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Tres de cada cuatro guardias civiles se pasarían a la policía

La mayoría de los agentes usaría “la pasarela” de la ley que prepara Interior, según una encuesta de la AUGC

Patricia Ortega Dolz

Se quieren ir. Tres cuartas partes de los guardias civiles se pasarían a la policía, según refleja una encuesta de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), lo más parecido a una organización sindical que existe dentro del instituto armado y que cuenta con más de 30.000 afiliados. El cuestionario —realizado a una muestra no aleatoria de 1.300 guardias— se envió a finales del mes pasado, días después de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, sorprendiera a todos con la que ha terminado conociéndose como “ley de la pasarela”.

Fue el 12 de febrero. Fernández Díaz anunciaba en el pleno del Congreso, al defender el proyecto de Ley de Personal de la Policía Nacional, que los guardias civiles que lo desearan y cumplieran determinados requisitos podrían ingresar en el Cuerpo Nacional de Policía, como también los miembros de las policías autonómicas —Mossos d'Esquadra, Ertzaintza y Policía Foral— y de las locales.

La nueva norma, cuyo plazo de presentación de enmiendas terminó hace una semana y que ahora pasará a debatirse en comisión, busca —según el texto— actualizar la vigente ley orgánica de 1986, realizar "una gestión más eficiente de los recursos humanos" y reordenar y aglutinar los reglamentos que rigen desde hace casi 30 años a los cuerpos y fuerzas de seguridad. Sin embargo, ha sido enormemente contestada, tanto por los sindicatos policiales como por los partidos, entre otras cosas, porque carece de presupuesto. Y porque los problemas de solapamiento de competencias y coordinación que supone mantener un cuerpo de seguridad civil (Policía Nacional) y otro militar (Guardia Civil) no quedan resueltos. Esa duplicidad se mantiene pero se incluye la posibilidad de un trasvase unidireccional, es decir, solo para el ingreso en la policía, ya que los agentes de este cuerpo no podrían, según el proyecto de ley, pasarse a otros. No hay fusión, ni desmilitarización. Hay una pasarela.

Un puente que estarían dispuestos a cruzar la mayor parte de los guardias civiles. Preguntados por los motivos por los que considerarían pasarse a la policía, los guardias designaron el régimen disciplinario y el carácter militar del cuerpo como los dos principales argumentos para el cambio, según revela la encuesta de manera contundente. Más de la mitad de los agentes que respondieron a la encuesta consideró muy importantes estos motivos para su posible decisión. En tercer y cuarto lugar, casi a la par, citaron las diferencias entre el régimen de personal de la Guardia Civil y la policía y el derecho de sindicación (del que sí disfrutan los policías, pero no los guardias civiles) como razones muy importantes para cambiar de uniforme.

La cuestión retributiva queda relegada al séptimo lugar a la hora de decantarse por el cambio. Un policía y un guardia rasos tienen un sueldo de unos 1.500 euros. En el caso de los policías cobrar un plus trimestral de productividad que eleva sus ingresos. Sin embargo, los miembros del instituto armado tienen la opción de vivir en casas cuarteles con el consiguiente ahorro en vivienda.

"El hecho de que tres de cada cuatro guardias civiles contemplen de manera positiva la opción de abandonar el cuerpo en el que trabajan para integrarse en otra institución policial refleja un descontento general y es un dato que debería avergonzar a los generales del instituto armado y a los políticos que los secundan", concluye la encuesta de la AUGC.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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