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'IN MEMORIAM'
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Volcada en la justicia

Su carrera estuvo estrachamente vinculada al desarrollo de la ley integral contra la violencia de género

Una noticia muy triste. Ha muerto Soledad Cazorla. Lideresa por naturaleza y pasión. Una de esas mujeres poderosas capaces de construir caminos en adversidades y de motivar voluntades por una buena causa.

Volcada en la fiscalía de Violencia contra la Mujer, que dirigía desde su creación hace más de una década, Soledad ha estado al frente y en avanzadilla bregando por sacar del ámbito privado los atentados sufridos por las mujeres y sus hijos dentro de sus hogares. Deja a la sociedad española el legado de una organización más preparada en la lucha contra esta lacra social y un constante trabajo de formación, necesario para poder enfrentarnos contra un problema de derechos humanos que nos lleva siglos de ventaja.

Fiscal desde el año 1980, sus primeros destinos fueron las Fiscalías de Gerona, Valladolid y Madrid. En 1990 pasó a la Fiscalía General del Estado, donde trabajó en la Inspección Fiscal y Secretaría Técnica, y después estuvo diez años como Fiscal del Tribunal Supremo en la Sala de lo Penal. En 2005 fue ascendida a la categoría de Fiscal de Sala, dedicándose de forma exclusiva a la Violencia sobre la Mujer.

Brillante jurista con numerosas publicaciones en materia de derecho penal, su historia profesional estará siempre enlazada con la ley integral contra la violencia de género de 2004. Una ley novedosa y valiente que introdujo la perspectiva de género en el análisis de los crímenes de mujeres por el simple hecho de serlo. Soledad ya advertía que se trataba de una ley de largo recorrido: solo conseguiría sus objetivos si se aplicaban medidas eficaces contra las raíces de este fenómeno que se encuentra en la desigualdad entre hombres y mujeres.

Cuando la persistencia del machismo terrorista retaba a las instituciones, Soledad apostaba por mantener la calma, persistir en la implantación de la ley en sus diversas instancias, crear más órganos judiciales especializados, y mejorar la formación de los profesionales. En 2008 recibió el reconocimiento del entonces Ministerio de Igualdad por su labor en la erradicación de esa lacra social. Quienes estuvimos cercanas a ella y tuvimos la oportunidad de trabajar en el Observatorio contra la violencia de género, recordamos el rigor de su trabajo y la sonrisa franca de una mujer independiente y segura del camino a seguir.

Entrevistada por Juan Cruz en éste periódico (EL PAÍS, 26 Octubre de 2014) contaba que está en la lucha contra la violencia sobre la mujer porque es jurista, en primer lugar, y porque cree absolutamente en la igualdad. Revelaba que de niña le enseñaron que valía lo mismo que sus hermanos, todos hombres. Soledad estaba preocupada por el descenso en el número las denuncias y de órdenes de protección que explicaba por la dureza del sistema judicial con las víctimas. Las mujeres maltratadas no están confiando en nosotros, concluía. Y ella lo sabe bien porque siempre estuvo atenta para paliar las tragedias de mujeres e hijos que llegaban a su despacho.

Aquella entrevista sirvió para que volviéramos a hablar. Pude agradecerle su trabajo, decirle que éramos muy afortunadas por tenerla ahí, persistente y clarividente. Hoy nos deja y tenemos el vacío del dolor y el silencio, que pronto se llenará con sentimientos de reconocimiento de todas aquellas personas que se sintieron felices de su cercanía y gratitud por sus desvelos y firmeza en la implantación del derecho de la igualdad, convencida como estaba de su importancia para una sociedad más justa. Descanse en paz Soledad Cazorla.

Inmaculada Montalbán Huertas es magistrada y presidió el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial  entre 2008 y 2013.

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