Los líderes nacionales, al rescate de sus candidatos

Los comicios del 27-S dependen de un grupo de candidatos desconocidos para los electores, según el barómetro del CIS. El 70% de los votantes, por ejemplo, no sabe quién es Inés Arrimadas, cabeza de lista de Ciutadans, la segunda fuerza en las encuestas. Su caso, sin embargo, no es excepcional. Los líderes de Junts pel Sí (Artur Mas), el PSOE (Pedro Sánchez), Podemos (Pablo Iglesias) y Ciudadanos (Albert Rivera) se han visto obligados a multiplicarse para impulsar las opciones de sus respectivos candidatos por el mismo motivo.

“El fenómeno tiene precedentes en las anteriores elecciones autonómicas”, argumenta Gustavo Entrala, fundador de la agencia 101. “Primero, las coaliciones electorales, ya sea por afinidad ideológica (Podemos y otros movimientos), o por el singular propósito de la independencia catalana, están proliferando en un momento de cambio político profundo en el país”, explica. “Segundo, por la búsqueda de caras nuevas en la franja de edad de los 35 a los 45. Esto está ocurriendo en todos los partidos”. “Tercero, estas nuevas caras no han tenido tiempo de consolidarse. Además, a los votantes les importa muy poco. Saben que están votando a Iglesias, a Mas o al PSOE”.

Los partidos están empleando toda su maquinaria para aumentar la notoriedad de sus candidatos. Arrimadas acabó la legislatura sustituyendo a Rivera como portavoz de Ciutadans en el Parlament, precisamente para ganar peso entre los votantes. Las dos caras visibles de la formación compartirán casi 20 mítines de campaña antes del 27-S. La candidata, sin embargo, no es la única que ha recibido el apoyo del líder de su formación.

Mas días en campaña

Así, Sánchez sumará dos días más de campaña en Cataluña a los siete que ya tenía planificados. Su presencia intenta galvanizar a los votantes socialistas, movilizar a los que acuden a las urnas en las generales y se quedan en casa en las autonómicas, y darle un impulso a Miquel Iceta, el candidato del PSC, que no es conocido por el 37% de los votantes, pese a su labor en el Parlament.

El PP tampoco se escapa al problema. El partido del Gobierno organizó a inicios de mes su escuela de verano en Cataluña. Eso, entre otros objetivos, le permitió lanzar a su candidato, Xavier García Albiol, que según el CIS no ha dejado huella en el 29% de los electores pese a su pasado como alcalde de Badalona. Además, la formación decidió promocionarle al hacerle protagonista de un capítulo de la política nacional: Albiol presentó en el Congreso la propuesta de cambio de la ley del Tribunal Constitucional (“se acabó la broma”, dijo).

Aunque el CIS no preguntó por Raül Romeva, es imposible que el número uno de Junts pel Sí, aguante la comparación con Mas (le conoce el 99%) y Oriol Junqueras (91%). El último barómetro tampoco preguntó por Lluis Rabell, candidato de Catalunya si que es Pot. Es fácil deducir que podría mejorar la estadística de electores que le conocen. Las fotos de Iglesias rodeado de micrófonos, con Rabell convertido en un mero espectador, resumen la situación de la campaña. Los líderes nacionales acuden al rescate.