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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Y una portada despertó a Rajoy

La foto de Arrimadas le obliga a renegar de la estrategia del avestruz

Rajoy atiende a los medios el pasado jueves en el Congreso
Rajoy atiende a los medios el pasado jueves en el CongresoPaco Campos (EFE)

Puedo imaginarme el estremecimiento de Mariano Rajoy al amanecer rodeado de periódicos. Y no por las interpretaciones exóticas, psicológicas, políticas del 20-D, sino porque su mayor alivio cotidiano le ha proporcionado un disgusto inesperado: Inés Arrimadas en la portada del Marca y provista de una bufanda del Barça.

No imagino mayor catástrofe iconográfica para la sensibilidad del presidente, sobre todo porque sus esfuerzos para negar las realidades que lo acechan -el soberanismo, la pujanza de Ciudadanos- se han malogrado con el exorcismo de su diario de cabecera. Pensaba regocijarse con la enésima portada de Cristiano Ronaldo -no hace falta recordar que Mariano es muy del Madrid- y se sobresalta, en cambio, con una tormenta perfecta: Inés Arrimadas, blaugrana, campeona de los comicios catalanes en el flanco unionista y revulsivo generacional y político a expensas de un exhausto PP.

Ha hecho un buen servicio el Marca a Rajoy porque está constreñido a despertarse. Padece el presidente el síndrome de Candyman. Me refiero a la película de terror en cuya trama sólo aparece el monstruo al otro lado del espejo si lo mencionas tres veces.

Rajoy ha emprendido la misma estrategia, como la emprendió Zapatero en el encubrimiento de la crisis económica. La prueba está en que concibió un artificio algebraico para desdecir las evidencias del 27-S. Sostuvo, sin inmutarse, que la opción soberanista únicamente había logrado una adhesión del 37%, valiéndose para tamaña conclusión no de los votos contabilizados, sino del censo total, asumiendo con el mismo descaro que todos los ciudadanos ausentes en las urnas arropan la unidad territorial y, ya puestos, responden a la categoría de militantes aletargados del PP.

Reviste gravedad el enfoque porque sustrae al presidente de sus responsabilidades en un momento de crisis política y de emergencia. De acuerdo con Rajoy y con sus cálculos amañados, no existe un problema catalán. Y como no existe un problema, reivindica como vigente el marco institucional y constitucional en que nos hallamos.

Le sucede lo mismo con Ciudadanos. Ya había declarado Cospedal el lunes que los españolistas habían recurrido al partido de Rivera como expresión coyuntural del voto útil. Es una manera de describir la inutilidad del voto popular, aunque la autohipnosis de Rajoy implica que el desastre de su partido en Cataluña es el origen de un gran rebote a escala nacional, por mucho que las europeas, las andaluzas, las municipales y las autonómicas describan una trayectoria inapelable hacia el agujero negro.

El Marca ha despertado a Rajoy como lo hace todas las mañanas, pero es posible que también lo haya despertado en sentido metafórico y simbólico. De otro modo, su partido permanecerá aislado en el recurso infantil de taparse los ojos cuando acecha el lobo con una bandera del Barça en el cuello.

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