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La Constitución, una ley eternamente transitoria

Catedráticos de Derecho y magistrados avalan "el éxito" de la Constitución Abordan su reforma con el pulso de Cataluña como epicentro del debate

Francesco Manetto

Un debate sobre la reforma de la Constitución, una de las cuestiones que más ha marcado la actualidad política de los últimos años, se convirtió este martes en una amplia reflexión sobre el marco de convivencia del Estado de las autonomías y las relaciones entre la Generalitat de Cataluña y el Gobierno central. Ocho juristas de distinta procedencia convocados a un coloquio organizado por La Revista de Libros en el CaixaForum de Madrid y moderado por Manuel Aragón, magistrado emérito del Tribunal Constitucional, abordaron varios aspectos relacionados con la renovación de la ley de leyes, coincidiendo en “el éxito” que ha supuesto hasta ahora para el marco de convivencia el pacto de 1978 y adentrándose en las mejoras que necesitaría el texto de esa Ley “eternamente transitoria”, en palabras de algún ponente.

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¿Puede ser una solución adoptar, de manera expresa, el Estado federal? ¿O España ha adoptado ya, de facto, ese modelo? La mayoría de los intervinientes planteó la necesidad de una reforma del Título VIII de la Ley Fundamental, el que trata de la organización territorial del Estado. “Es verdad que el Título VIII es vago e indefinido, pero la circunstancia histórica [el acuerdo que se alcanzó en 1978] no permitía hacer una cosa distinta. La Constitución no pudo haberse hecho de manera distinta en la organización territorial del Estado”, razonó Álvaro Rodríguez Bereijo, presidente emérito del Tribunal Constitucional,

Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona, planteó el problema desde el punto de vista de las competencias. “¿Qué funciona mal de la cuestión competencial?”, se preguntó antes de llevar el debate a un debate político que, en su opinión, al menos de momento, lleva a un callejón sin salida. “Hay una parte de partidos que está por la independencia, y el 9 de noviembre se hizo un amago de referéndum. Otros están en contra y otros están por una tercera vía. Pero, ¿esta tercera vía cuál es?”. Incluso en una Constitución reformada, en la que existan competencias especificas para Cataluña, De Carreras duda de cuáles deberían ser esas competencias: “¿Lo de blindar competencia qué quiere decir? ¿En qué se concreta esta tercera vía? A mí se me escapa”.

Título VIII

  • El debate sobre la reforma de la Constitución pasó por la reflexión sobre la renovación del Título VIII de la Ley Fundamental y, en concreto, el artículo 149.
  • Este artículo es clave, porque su final regula parte de las relaciones entre Estado y autonomías.
  • "Las materias no atribuidas expresamente al Estado por esta Constitución podrán corresponder a las comunidades autónomas, en virtud de sus respectivos Estatutos. La competencia sobre las materias que no se hayan asumido por los Estatutos de Autonomía corresponderá al Estado, cuyas normas prevalecerán, en caso de conflicto, sobre las de las comunidades autónomas en todo lo que no esté atribuido a la exclusiva competencia de éstas. El derecho estatal será, en todo caso, supletorio del derecho de las comunidades".

Roberto Blanco Valdés, de la Universidad de Santiago de Compostela, llevó la reflexión al terreno identitario, que en el fondo guarda relación con las competencias que se reclaman en cada territorio. “La identidad no está determinada solo por el lugar de nacimiento”, defendió antes de considerar que no se ha planteado con suficiente fuerza “una batalla de las ideas”. “La batalla la hemos perdido porque no la hemos dado. Hemos consentido que la identidad la determine la pertenencia territorial. Es mentira. Ser nacionalista es tan legítimo como no serlo. No más. Igual de legítimo”, enfatizó. “Cada vez que España recupera la libertad el problema que tiene es el de la estructura territorial, que es un problema de reparto de poder. Una parte enorme de desconfianza que tienen los ciudadanos hacia los partidos es porque consideran los partidos cómplices de un sistema que está en sus manos”, agregó el notario Juan José López Burniol.

Santiago Muñoz Machado, catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad Complutense de Madrid, advirtió por su parte de que si se descuidan las tensiones territoriales, el tejido social sobre el que se asienta el sentimiento de independencia podría consolidarse y cambiar la percepción de la comunidad internacional.

El debate, en el que participó también Ángel de la Fuente, director de FEDEA, abordó también cuestiones relacionadas con la regeneración de los partidos políticos y la reforma del sistema electoral. Francisco Rubio Llorente, vicepresidente emérito del Constitucional, consideró que el hecho de que “la sociedad no interviene más en la vida de los partidos políticos” refleja “que en buena medida tenemos una cultura de súbditos y no una cultura de ciudadanos”. En una línea parecida, Félix Ovejero, profesor de Filosofía Política en la Universidad de Barcelona, apuntó que “buena parta de nuestros problemas no tiene que ver con los problemas de Constitución sino con los modelos de democracia que se han ido configurando”.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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