Los partidos fijarán su postura en una Diputación Permanente

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quiere mantener ahora una relación especial en este asunto de Cataluña con el líder de la oposición, Pedro Sánchez, con el que es consciente de que, en principio, se disputa la presidencia en las elecciones generales del 20 de diciembre. Fue el primero con el que habló el martes, porque Sánchez le llamó antes, pero luego volvieron a hablar para cerrar la comida del día siguiente y han quedado en llamarse frecuentemente.

Con la del miércoles es la cuarta vez que ambos se encuentran en La Moncloa. Pero Rajoy y Sánchez también comparten ahora que es necesario implicar en la solución de este conflicto al resto de las fuerzas políticas. El candidato del PP sí quiere tener una charla bilateral en breve con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, pero no con otros dirigentes como los jefes de filas de IU, Podemos o UPyD, con los que no comparte ni los “planteamientos” más básicos.

Que Rajoy no vaya a llamar por teléfono o citar en La Moncloa ahora ni a Pablo Iglesias, ni a Alberto Garzón ni a Andrés Herzog no quiere decir que no esté interesado en que se pronuncien, y además públicamente.

La estrategia del Gobierno para conseguir que todos los grupos con representación en el Congreso tomen posición pasa, primero, por aprobar este mismo viernes en el Consejo de Ministros un decreto extraordinario para la ayuda a las víctimas de las lluvias torrenciales y las inundaciones de estos días en Canarias, que deberá ser convalidado reglamentariamente por la Diputación Permanente del Congreso (52 de sus 350 diputados) la semana que viene, porque funciona en este período de disolución de las Cortes como el pleno con todas sus competencias.

El Gobierno aprovechará ese foro para pedir una comparecencia de uno de sus miembros (puede ser el presidente, la vicepresidenta o cualquiera de sus ministros) con el fin de exponer información sobre el problema y permitir así que todos los grupos se pronuncien. Un Ejecutivo de UCD con las cámaras ya disueltas, como ahora, utilizó esa fórmula el 11 de octubre de 1982 para que el entonces ministro de Defensa, Alberto Oliart, ofreciera datos y explicaciones acerca de la intentona golpista proyectada para aquel 27 de octubre, víspera de las primeras elecciones legislativas que ganó el PSOE.