Felipe González da la señal para que todo el PSOE apoye a Pedro Sánchez
El expresidente votó a Madina en las primarias pero se volcará con el actual líder
El expresidente del Gobierno Felipe González se regodea en su condición de "jarrón chino" y asegura que se toma "muy en serio" ser una figura a la que se supone gran valor pero nadie sabe dónde colocarla. Este domingo lo ha reiterado ante más de tres mil militantes socialistas, muchos de ellos candidatos a las alcaldías para las elecciones del próximo 24 de mayo, momentos antes de pedir encarecidamente a todo el PSOE que apoye a Pedro Sánchez como líder indiscutible del partido.
El tono ha sido enfático y la respuesta del auditorio ha demostrado el predicamento y la influencia del que fuera máximo líder del PSOE durante más de 20 años: los presentes se han puesto en pie y han aplaudido con intensidad durante más de un minuto. Se ha entendido como el asentimiento de muchos socialistas a la petición de González. Su demanda ha estado envuelta de una confesión que le confirió una dosis mayor de credibilidad. "En primarias no le voté a él, pero estoy a su disposición, es mi secretario general y a él voy a apoyar todo lo que pueda. Es lo que pido como cultura de partido".
El entorno de González ha reconocido que en las elecciones primarias del pasado mes de junio para la secretaría general del PSOE, el expresidente votó a Eduardo Madina con quien había tenido trato, en tanto que su relación con Pedro Sánchez era casi inexistente. El otro aspirante fue José Antonio Pérez Tapias, representante de Izquierda Socialista.
El tiempo lo hace todo y en estos meses el expresidente ha estrechado relaciones con el nuevo secretario general y su interlocución es tan fluida como frecuente, según señalan en ambos entornos. Sobre la deliberada declaración de este domingo —nadie cree que González improvisara porque siempre mide lo que dice—, el equipo de Sánchez y algunos dirigentes territoriales consultados interpretan que el expresidente quiere sentar las bases para que no haya conflictos internos para la elección del candidato a la presidencia del Gobierno de España.
Una vez que Pedro Sánchez ha manifestado su voluntad de ser candidato y presentarse a las primarias socialistas del mes de julio, a González le parece que el partido debe apoyarlo. Su opinión sobre el liderazgo del PSOE la expresó el pasado mes de marzo en una entrevista en EL PAÍS en la que ofreció "la información", no la opinión, de que la presidenta en funciones de Andalucía, Susana Díaz, iba a quedarse en su región y ejercer su labor de gobierno. El mensaje en ese momento para el partido y para la sociedad fue nítido: Pedro Sánchez en Madrid, como candidato a la presidencia del Gobierno de España y Susana Díaz, en Andalucía.
Lo cierto es que la dirección socialista tenía sumo interés en que González, después de muchos meses sin participar en un acto de partido, estuviera en la clausura de la conferencia municipal de este domingo como orador.
La organización invitó igualmente a los dos anteriores secretarios generales, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. El primero acudió pero no así Rubalcaba, que se encontraba en París en un acto de homenaje póstumo a la catedrática e investigadora de Geología Carmina Virgili
El protagonismo, sin embargo, ha sido casi total para Felipe González, situación que no ha incomodado en absoluto a Pedro Sánchez, según fuentes de su entorno. Se trataba de que ante los candidatos a las alcaldías de España, y con presencia de muchos aspirantes autonómicos, el expresidente estableciera un paralelismo entre 1979, primeras elecciones locales en España tras la recuperación de la libertad, y las actuales. "No estamos peor ahora que entonces, aunque las circunstancias sean diferentes", ha empezado González en su afán de infundir ánimo.
Esta campaña tiene como lema "Gobernar para la mayoría", con el objetivo de que se repita el historial de los socialistas tras las elecciones municipales de 1979 y generales de 1982, bajo el liderazgo de González.
No es frecuente escuchar al expresidente lanzar diatribas contra el Gobierno pero este domingo sí lo ha hecho con pocas florituras pero con mucha contundencia. "Os toca a vosotros recomponer las fallas en el sistema provocadas por la derecha, además de situaros en el espacio entre los inmovilistas y los liquidacionistas", ha dicho en referencia al PP y a Podemos. "Hay que reconstruir lo que nosotros construimos y la derecha ha destruido", ha clamado González para referirse a continuación a la educación, a la sanidad y las políticas sociales. El expresidente no le ha concedido mérito alguno al actual Gobierno por la "frágil y tímida" recuperación económica que encara España. "Ninguno de los factores que lo hacen posible tienen que ver con un Gobierno que no tiene un proyecto para España".
De la ciudad como espacio público de convivencia donde los gobernantes tienen que volcarse ha hablado González y sus antecesores en la palabra. El inmediato ha sido Ángel Gabilondo, candidato a la Comunidad de Madrid, con un discurso ético y regeneracionista que ha sido escuchado con la máxima atención por otros cientos de candidatos municipales. "Necesitamos soluciones, pero no cualquier solución, ni a cualquier precio, ni con diferentes víctimas. Soluciones con justicia", ha dicho.
La relevancia que Pedro Sánchez da a la campaña en Madrid es máxima, y así lo refleja la invitación a Gabilondo a cerrar con él y con González la conferencia y citando al candidato a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, como otro exponente del cambio. Madrid y Valencia son para los socialistas las plazas más deseadas. Pero en este fin de semana han tenido protagonismo aspirantes a alcaldías de todos los tamaños encargados de explicar individualmente medidas que pueden servir para todos los Ayuntamientos.
La presencia de Felipe González ha hecho que los discursos trasciendan a España. Pedro Sánchez ha mostrado su orgullo porque el expresidente fuera a defender a presos políticos venezolanos. "Soy demócrata y me importa más la libertad del que no piensa como yo que la del que piensa como yo", ha explicado a quienes "se extrañan" de que defienda a políticos de ideología conservadora. Si el Gobierno venezolano no ve con buenos ojos a González, tampoco a él le agrada lo que ve. "En Venezuela hay cartillas de racionamiento mientras ha despilfarrado solo en exportaciones de petróleo 800.000 millones de dólares", ha lamentado.
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