Rajoy se niega a hablar de pactos y lanza un aviso a los planes de Mas
El presidente del Gobierno y candidato del PP convoca elecciones generales el 20 de diciembre sobre los ejes económicos de este mandato: "Empleo, crecimiento y confianza"
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha firmado este lunes la disolución formal del Parlamento y ha convocado oficialmente las elecciones generales para el 20 de diciembre, al término de una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros. El candidato Rajoy ha comparecido luego ante los medios de comunicación para hacer un largo balance económico de su mandato —la que cree su baza fuerte con la estabilidad— y para apuntar algunas pistas sobre cómo transcurrirá la inminente campaña electoral. El líder popular basará su estrategia en los tres ejes de su actual Gobierno: "Empleo, crecimiento y confianza".
Sobre el desafío catalán, que aceptó como el segundo gran problema del país, no ofreció ninguna propuesta y rechazó incluir en su programa una reforma constitucional. Rajoy verá las de otros, las estudiará y luego decidirá si se suma o no. No considera ese asunto una prioridad. El jefe del Ejecutivo lanzó, además, todo un aviso cuando se le preguntó si están todos los mecanismos listos en el Gobierno para actuar, incluso en este período de transición con las Cortes disueltas, si se producen avances soberanistas en Cataluña: "Sí, los tengo previstos, incluso los que está usted pensando, porque es mi obligación como presidente del Gobierno, pero, en cualquier caso, espero que no tengamos que tomar ninguna decisión de esas".
Al candidato popular se le comentó que el socialista Pedro Sánchez ofrece una reforma de la Constitución para abordar el problema con Cataluña y se le inquirió, además, sobre si, al margen de rechazar de entrada ese proceso de cambio constitucional, tiene pensada alguna propuesta propia para la próxima legislatura. Rajoy se mostró dispuesto a hablar y dialogar sobre todo, pero reafirmó sus límites, las líneas rojas que no traspasará nunca. Insistió con la idea de que ha recibido, escuchado y hablado con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, todas las veces que se lo ha pedido, pero luego denunció su "deslealtad" y, para terminar, enfatizó cuáles han sido sus puntos de fricción irresolubles: la unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad de todos los españoles.
Rajoy agregó en ese punto sobre quién puede opinar sobre el futuro de España: "Sólo el pueblo español en su conjunto puede decidir sobre ello y yo he cumplido en todo momento con mi obligación, defender la ley, y hacerlo con proporción y prudencia. Jamás me he negado a hablar y jamás me voy a negar a hablar con nadie. Pídame lo que quiera, pero no me pida que liquide la ley, eso no lo voy a hacer nunca".
En el apartado de las preguntas, los periodistas insistieron una decena de veces en intentar conocer cuál es el plan de Rajoy, si es que lo tiene, ante futuribles pactos poselectorales para formar Gobierno, si —como vaticinan todas las encuestas— ningún partido obtiene la mayoría absoluta. El presidente del PP solo reafirmó que no es partidario de gobernar si no gana y consigue que su partido sea la lista más votada: "Gobernaremos como digan los ciudadanos, esa es mi oferta".
Sobre hipotéticos pactos con Ciudadanos y la dura posición de Albert Rivera de exigir su cabeza política, Rajoy bromeó con una chanza: "Yo pretendo seguir vivo una larga temporada y que usted lo vea. Mi cabeza está bien situada y no pienso dejar que nadie la cambie de sitio". El líder popular no quiere anticipar ninguna línea roja de pactos ni ninguna estrategia hasta conocer los resultados.
Las próximas elecciones del 20-D incluirán la novedad de la incorporación de nuevos partidos a la esfera política nacional: Ciudadanos, que ya estaba presente en Cataluña, y Podemos, que surgió tras los movimientos ciudadanos de 2011 que protestaban por las consecuencias sociales y económicas de la crisis, una herencia del llamado 15-M. Ambos partidos se presentan como alternativa a "la vieja política", que —en su opinión— representan el PP y el PSOE, los que han gobernado España alternativamente en las últimas décadas.
Rajoy no quiso de nuevo esta mañana ni mencionar por su nombre a Ciudadanos ni a Podemos, aunque se le interrogó por su relación especialmente con el partido que lidera Rivera. El presidente del Gobierno dice que ya hablan mucho sus rivales de él y se reserva las negociaciones y pactos poselectorales a saber "qué es lo que dicen los españoles" en las urnas. Su pretensión, en cualquier caso, es que el PP gane, sea la primera fuerza otra vez y luego defender su programa, del que aún se desconoce prácticamente todo. Sospecha, además, que el voto a Podemos y Ciudadanos es muy "volátil", como el que ya cosechó hace poco más de un año, en las elecciones europeas, Izquierda Unida y UPyD.
El empleo, llegar a 20 millones de puestos de trabajo en 2019, no variar las políticas de crecimiento que han llevado a España a liderar ese aspecto en la Unión Europea y en el mundo, junto a Estados Unidos, y no dar marcha atrás con otras aventuras para perseverar en su idea de la confianza en el país son los puntos fuertes sobre los que se mantedrá durante toda la campaña. Cambiar ese rumbo por otra opción le parece ahora "triste y duro".
Sobre la polémica de los debates electorales tampoco dio muchas pistas el presidente del Gobierno. Primero tiró de ironía para asegurar que se considera uno de los políticos que más ha participado en este tipo de programas televisivos porque son su "medio natural". Ese fue el momento más claro en el que se escucharon risas entre el auditorio presente en el solemne salón de tapices donde se celebró esta mañana la rueda de prensa. Luego eludió mojarse y derivó la solución de este asunto de una manera ordenada hacia su director de campaña, Jorge Moragas, su jefe de Gabinete también en La Moncloa: "Aquí está el director de campaña del PP y, como todo el mundo sabe, yo me pongo a sus órdenes incondicionalmente. O no tanto".
El único ministro que no asistió esta mañana al consejo extraordinario fue el de Defensa, Pedro Morenés, debido a que sigue de cerca en Canarias la operación de búsqueda de los tres militares españoles desaparecidos tras la caída al mar del helicóptero en el que viajaban. Rajoy hizo una mención específica a la situación de esos soldados y prometió que se emplearán todos los medios necesarios para encontrarlos.
La Constitución fija que es "exclusiva responsabilidad" del presidente del Gobierno la disolución del Parlamento antes de convocar unas elecciones. Rajoy ejerció esta mañana ese derecho, firmó el decreto de convocatoria, que se publicará este martes en el BOE, y en este incluyó todas las fechas del proceso electoral: la presentación de candidaturas, el inicio de la campaña electoral (que será el 4 de diciembre) y la constitución del Congreso y el Senado. Así se pondrá fin a la legislatura más larga desde la recuperación de la democracia en 1977, ya que los anteriores comicios se celebraron el 20 de noviembre de 2011, con lo que se cumplirán cuatro años y un mes entre una convocatoria y otra.
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