Madrid destinó 600.000 euros a hacer frente a la crisis del ébola
Un total de 264 profesionales atendieron a los tres afectados por la enfermedad
La Comunidad de Madrid destinó casi 600.000 euros a la compra de equipos de protección individual (EPI) para personal sanitario y a la mejora de las instalaciones del hospital Carlos III durante la pasada crisis del ébola. Las obras que se realizaron en octubre para adaptar urgentemente cuatro habitaciones convencionales en especiales para el aislamiento de los pacientes contagiados o sospechosos de haber contraído el virus costaron 193.439,50 euros. El precio de los equipos de protección fue de 388.040,31 euros.
“No existía un dispositivo para afrontar la alerta”, critica UPyD
Durante la crisis del ébola fallecieron dos misioneros repatriados de África y sobrevivió Teresa Romero, auxiliar de enfermería que se contagió mientras atendía al segundo de ellos. El primer caso en España fue el del sacerdote Miguel Pajares, que murió en agosto a los 75 años tras ser repatriado desde Liberia y tratado en el Carlos III. Otro religioso, Manuel García Viejo, de 69 años, murió a finales de septiembre, en su caso tras ser trasladado a Madrid desde Sierra Leona. El número de profesionales que atendieron a los dos sacerdotes fue de 141, y 123 en el caso de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, que ingresó el 7 de octubre y fue dada de alta el 5 de noviembre. El tratamiento de un paciente de ébola en Europa ronda los 25.000 euros diarios. Alemania calculó que tratar a un médico ugandés en Fráncfort costó un millón de euros.
Los trabajos consistieron en la ampliación de las esclusas de varias habitaciones para que los sanitarios pudieran contar con más espacio para quitarse los trajes especiales. Las esclusas apenas tenían un metro cuadrado, lo que provocó las críticas de trabajadores debido a la dificultad de movimientos. Además, el centro médico instaló cámaras de seguimiento, tanto en las habitaciones como en las esclusas, debido a que las cámaras de circuito cerrado no grababan. “La reforma del Carlos III para atender a pacientes con ébola y la compra de material de emergencia tras el primer caso implica que, al contrario de lo que afirmaba el Gobierno de Ignacio González, no existía un dispositivo lo suficientemente dotado para afrontar una alerta sanitaria de esta gravedad”, señala Enrique Normand, portavoz de Sanidad de UPyD en la Asamblea de Madrid. Expertos del Centro de Control de Enfermedades Europeo concluyeron que el hospital no estaba diseñado para afrontar una emergencia así.
Antes de la crisis, la Comunidad pretendía convertir el Carlos III en un centro de media y larga estancia para pacientes crónicos. González reclama que el Carlos III no dependa del presupuesto regional si su función es la de ser el referente nacional de enfermedades infecciosas. El Estado aprobó en noviembre 2,5 millones para convertir una de las plantas del hospital militar Gómez Ulla, también en Madrid, en “una unidad de aislamiento hospitalario de alto nivel”.
Frente a las críticas por la falta de preparación para abordar crisis como la del ébola, la Consejería de Sanidad asegura que “todos los profesionales de todas las categorías” que atendieron a los religiosos y a Romero “recibieron formación” en el uso de los trajes “en talleres de entrenamiento y reentrenamiento diarios”, supervisados por un experto.
El Ejecutivo madrileño afirma que “hubo 105 entrenamientos y reentrenamientos en los que se ponía y se retiraba el traje entre una y cuatro veces”. Y subraya que entre abril y octubre se impartieron 62 sesiones formativas de hora y media para los profesionales que “eventualmente” tuvieran que atender casos de ébola. “Los datos oficiales contrastan con las numerosas quejas realizadas por los profesionales sanitarios”, observa el diputado de UPyD.
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