Podría, pero no
¿Podría Bildu, que tiene 21, pactar con Podemos para superar al PNV?
Desde la retirada de ETA, la izquierda abertzale está a la búsqueda de una política que haga compatible la renuncia a la violencia con la continuidad de su ideología anticapitalista y sus métodos rupturistas. Eso les acerca a Podemos justo cuando esta formación trata de ampliar su electorado adoptando pautas que presenta como socialdemócratas. Es así como los pablistas (De Pablo Iglesias) se han convertido para los seguidores de Arnaldo Otegi en posibles aliados, pero a la vez en rivales electorales.
Podemos tuvo en las europeas 52.000 votos en el País Vasco (y 20.000 en Navarra). En el Sociómetro del Gobierno vasco de diciembre, es el segundo partido que despierta más simpatía, tras el PNV y por delante de Bildu. Su entrada en las instituciones alteraría los equilibrios establecidos. El PNV gobierna con 27 escaños, los mismos que suman los constitucionalistas (PP+PSE+UPyD). ¿Podría Bildu, que tiene 21, pactar con Podemos para superar al PNV? Los de Pablo Iglesias no parecen interesados por el momento, y los abertzales preferirían apoyar a Iglesias como candidato a La Moncloa que dejarse apoyar (y condicionar) por su partido en Euskadi.
Según fuentes citadas por ABC, el pasado día 8, un sector de los presos de ETA ha sugerido pedir el voto para Podemos en las generales, que tendrán lugar un año antes que las autonómicas vascas. Intelectuales abertzales, como el exdiputado Letamendía (Deia, 8-11-2014), han teorizado que la adhesión al derecho a decidir, interpretado en un sentido amplio, podría ser el punto de encuentro entre soberanistas nacionalistas y soberanistas anticapitalistas. Pero esa adhesión difícilmente se extendería a la opción por la independencia, irrenunciable para los abertzales, lo que dificultaría la colaboración. A la espera de datos sobre Euskadi, sirvan de indicio las preferencias de los votantes de Podemos en Cataluña, según el reciente sondeo del CEO catalán: a favor de un sistema federal, 47,5%; por el actual sistema autonómico, 28,5%; por la independencia, 19,5%.
Para la izquierda ‘abertzale’ Podemos es un posible aliado, pero también un rival directo
Pero Podemos puede también jugar un papel como vía de desenganche del mundo nacionalista para el sector más izquierdista del abertzalismo. Hay antecedentes. Los datos sobre la evolución de un centenar de miembros representativos de la ETA de los años sesenta, que incluí en Los nietos de la ira (El País-Aguilar, 1988), indican que más de la mitad, el 57%, desembocaron en grupos maoístas o trotskistas, frente al 23% que lo hicieron en Herri Batasuna. F. J. Merino ha estudiado en La izquierda radical ante ETA (Bakeak, 2011) las contradicciones de ese sector, muy crítico de entrada con el nacionalismo pero una parte del cual volverá a la casa del padre en la segunda mitad de los ochenta, pidiendo el voto para Batasuna.
Podemos podría convertirse en receptor del apoyo electoral de sectores radicales en busca de un ideal revolucionario que sustituya al arrebatador (y sangriento) de la liberación nacional. Es significativo que en la ponencia política para el Congreso constituyente de Sortu (el partido de Otegi) se mencionara como posible referencia internacional a la Alianza Bolivariana. Pero también lo es que esa mención desapareciera de la ponencia aprobada.
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