España desembarca en Irán con tres ministros y 50 empresarios
El mercado iraní abarca a 77 millones de consumidores y cuenta con las terceras reservas de petróleo del mundo
Menos de dos meses después del histórico acuerdo entre la comunidad internacional y el régimen iraní sobre su programa nuclear, una amplia delegación española desembarca este lunes en Teherán para intentar recuperar el tiempo perdido y explorar las posibilidades de negocio tras el levantamiento de las sanciones. Junto a tres ministros —los de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, Fomento, Ana Pastor, e Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria— viajan directivos de medio centenar de empresas de sectores como energía, petroquímica, construcción, ferrocarriles, electrónica, automoción o turismo.
Está previsto que los ministros sean recibidos por el presidente iraní, Hasan Rohaní, y se reúnan con sus homólogos de Exteriores, Petróleo, Turismo y Comercio, Industria y Minas, así como con diversos dirigentes iraníes; y que inauguren un foro empresarial con representantes de 400 compañías locales.
El Gobierno español no es el primero que acude a Teherán adelantándose al levantamiento de las sanciones, que debe producirse la proxima primavera, si no hay contratiempos. Ya han pasado por la capital iraní los ministros de Exteriores de Reino Unido, que reabrió su embajada, Francia o Italia, así como la Alta Representante de la UE, Federica Mogherini, entre otros.
Las perspectivas de negocio que abre el regreso de Irán a la comunidad internacional son inmensas ya que, además de un mercado de 77 millones de consumidores, cuenta con las terceras reservas de petróleo del mundo y requiere cuantiosas inversiones para recuperar el ritmo de producción de hidrocarburos o mejorar sus infraestructuras. Proyectos como la línea férrea de velocidad alta Teherán-Mashad están en el punto de mira de las empresas españolas.
Las sanciones —sobre todo, el embargo petrolero— han tenido un efecto demoledor en el comercio bilateral. Las importaciones iraníes cayeron de más de 4.000 millones de euros en 2011 —el 97%, compras de crudo— a solo 130 en 2014. La cuota del petróleo iraní, el 14% del consumo español, se ha reducido a cero. Las exportaciones también han caído, desde 655,3 millones (2011) a 130 (2014).
Pese a ello, nunca se ha interrumpido el diálogo político: Rajoy se reunió con Rohaní en la sede de la ONU en Nueva York, en septiembre de 2013, mientras que Margallo viajó a Irán en marzo de 2014 (aunque acortó su visita por la crisis de Ucrania) y su homólogo Javad Zarif estuvo en Madrid en abril pasado. Aunque España no forma parte del grupo de países (5+1) que negoció el acuerdo nuclear con Irán, sí ocupa un puesto crucial en la nueva etapa: la presidencia del comité del Consejo de Seguridad de la ONU que vigila el cumplimiento de las sanciones. Paradójicamente, su mayor éxito será que este comité desaparezca en 2016, porque ya no existan sanciones que vigilar.
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