El acusado del crimen de Ricla dice que confesó coaccionado

Antonio Losilla, acusado de haber matado y descuartizado en 2012 en Ricla (Zaragoza) a su mujer, Pilar Cebrián, cuyo cadáver no ha sido encontrado, negó ayer los hechos que se le imputan y aseguró que confesó el crimen bajo coacción de los policías.

Losilla fue sometido hace un año a la prueba clínica P-300, más conocida como “test de la verdad”, para averiguar dónde escondió el cadáver. Esta prueba fue posteriormente declarada nula para el juicio, que se celebra desde ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza.

A Losilla se le acusa de golpear en su domicilio a su mujer hasta quitarle la vida tras una discusión y, días después, de adquirir material para descuartizarla, limpiar pruebas y depositar los restos distribuidos en bolsas de plástico en varios contenedores. Anteriormente, el marido había descubierto que Cebrián tenía abierto un perfil en una red social de contactos y le había sido infiel, según consta en el escrito de la fiscalía.

El ministerio público le acusa de un delito de homicidio, con el agravante de parentesco, y otro de falsedad en documento mercantil, por los que pide un total de 17 años de prisión, así como una indemnización de 50.000 euros para cada uno de sus dos hijos, y otros 30.000 para el tío de la víctima.

El fiscal recriminó al acusado que tras la discusión con su mujer comenzara a “elucubrar” historias para explicar su desaparición, y que no la denunciara hasta el 25 de abril, dos días después de que lo hiciera un primo de la víctima en Barcelona.

Por otro lado, Losilla manifestó que en el registro que desencadenó su confesión de culpabilidad lo coaccionaron y chantajearon con involucrar a sus hermanos en el crimen y causarle problemas con la justicia a sus hijos.