El etarra Potros se niega a declarar por el asesinato de un mecánico de 29 años

La explosión cogió a Juan Fructuoso Gómez llamando por teléfono. Este mecánico de 29 años se había parado en una cabina de la calle de Biscaia, cerca de la avenida Meridiana de Barcelona, cuando el Talbot Horizon estalló. Aquel 2 de abril de 1987, la metralla atravesó su cuerpo y la onda expansiva lo desplazó 30 metros. Hasta donde lo encontraron los servicios de emergencias. Muerto. De este atentado, que tenía por objetivo una patrulla de la Guardia Civil, no ha querido hablar este miércoles Santiago Arróspide Sarasola, alias Santi Potros, excabecilla de ETA. El terrorista se ha negado a declarar en la Audiencia Nacional, a donde ha acudido acusado de suministrar al comando Barcelona los 40 kilos de explosivo, los detonadores y las pistolas utilizados ese día en la capital catalana.

El histórico dirigente de ETA, condenado este mismo mes a 17 años de prisión por ordenar el asesinato en 1986 del entonces fiscal general del Estado, no ha dicho este miércoles ni una palabra sobre lo ocurrido hace casi tres décadas. Detenido a mediados de enero, tras quedar en libertad el 4 de diciembre al descontarle al periodo máximo de 30 años de cumplimiento de condena en España los 10 años que pasó en cárceles francesas; Santi Potros se ha limitado a pedir su salida de prisión. "No voy a declarar", ha remachado el exjefe del aparato militar de la banda, que se enfrenta a una nueva pena de 94 años.

"Yo no recuerdo a esta persona", ha afirmado durante la vista oral Domingo Troitiño, que accionó el detonador del coche bomba cuando pasaba cinco minutos de las diez de la noche. "No sé quién me ordenó hacerlo. Yo no sé nombres. Nosotros no recibíamos nombres", ha repetido este otro histórico de ETA, condenado a 168 años por los hechos, y que ha acudido como testigo este miércoles tras salir de prisión en 2013 al aplicársele la doctrina Parot. 

No sé quién me ordenó hacerlo. Nosotros no sabíamos nombres

Domingo Troiviño, condenado a 168 años de cárcel por el atentado

En la misma línea se ha manifestado Josefa Mercedes Ernaga, también sentenciada por el atentado. No ha reconocido a Potros como la persona que ordenó la colocación del coche bomba: "No sé de qué se trata. No tengo ni las gafas aquí [en referencia a un papel]. Nosotros tratábamos las cosas entre nosotros. Si éramos tres personas, pues entre los tres", ha afirmado la antigua integrante del comando Barcelona, que se encargó de preparar la huida de los tres terroristas —ella, Troitiño y Caride Simón— que participaron en el atentado, que acabó con la vida de Juan Fructuoso Gómez y dejó tres guardias civiles con lesiones graves y cuatro peatones heridos.

"Las órdenes nos las daban con notas. No recuerdo quién me las enviaba", ha continuado Rafael Caride Simón, el jefe de ese comando Barcelona, que ha acudido como testigo a la Audiencia Nacional y que no ha reconocido tampoco a Potros como el organizador del atentado. "Nos indicaban donde teníamos que recoger el coche... Y nosotros teníamos autonomía para hacerlo. Y, dentro [de las órdenes dadas por la cúpula de ETA] de eso, estaba atentar contra la Guardia Civil y la Policía Nacional", ha apostillado este etarra, que se acogió a la vía Nanclares. Caride fue condenado por el atentado de Hipercor, al igual que Troitiño, Ernaga y Potros.