sistema de estudios paralelo al oficial a través de las mezquitas españolas

P. ¿En qué sentido le parece preocupante?

R. En el sentido de que no hay cuadros religiosos, lo que se conoce como imanes, acreditados y preparados para llevar a cabo ese cometido. Tiene que ser gente que esté identificada con los derechos humanos, la igualdad, y los valores positivos que hay en la religión musulmana.

P. ¿Pero cree, como se está proponiendo en algunos lugares tras los atentados de Francia, que habría que cerrar mezquitas?

R. Hemos detectado que existe un gran desbarajuste en la organización del componente musulmán a través de las mezquitas. Por ejemplo en el barrio de Molenbeek, en Bruselas, de donde procedían los terroristas que han atentado el pasado viernes en Francia, hay casi una mezquita por cada medio centenar de personas, cuando es un vecindario en el que no harían falta más de dos, el resto sobran. Un centro de culto requiere imanes capacitados, cultos, que han absorbido su cultura y la del país de acogida, del que deberían conocer la lengua, cosa que no ocurre en las muchas ocasiones. En Bruselas solo hay una mezquita oficial, construida por Arabia Saudí en un terreno cedido por el Estado belga.

Los imanes se están instruyendo por Internet, son carne de cañón del extremismo

P. ¿Quiere decir que ha habido dejación por parte de las administraciones de los países de acogida?

R. Sí. Quiero decir que es necesario que haya un seguimiento institucional, público, con nuestra colaboración, de esas mezquitas. Y que faltan iniciativas por parte de las administraciones públicas para hacer que esos centros de culto se rijan por las leyes e instrucciones del propio país en el que se asientan. Si no, los centros de culto seguirán proliferando sin control en Bélgica, Francia, España, Alemania… Más vale contribuir y colaborar que dejarlo todo a la anarquía y al descontrol. Los lugares de culto oficiales regidos por las instituciones en colaboración con dirigentes y cuadros religiosos cualificados pueden convertir esos lugares en puntos de encuentro.

Hay que acabar con las élites religiosas, renovarlas, rejuvenecerlas e instruirlas

P. ¿Y en España, cuál es la situación?

R. Pues por ejemplo, en Barcelona no hay un lugar de culto oficial, donde los musulmanes puedan ir y sentirse representados y orgullosos de su religiosidad siendo españoles. La consecuencia es que se buscarán la vida y se encontrarán lo que se encuentren.

P. ¿Cómo se construye ese discurso unívoco de los imanes que incluya los valores democráticos y garantice la asimilación de dos culturas de manera homogénea? ¿Hay ya algo avanzado en este sentido en España o en algún otro país europeo?

R. Actualmente los imanes tienen deficiencias por los dos lados, tanto en la enseñanza de la religión como en la cultura democrática, de los derechos humanos, de la laicidad… Y además hay una enorme deficiencia en la comunicación, hay una mayoría de imanes que no siquiera hablan la lengua del país en el que residen y donde transmiten el culto. Hemos iniciado una experiencia con el Instituto Goethe en Alemania para enseñar el alemán a los imanes de las mezquitas oficiales, para que se comuniquen también con los fieles que son alemanes. Y en Francia hace un mes firmamos un acuerdo, con la presencia del presidente Hollande y el rey de Marruecos, y ya hemos empezado con 50 imanes franceses que se están instruyendo ahora mismo en Rabat. Y al mismo tiempo las universidades francesas se van a implicar en enséñales la cultura francesa, la historia, la sociología, la historia de las religiones…

Se debe crear una cultura islámica española, un islam europeo con valores duales

P. ¿Se puede cuantificar cuántos imanes hay en cada país en este momento?

R. La situación difiere mucho entre los distintos países. Por ejemplo en el caso de Alemania el colectivo marroquí es limitado y está bajo control. En Francia es mucho mayor , pero el Consejo ahora mismo está haciendo su función mediante acuerdos con las instituciones y las universidades. Lo que ocurre es que falta voluntad política para facilitar la creación de “mezquitas institucionalizadas”, por llamarlas de algún modo, y la gente recurre a crear centros de culto sin control. En el caso de España el problema se agudiza aún más porque el Consejo no está funcionando.

P. ¿Por qué?

R. Pues porque, por ejemplo, en el caso de la mezquita de la M-30, está controlada por Arabia Saudí, tiene funcionarios que van con pasaporte diplomático saudí y que no transmiten los valores de la pluralidad religiosa. Por eso hay una propuesta de crear y preparar imanes que salgan de los propios colectivos de inmigrantes y luego, junto con el país de origen, contribuir a su formación, pero una formación dual, con los valores de la cultura de origen y los de la sociedad de acogida.

P. ¿Y qué se puede hacer al respecto?

Estamos hablando de oficializar y democratizar las mezquitas, de elegir representantes con votos

R. Hay un desbarajuste en la representatividad. No refleja la realidad del colectivo marroquí. Y además hay dos tendencias o corrientes que son asimétricas, que no se entienden y que responden a cuestiones políticas e ideológicas de distintas escuelas religiosas de distintos países musulmanes. Pero tal y como está estipulado ahora en el Ministerio de Justicia, en una mezquita se pueden registrar varias asociaciones islámicas que sin embargo no tienen representatividad, es ficticia. Por tanto, es necesario tomar en cuenta la representatividad de esas asociaciones, y para que sea efectiva que estén avaladas una votación, un sufragio transparente. Hablamos de democratizar las mezquitas. De esa manera se identificaría a los verdaderos líderes.

P. Pero esto no es nuevo, es una realidad casi histórica…

R. Por eso hay que acabar con las élites religiosas, renovarlas y rejuvenecerlas para crear un Islam español con imanes formados en el Islam —hay muchos que ni siquiera lo conocen y que cuentan lo que han leído en Internet— y en la cultura del país residencia. Además, es vital la participación de la mujer, su ausencia es un hecho que se contradice con la realidad, con su presencia y su acción. La democracia debe aplicarse realmente —no virtualmente— en la gestión de las mezquitas y del hecho religioso par producir una cultura islámica española, un islam europeo.

P. En este momento, teniendo en cuenta los tremendos acontecimientos recientes y la escalada yihadista, ¿qué es lo que más le preocupa?

R. Crear centros de culto multidisciplinares y oficiales para cortar el camino a los que ahora mismo se instruyen a través de las redes e Internet, donde son carne de cañón del extremismo islámico. Los yihadistas están aprovechando ese vacío institucional.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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