La policía libera a nueve mujeres explotadas y hacinadas en un sótano
Una de las víctimas alertó a la Policía a través de un teléfono gratuito para denunciar la trata. Les obligaban a prostituirse y sólo salían de su reclusión para estar con los clientes
La llamada de una víctima al teléfono gratuito de la policía habilitado para los casos de trata de personas (900 10 50 90) ha permitido liberar en Marbella (Málaga) a nueve mujeres que eran explotadas sexualmente por tres individuos de nacionalidad portuguesa. Estas esclavas malvivían hacinadas en el sótano de una vivienda acondicionado como burdel, con unas condiciones de higiene mínimas y escasa ventilación. “Me están explotando sexualmente”, contó esta mujer, de origen magrebí, en una breve conversación con los agentes. Dijo quiénes eran sus captores y el punto exacto en el que se encontraba la casa.
Los miembros de la trama captaban a las víctimas en sus países de origen a través de Internet con falsas ofertas de trabajo, en teoría bien remunerado, en España. Cuando llegaban a territorio nacional, se descubría el engaño. Según ha informado la policía, las víctimas pasaban una especie de casting en el que el máximo responsable del grupo las agredía sexualmente. “Era como un rito de iniciación, para probarlas”, explican fuentes policiales. Después eran obligadas a ejercer la prostitución y solo salían del sótano si era para estar con algún cliente.
La llamada telefónica que ha resultado clave para la investigación se produjo en agosto pasado. Los investigadores, en ese momento, ataron cabos y relacionaron este caso con una denuncia que les constaba desde junio de 2014: dos de las chicas habían contado a un particular que eran obligadas a prostituirse. Todo esto permitió poner en marcha el operativo que ha permitido liberar a las nueves mujeres y detener a los tres proxenetas, imputados por supuesta pertenencia a organización criminal y delitos relacionados con la prostitución y contra los derechos de los trabajadores. Al líder también se le acusa de agresión y delito sexual.
Las chicas contaron a la policía el casting que debían pasar cuando llegaban a España por parte del principal imputado. Los captores las sometían en todo momento “a un control absoluto”, eran continuamente amenazadas, y cualquier situación era aprovechada para que contrajeran con ellos una falsa deuda: multas por comportamiento indebido, gastos de alquiler y lavandería o, incluso, pagos por publicidad, por el hecho de que sus fotos se exhibían en páginas webs de contactos.
Las mujeres estaban hacinadas en el sótano de la vivienda, en muy malas condiciones higiénicas. Había noches en que ocho de las víctimas dormían en este habitáculo, prácticamente amontonadas, y si se quejaban por algo eran amedrentadas con una pistola simulada que ha sido intervenido durante los registros.
Durante la operación se han decomisado teléfonos móviles, material informático, un vehículo de alta gama, 3.205 euros en metálico y documentación que supuestamente acreditaría los delitos que se imputan a la banda. En la vivienda había una caja fuerte, bien escondida, a la que solo se podía acceder mediante un sofisticado sistema de apertura oculto tras un espejo. Los responsables de la investigación han sido el Grupo IX de la Brigada Central de Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras; el Grupo III de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales de Málaga; y los grupos de Extranjería y Fronteras de Málaga y Marbella.
La policía tiene activados el número gratuito 900 10 50 90 y la dirección de correo electrónico trata@policía.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de este tipo de delitos. Existe una campaña de concienciación en redes sociales y medios de comunicación contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.
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