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Los caballeros de la lana dorada

El mejor 'rebaño' del PP arropa a Rajoy y prepara a Feijóo como su sucesor. El partido pone todos sus medios para paralizar el 'desahucio' de Soutomaior

Manuel Jabois
Rajoy y Núñez Feijóo, en el castillo de Soutomaior.
Rajoy y Núñez Feijóo, en el castillo de Soutomaior.Óscar Corral

En 2007 Mariano Rajoy decidió que sus veranos en Sanxenxo terminarían con un acto en el castillo de Soutomaior al que llamaría “apertura de curso político”. En realidad era como decirle adiós a Nerja, y de hecho el propio Fraga, a la manera de Chanquete, participó hasta su muerte. Pronto se rodeó el acto de una cierta taumaturgia: todos creen en el destino cuando les va bien. Y al PP le fue bien hasta hace poco. Pero este verano a la Diputación llegó un papel famoso: el de la solicitud del PP de uso de las instalaciones del castillo de Soutomaior. Lo que siempre fue un trámite de colegas se convirtió este año, con una Diputación de izquierdas, en una bomba para el funcionario que tuvo que vérselas con el papelito. Finalmente, el acto se consintió con un aviso: el castillo no volverá a tener uso político y solo podrá utilizarse para bodas y bautizos. No hay boda gallega que no sea política, pero la Diputación prefiere ir poco a poco.

El jefe de la Xunta empezó la remontada: "Quieren echarnos, sí, pero el próximo año estaremos aquí y tú, Mariano, de presidente"

Por el atril se sucedieron los oradores. “¡Nos echan!”, clamó el exalcalde de Soutomaior agitando la orden. El presidente del PP de Pontevedra lo confirmó: “Nos echan”. El jefe de la Xunta empezó la remontada: “quieren echarnos, sí, pero el próximo año estaremos aquí y tú, Mariano, de presidente”. Y Rajoy, último en salir, dijo directamente que el papel no valía por defecto de forma: que de ahí no lo movía ni Dios. En apenas 50 minutos el PP había puesto todos los medios a su alcance para paralizar un desahucio. El público, que rompió a aplaudir al conocer la desobediencia civil de Rajoy, empezó a barruntar un “sí se puede” que la mirada alucinada del presidente del Gobierno frenó al instante.

La camisa blanca de Rajoy incorpora la oveja colgada de una cinta de Brooks Brothers. De Brooks Brothers era el abrigo de Lincoln cuando lo mataron, pero la superstición de Soutomaior devora todas las demás. Hay un rebaño especialmente delicado en Brooks Brothers, hiperprotegido, al que se le prohíben cruces extravagantes con el objetivo de mantener desde hace ocho siglos una lana finísima a la que se llama lana de oro (de hecho la ovejita colgando era en el siglo XV el emblema de Los Caballeros de la Lana Dorada —¿dirían ‘Ni’?—). Este rebaño de élite, la aristocracia del hilo, está ahora en Nueva Zelanda después de grandes migraciones desde que fue descubierto en el norte de África.

El PP mantiene a sus ovejas más puras en Galicia, una verdadera reserva de lana que ha mantenido un destino contrario al de Fraga

El PP conserva a sus ovejas más puras en Galicia, una verdadera reserva de lana que ha mantenido, por encima de guerras civiles pasadas, un destino contrario al de su fundador Fraga, que utilizó Madrid como trampolín para gobernar la Xunta del mismo modo que Franco ganó la guerra para poder pasearse de almirante por Ferrol y enamorar al pijerío provincial. De las últimas municipales no hay derrota más desconcertante para el PP que Galicia, y tampoco mayor sinsentido que el hecho de que le expropien un castillo de uso público. Feijóo, como en su momento Rajoy, considera románticamente que su momento ha llegado. Va a tener que ser otro el que se suba con la guitarra a la torre medieval, al final del verano, a cantar que de allí no les moverán.

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.

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