El fugitivo que no se quitaba el casco
La Guardia Civil detiene a uno de los 10 prófugos de Reino Unido más buscados en España Los agentes relacionan a Paul Monk, supuesto 'narco', con el asesinato de un compatriota
Las pocas veces que Paul Graham Monk, de 54 años, salía de su casa de Jávea (Alicante) lo hacía con el casco puesto y subido en su moto. Apenas se relacionaba con gente, su círculo de amistades se reducía a "tres o cuatro personas" también de origen inglés, que de vez en cuando iban a hacerle la compra a Mercadona. Dispuesto a vivir recluido un tiempo en ese lujoso chalé con piscina sobre una colina solitaria en las afueras del municipio alicantino, contrató los servicios de otros compatriotas para llevar a cabo una gran reforma en su vivienda: la construcción de una segunda casa bajo el suelo. Monk, como conocen a este fugitivo las fuerzas de seguridad británicas y españolas, estaba dispuesto a que se lo tragase la tierra. Y su plan de aislamiento comenzó el pasado mes de diciembre, cuando detuvieron en Inglaterra a su socio Paul Scott, también inglés. Pero no consiguió enterrarse.
Miembros de la Unidad de Homicidios de la Guardia Civil le colocaban los grilletes la semana pasada en su fastuoso refugio y le acusaban de participar en el "secuestro y asesinato" de Francis Brennan, otro compatriota dedicado como ellos al narcotráfico de cocaína. Monk se sumaba así a la lista de fugitivos detenidos por agentes españoles dentro de la llamada Operación Captura, una campaña promovida por la organización británica Crimestoppers, la Agencia Nacional contra el Crimen (NCA) de Reino Unido, el Ministerio del Interior español y la embajada británica en Madrid. Esta es la historia de tres prófugos ingleses en un mismo pueblo español rivalizando por un mismo y turbio negocio.
El cuerpo de Brennan fue encontrado en la playa de Orihuela a finales de marzo del año pasado. Perfectamente envuelto en plástico. Precintado. Presentaba heridas de arma blanca y disparos. "Lo tuvieron encerrado durante un tiempo pero seguramente no pudieron sacarle nada y lo mataron", comentan fuentes de la investigación. Dos meses antes de que las olas abandonasen en la arena el cadáver, concretamente el 24 de enero de 2014, un vehículo cortó el paso del coche de Brennan y su familia a la salida de su casa, en el centro de Jávea. Dos hombres —presuntamente Scott y Monk— vestidos con chalecos se identificaron como policías y se lo llevaron. "La mujer, que conocía las ilícitas actividades de su marido, pensó que aquellos tipos eran realmente agentes y se fue a buscar a su esposo por los calabozos de la Policía y la Guardia Civil de la zona sin éxito", cuentan los investigadores. Pronto se comenzó a hablar de desaparición, secuestro... La aparición del cuerpo transformó el asunto en asesinato.
"El plan supuestamente lo ideó Scott", revelan las mismas fuentes. "Él sabía que Brennan había huido de Liverpool poco tiempo antes llevándose el dinero de la venta de una mercancía, casi siempre cocaína procedente de Colombia". Los agentes del Instituto Armado calculan que "se llevó aproximadamente un millón de euros". Por aquel entonces, Scott y Monk ya se habían asentado en la costa levantina, hacían de anfitriones de otros prófugos, "les facilitaban la infraestructura para quedarse en España, gente que ya había hecho una fortuna con la droga y que venía aquí a vivir bien", cuentan los investigadores. A su vez, "habían encontrado canales de blanqueo en el mundo de la construcción, tanto en Alicante como en Marbella", apuntan las mismas fuentes. La idea del secuestro era una manera para quedarse con el dinero, para extorsionar a Brennan y recuperar lo que los capos de otra banda rival habían perdido. Se les fue de las manos.
Scott, ya con antecedentes en su país por tráfico de droga, huyó a Holanda pero intentó volver a Inglaterra la Navidad pasada para celebrarla con su mujer y su hijo recién nacido. Intentó despistar a la policía inglesa portando documentación falsa y aterrizando con una avioneta en un aeropuerto privado del sur del país. Justo allí le pusieron las esposas. Monk, oriundo de Essex, mantuvo un perfil muy bajo desde entonces, convenció a todo el mundo de que era esloveno y se encerró del todo en su mansión cuando vio su foto publicada junto a la de los diez fugitivos ingleses más buscados. La semana pasada lo arrestaron. En el registro se hallaron 125.000 euros en efectivo, una pistola simulada con silenciador y documentación eslovena falsa.
Falta una tercera persona: "Aquel coche que aquel día de marzo cortó el paso de Brennan lo conducía alguien". La investigación continúa.
El tercer prófugo arrestado
Monk se convirtió la semana pasada en el tercer arrestado de los 10 fugitivos británicos más buscados en España en 2015. Crimestoppers difunde desde 2006 esta lista anual, dirigida principalmente a la comunidad de británicos asentados en el país, a los que solicita su colaboración para encontrar a los huidos. Un proyecto que da sus frutos: de los 76 sospechosos a los que se les puso cara en las primeras ocho ediciones, se encontraron 65. Esas cifras se traducen en una tasa de éxito del 85%.
Y la edición de este año también ha surtido efecto ya. Apenas cuatro días después de la publicación del documento, el Cuerpo Nacional de Policía detenía en las Islas Canarias a Shane Walford, un exmilitar de 38 años buscado desde 2013 por matar en un bar de Coventry a un bombero, padre de dos hijos. Posteriormente, según informó Crimestopper, caía Jayson McDonald, buscado por tráfico de cocaína y heroína. Le arrestaron en Ámsterdam la semana pasada, apenas unos días antes de que la Guardia Civil irrumpiera en la vivienda de Monk, lo encontrara en uno de los pasillos y le pusiera las esposas.
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