El PP advierte a Esperanza Aguirre de que Rajoy no se deja presionar
La líder del partido en Madrid desafía al presidente al ofrecerse para la alcaldía No estaba previsto designar a los candidatos hasta 2015
Esperanza Aguirre, presidenta del PP de Madrid, se ofreció este martes de manera pública y explícita a liderar la candidatura a la alcaldía de la capital, un paso muy esperado por un sector de su partido que quiere que Mariano Rajoy nombre ya a sus cabezas de cartel para las municipales y autonómicas de mayo, especialmente los de los tradicionales feudos del PP en los que las encuestas apuntan a la pérdida de la mayoría absoluta.
El movimiento de Aguirre ha sido interpretado por el PP nacional como un gesto de presión a Rajoy — “un órdago”, en palabras de un dirigente del partido— que, teóricamente, no pensaba nombrar a los candidatos hasta mediados de enero o primeros de febrero. Génova, de hecho, acogió con desapego la iniciativa de Aguirre, a la que advirtió que el partido “tiene a mucha gente querida” para todos los puestos y que Rajoy no se dejará presionar. “Ya les garantizo que no”, sentenció Carlos Floriano, vicesecretario de Organización y Electoral de los populares.
Una aspirante con antecedentes
Esperanza Aguirre ha vuelto. Dos años después de abandonar la presidencia de la Comunidad de Madrid y anunciar que dejaba la política activa, regresa decidida a encabezar la lista del PP al Ayuntamiento de la capital. “Siempre concebí la política como una actividad temporal. Ahora ha llegado el momento de vivir cerca de los míos”, dijo entonces, tras casi tres décadas en cargos públicos.
En estos dos años, distintos procesos judiciales han puesto bajo sospecha a los Gobiernos que ella presidió. Media docena de dirigentes a los que dio su confianza y mucho poder están imputados por corrupción. Ella misma tiene pendiente una causa por desobediencia, tras aparcar su coche en un carril bus y darse a la fuga cuando la policía tramitaba la denuncia.
Aunque Aguirre presumió de haber destapado el caso Gürtel, sin ninguna prueba que lo demuestre, la trama corrupta de Francisco Correa no habría crecido tanto sin la ayuda del Gobierno que ella presidió. Uno de sus hombres de confianza, Alberto López Viejo, al que ascendió pese a las sospechas sobre su actuación, cobraba mordidas del 10% por los cientos de actos de propaganda que Aguirre celebró, según informes policiales.
La persona a la que designó consejero autonómico y secretario general del PP, Francisco Granados, está en la cárcel acusado de liderar una trama que cobraba comisiones a contratistas de la Comunidad o de diversos Ayuntamientos.
Una juez abrirá juicio por malversación a raíz de un supuesto caso de espionaje político a adversarios de Aguirre que se produjo bajo su Gobierno.
Con estos antecedentes, Aguirre quiere volver a la política para ser alcaldesa de Madrid.
La candidatura de Esperanza Aguirre era un secreto a voces hasta este martes. La expresidenta de la Comunidad de Madrid había mostrado en privado su deseo de optar al puesto que deja libre Ana Botella, quien en septiembre anunció que no se presentaría a las elecciones. Aguirre representa al ala derecha del PP, y se siente identificada con “las bases de siempre del partido”, parte de ellas desencantadas con Mariano Rajoy.
En su contra pesan desde sus relaciones con implicados en el caso Gürtel (consejeros suyos) o la Operación Púnica (su exconsejero de Presidencia Francisco Granados sigue en la cárcel por este asunto), su incidente de tráfico (aún pendiente de juicio) y que es una cara de siempre, una política de toda la vida en momentos de renovación.
Pero ella se aferra a que el PP debe pensar, como dijo este martes, en las personas “más capaces de defender los principios y valores del partido”. El pasado mes de julio, la expresidenta madrileña ya se puso a disposición de Mariano Rajoy, como también lo ha hecho ahora. En las dos ocasiones, sin respuesta. Aguirre, en rueda de prensa convocada ex profeso en la sede del partido en la calle de Génova, apremió a Rajoy no solo a nombrar ya a los candidatos, sino también a que los escoja con intención de ganar. “Lo que interesa es acertar en las personas que vayan a defender mejor los principios y valores del partido. Si se quiere nombrar a personas que no sean suficientemente conocidas quizá sería tardío, pero no parece que sea el caso”, dijo.
La expresidenta madrileña empujaba de esta manera a Rajoy a adelantar los cabezas de lista, como ya habían hecho públicamente los presidentes de la Comunidad de Madrid, Ignacio González —a quien Aguirre defendió como el “mejor candidato”—, y de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra. Fuentes del partido admiten que el nerviosismo y la inquietud cunden entre muchos de los posibles candidatos, entre los que los tiempos de Mariano Rajoy generan inseguridad, según algunos de ellos.
Pero los planes del partido y del propio Rajoy tienen sus tiempos. Fuentes del entorno del presidente explican que este es partidario de campañas relativamente cortas para evitar quemar a los candidatos. Y recuerdan los planes iniciales fijados por el PP: del 23 al 25 de enero, en Madrid, convención del partido, que se centrará en el programa para las elecciones y proclamación de candidatos, en febrero. En los anteriores comicios algunos candidatos tuvieron que esperar hasta marzo.
El PP respondió con cierta frialdad al anuncio de la política madrileña. “Qué duda cabe que Esperanza Aguirre es un gran activo de nuestro partido”, dijo Carlos Floriano en el Congreso, para añadir que “serán los órganos del partido los que decidirán con total independencia” quién encabezará la candidatura a la alcaldía de Madrid. Floriano añadió que pese a que Aguirre es “un valor importante”, el PP puede “presumir de tener a mucha gente muy querida por muchos ciudadanos”.
El dirigente popular ha descartado de plano que el ofrecimiento de Aguirre sea una manera de “presionar” a Rajoy para que la designe candidata. “Yo no sé si alguien piensa que Mariano Rajoy es una persona presionable, le garantizo yo que no es una persona presionable”, ha dicho.
Sin embargo, otras fuentes del partido sí interpretan este movimiento de Aguirre como un envite a Rajoy y como una forma de “colocarse en cabeza” para liderar el cartel electoral. Pero estas mismas fuentes explican que, si las encuestas de las que Mariano Rajoy espera disponer durante estas navidades dan una victoria clara a Aguirre en las municipales, ella será la elegida, pese a todo. Las encuestas conocidas hasta ahora dan por hecho que el PP no renovará su mayoría absoluta en Madrid, pero indican que el partido tendría más posibilidades si la lista la encabeza Aguirre y no otros posibles candidatos (que no han dado el paso) como Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, o la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que preferiría no optar al puesto.
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