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PSOE y PP defienden su territorio ante el auge de Podemos y Ciudadanos

Los grandes partidos atacan a las formaciones de Pablo Iglesias y Albert Rivera

Susana Díaz, en Alozaina con un vecino de la localidad.
Susana Díaz, en Alozaina con un vecino de la localidad.J. Zapata (EFE)

La batalla de las elecciones andaluzas del 22 de marzo se libra en varios frentes. Y a medida que avanza la campaña se comprueba con mayor nitidez que al clásico eje entre izquierda y derecha, es decir, entre el PSOE y el PP, se le ha sumado un nuevo eje: la pugna es también entre lo tradicional y lo nuevo. Se trata de una lucha intestina, en la que el PSOE intenta defender su territorio entre el electorado de izquierdas por el avance de Podemos y el PP, el suyo ante el sorprendente y reciente auge de Ciudadanos entre los votantes del centro-derecha.

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PSOE y PP, los dos partidos que han sustentado el sistema político español en las tres últimas décadas, las dos formaciones que han representado el archiconocido bipartidismo, están luchando voto a voto con sus nuevos competidores. Atrás quedaron los ninguneos y sus dudas al abordar un fenómeno que amenaza con quebrar el equilibrio vigente. Ahora, cuando las urnas están a la vuelta de la esquina, tanto PSOE como PP han entrado en el enfrentamiento directo con los partidos pujantes.

Eso pese a que Andalucía sigue siendo una isla en el mapa político de España, donde se vislumbra ya un equilibrio de fuerzas, casi un empate, entre PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos. En esta comunidad, gobernada por los socialistas desde 1982, no está en cuestión que PSOE y PP seguirán siendo los dos principales partidos. Pero todos saben que es el primer escenario donde se medirán las fuerzas de unos y otros. Después, a lo largo del año, vendrán elecciones municipales, autonómicas, catalanas y generales.

Y conscientes de que el primer impacto puede marcar lo que venga después, los dos grandes partidos intentan evitar la dispersión del voto y los dos emergentes aspiran a abrir una brecha que haga creíble que el cambio es incontenible.

La presidenta de la Junta de Andalucía y candidata socialista, Susana Díaz, está desacreditando las recetas de Podemos, acusa al partido de Pablo Iglesias de ocultar su programa y este jueves, sin ir más lejos, sostuvo que está “comprando el discurso a la derecha”. Díaz se refería de esta manera a unas declaraciones de la candidata autonómica de Podemos, Teresa Rodríguez, acerca de las “redes clientelares” que se han creado en Andalucía en torno al Plan de Empleo Rural (PER). El PER, un sistema que garantiza el empleo a miles de jornaleros andaluces por la temporalidad de las campañas agrícolas, no es cuestionado desde hace años por ningún partido político. Y ningún Gobierno ha cambiado la esencia de su funcionamiento desde que lo puso en marcha Felipe González en su primer mandato, a principios de los ochenta del siglo pasado.

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Pese a que desde hace tiempo no es objeto de polémica, el PER sigue siendo un asunto muy sensible en los pequeños pueblos agrícolas de Andalucía, donde reside buena parte de la fortaleza del PSOE en esta comunidad.

Susana Díaz critica que la candidata morada ponga en duda el PER

El PP, por su parte, no ha parado desde el inicio de la campaña electoral de reclamar el voto útil, el voto del millón y medio de andaluces que se inclinó por Javier Arenas en las elecciones autonómicas de 2012. Sorprendidos por el auge de Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, los populares han puesto en marcha un discurso en el que se identifica a este partido con el PSOE. Recuerdan que el candidato andaluz de Ciudadanos, Juan Marín, gobierna en coalición con los socialistas en el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

En ese frente contra Ciudadanos ha habido excesos, como el del delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, quien el miércoles afirmó en un acto del PP: “Lo voy a decir muy claro. Yo no quiero y no me gusta que a Andalucía se le mande desde Cataluña ni que su futuro político lo decida un político que se llama Albert”.

Ante el revuelo suscitado, Antonio Sanz quiso este jueves matizar a través de la red social Twitter: “Lamento la confusión con mis palabras. Máximo respeto y admiración por Cataluña. Una cosa es hablar de un partido político y otra de una comunidad autónoma”.

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