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El PP se hace con la alcaldía de Boimorto gracias a un tránsfuga

La operación incumple el pacto antitransfuguismo pero Rajoy la bendice porque su partido fue el más votado el 24-M

Sonia Vizoso
El alcalde saliente de Boimorto es aplaudido por los vecinos tras la moción de censura.
El alcalde saliente de Boimorto es aplaudido por los vecinos tras la moción de censura.OSCAR CORRAL

Un puñado de monedas ha caído desde el público esta mañana cuando el concejal José Balado ha entrado en el salón de plenos de Boimorto, un ayuntamiento del interior de la provincia de A Coruña de poco más de 2.000 habitantes, en el que este viernes el PP ha desalojado al alcalde del BNG a través de una controvertida moción de censura. Los populares se han valido del cambio de bando de Balado, que se presentó en la lista del PSOE en las elecciones del 24 de mayo y que, tras apoyar la investidura del regidor nacionalista con sus compañeros de candidatura hace apenas dos meses, respalda ahora al partido que en Galicia lidera Alberto Núñez Feijóo.

Pese a que la operación viola el pacto antitransfuguismo, los conservadores defienden que es legal porque la ley electoral solo la impediría si Balado hubiera ingresado en el grupo municipal socialista, algo que extrañamente no hizo. Desde Ordes, a solo 30 kilómetros de Boimorto, el presidente del PP, Mariano Rajoy, ha bendecido la moción de censura porque su partido fue el más votado el 24-M y “ganó las elecciones con una gran claridad”.

Para el BNG, que se hizo con el bastón de mando de este municipio con el apoyo del PSOE pese a ser la tercera fuerza en votos, el PP ha sacado adelante la moción con una “artimaña” y ya ha anunciado que llevará el caso a los tribunales. “Estamos ante una burla con aspecto legal”, ha lamentado el regidor saliente, Xosé Luis Rivas, un popular cantautor y musicólogo gallego que acusa al PP de beneficiarse de “quien juega sucio y traiciona la voluntad popular”, de “arrastrarse por el barro por un poco de poder” y de prender la “desilusión política” en el electorado.

La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) impide desde 2011 que una moción de censura contra un alcalde pueda salir adelante solo con los votos de ediles que hayan formado parte del grupo municipal del regidor desalojado. En este caso, Balado, por razones no explicadas, nunca ingresó en el grupo socialista pese a presentarse hace solo tres meses por el PSOE. “Fue un acto premeditado para sortear los límites que impone la ley”, sostiene el BNG.

Según el pacto antitransfuguismo suscrito por el PP, Balado, que con voz temblorosa justificó hoy en el pleno su comportamiento “por una profunda decisión personal y política”, sí es un tránsfuga. El acuerdo dice textualmente que “se entiende por tránsfugas a los representantes locales que, traicionando a sus compañeros de lista y/o de grupo” pactan con otras fuerzas “para cambiar o mantener la mayoría gobernante en una entidad local, o bien dificultan o hacen imposible a dicha mayoría el gobierno de la entidad”. Los populares se comprometen en ese tratado “a impedir la utilización de tránsfugas para constituir, mantener activamente o cambiar las mayorías de gobierno de las instituciones públicas”. Fuentes de la dirección provincial del PP de A Coruña se aferran a que la operación es “legal” y añaden que si la comisión de seguimiento del pacto antitransfuguismo concluye que se ha violado el acuerdo “actuarán en consecuencia”.

La controvertida moción de censura se ha votado este mediodía en una tensa sesión plenaria, inflamada por los abucheos y risas burlonas de un público abrumadoramente contrario al PP y a su aliado exsocialista. El portavoz del PSdeG en Boimorto, Abelardo Seoane, ha pedido “disculpas” por haber incluido a Balado en su lista electoral. “Nada nos hizo sospechar de su compromiso falso”, ha alegado el socialista, quien, al igual que el BNG, ha recordado que el edil arrimado al PP fue especialmente combativo durante la campaña contra quienes tres meses después se han transmutado en sus socios.

El nuevo alcalde, el popular Gonzalo Concheiro, afirmó sentirse “legitimado” por haber sido el partido más votado y llegó a apuntar, entre carcajadas de varios asistentes, a que el acercamiento del tránsfuga Balado fue desencadenado por la afinidad a su programa electoral. Su “juro por mi conciencia y honor” al tomar posesión del cargo desató los últimos abucheos de la sesión. Inmediatamente después, Balado desapareció sin decir palabra, con el puñado de monedas sobre el suelo del salón de plenos.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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