Spottorno, Sanz Roldán y González fueron clave en la abdicación del Rey
La periodista Ana Romero presenta el libro 'Final de partida'
“No pretendo destruir ni ensalzar al rey Juan Carlos, sino contar lo que vi y lo que ocurrió en los últimos cuatro años del Monarca: no fue un tiempo heroico ni honorable”. Esta es la declaración de principios de la periodista Ana Romero, autora del libro Final de partida, la crónica de los hechos que llevaron a la abdicación de Juan Carlos I, editado por La Esfera de los Libros y presentado este miércoles por la autora como un trabajo estrictamente periodístico.
Más de un centenar de fuentes han nutrido este relato en el que sobresalen una decena de personajes, aunque tres fueron esenciales para convencer al Monarca de que abdicara, hecho que ocurrió el 2 de junio pasado: Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey; Félix Sanz Roldán, director del Centro Nacional de Inteligencia— “más como amigo que como cargo público”— y el expresidente del Gobierno Felipe González. Este último habría sido “el ideólogo de la abdicación”, en tanto que Spottorno y Sanz Roldán, “los ejecutores”. La autora señala: “Todas las fuentes consultadas coinciden en que Felipe González arrancó del Rey ese último servicio al Estado: la abdicación”.
A lo largo de 350 páginas se jalonan los hechos que terminaron en la renuncia “por la incapacidad de Juan Carlos para recuperar el cariño y el respeto de los españoles tras el caso Nóos y la caída de Botsuana”, afirma Romero, conocedora de primera mano de lo que ocurrió al cubrir, desde 2010 hasta esos días de la abdicación de 2014, la información de la Casa Real. “Quizá si el Rey no se hubiera caído cazando en Botsuana aún estaría reinando”, responde Romero sobre si el descubrimiento de que el Monarca cazaba elefantes en una etapa de enorme dificultad económica hubiera podido ser el principal detonante del desafecto ciudadano.
Un personaje clave fue la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, “última pareja estable del Monarca”, señala la autora, cuya relación comenzó en 2004. La relevancia de esta mujer viene dada por ser la “intersección de la vida privada y pública del Monarca”, al mezclar su papel de “embajador económico para España”, con el de “intermediaria” o “consejera” de la aristócrata danesa-alemana con la que sopesó casarse. Los ciudadanos no conocían datos de la “doble vida” de don Juan Carlos pero lo poco que trascendía no les gustaba, de ahí el deterioro de su imagen.
“La ausencia de reglas” es una de las causas del comportamiento “inadecuado” de Juan Carlos I, señala Romero. “En 2014, aceptó con amargura lo que llevaba meses escuchando: si no cedía el trono a su hijo, la Monarquía corría el riesgo de desaparecer”. Felipe VI fue proclamado Rey el pasado 19 de junio, 17 días después de que su padre abdicara.
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