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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Guindos y la presidencia ‘subyacente’

Tanto el ministro como miembros de su equipo buscan puestos internacionales

Luis de Guindos en una Comisión de Economía del Congreso.
Luis de Guindos en una Comisión de Economía del Congreso.Uly Martín

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quiere la presidencia del Eurogrupo para un español, una compensación que le permitiría vender el éxito de su política económica y compensar el ninguneo político espectacular sufrido en las instituciones europeas durante la mayor parte de su legislatura. Luis de Guindos no tenía el menor interés en repetir como ministro de Economía en un futuro gobierno de Rajoy. Ya lo había dicho con anterioridad. Pero su reciente reafirmación es la movida de pieza definitiva en el tablero del ajedrez comunitario.

Desde hace tiempo ya – el verano de 2014 – tanto Guindos como miembros de su equipo buscan puestos en organismos internacionales. Algunos ya lo han conseguido.

Los casos más sonados han sido los de Fernando Jiménez Latorre, que dejó en el verano de 2014 la secretaría de Estado de Economía – el número dos – para trabajar en el Fondo Monetario Internacional (FMI), en noviembre pasado, y el de Román Escolano, presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que ocupa desde septiembre de 2014 el sillón de la vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) tras la renuncia urdida y forzada de Magdalena Álvarez.

De Guindos aprovechó primero la imputación de la exministra y, más tarde, al socaire de la fianza de 29 millones de euros impuesta en el caso de corrupción de los ERE por parte de la juez Mercedes Alaya, llevó adelante una campaña para conseguir su renuncia. La citada fianza fue anulada por la Audiencia de Sevilla en octubre de 2014, pero a esas alturas a Álvarez se le había arrancado su dimisión.

Ahora, pues, toca a Guindos seguir el camino de sus colaboradores ya situados.

Su objetivo declarado es el Eurogrupo, el cónclave informal de los ministros de Finanzas de 19 países miembros de la moneda única. El puesto ha sido asumido la mayor parte del tiempo, desde su creación, por el actual presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, quien ejerció la tarea de coordinación entre 2005 y 2013, año en el que fue sustituido. A partir del 21 de enero de 2013, el ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, fue elegido por un plazo de dos años y medio. Su mandato vence el 21 de julio de 2015.

La apuesta de Rajoy y Guindos empezó en 2014. Por aquella época daba la impresión de que Alemania apoyaba la creación de una presidencia permanente que daría carácter orgánico a lo que siempre había sido una entidad informal. El “aparato” de la presidencia del Eurogrupo ha sido, de hecho, la comisaría de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión Europea. A raíz de la crisis del euro, tras la Gran Recesión iniciada en Estados Unidos en 2007, parecía llegada la hora de pasar de un organismo con presidencia rotativa de uno de los ministros de Finanzas en ejercicio a una presidencia profesional. Pero los alemanes parecieron abandonar la idea.

La candidatura de Luis de Guindos precisa para poder materializarse el acuerdo, más o menos sellado, de que el Eurogrupo va a optar por un presidente con dedicación exclusiva, abandonando los mecanismos de rotación. Porque, más allá de lo que ocurra en las elecciones generales de España de finales de 2015, Guindos ya ha anticipado que no repetirá como ministro de Economía. Por tanto, su eventual elección requiere, previamente, el pacto para crear una nueva estructura presidencial en el Eurogrupo.

Ergo: Rajoy y Guindos han jugado su carta y apuestan a favor de la creación del cargo, la nueva presidencia del Eurogrupo. De aquí al próximo 21 de julio se sabrá si el movimiento tiene éxito. Guindos, caso de crearse el puesto y de obtener los votos necesarios, podría asumir el cargo transitoriamente como ministro de Economía para pasar a hacerlo en exclusiva al acabar la legislatura, el próximo mes de noviembre o diciembre.

El anterior cargo internacional relevante para un español fue el de Rodrigo Rato. El 4 de marzo de 2004, diez días antes de las elecciones generales del 14 de marzo en España, el alemán Hörst Köhler renunciaba al puesto de director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipadamente para ser elegido noveno presidente de Alemania. Rato, que iba de número dos en las listas del PP de Madrid al Congreso, se postula.

Se abre una negociación simultánea. Tras su victoria electoral José Luis Rodríguez Zapatero, asesorado por Miguel Sebastián, apoya la candidatura de Rato. Guindos, desde la secretaría de Estado de Economía en funciones, negocia con el presidente del Ecofin, el ministro irlandés de Finanzas Charlie McCreevy, quien le recomienda que José María Aznar, presidente del Gobierno saliente, hable con el presidente norteamericano George W. Bush.

Rato, a su vez, se pone en contacto con su amigo Gordon Brown, ministro del Tesoro británico y presidente del Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), el órgano de gobierno del FMI. A su vez, el entonces ministro de Economía francés, Nicolas Sarkozy termina finalmente por renunciar a un candidato de Francia y respaldo a Rato como candidato europeo. Aznar cierra el círculo con varios primeros ministros tras obtener el respaldo del presidente Bush, quien apoya “con entusiasmo” la candidatura. Rato será pues nombrado director gerente del FMI. El 27 de junio de 2007, tres años después de llegar a Washington para un mandato de cinco años, Rato dimite por razones personales, una renuncia que al día de hoy sigue rodeada de misterio.

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