Casper: “No he participado en mi vida en un hecho violento”
Arranca en la Audiencia Nacional el juicio contra Ángel Suárez Flores por robar cargamentos de cocaína mediante secuestro y torturas a narcotraficantes
Ángel Suárez Flores Casper, de 55 años, acusado de liderar una banda que se dedicaba a robar, con métodos extremadamente violentos, cargamentos de droga a otros grupos de narcotraficantes, ha rechazado este jueves, en la primera jornada del juicio contra él y otros 26 miembros de su red haber secuestrado y torturado a miembros de bandas rivales. "No he participado en mi vida en un hecho violento (...) He cometido delitos, sí, pero de guante blanco; nunca he necesitado recurrir al secuestro o al maltrato", ha asegurado a preguntas de la fiscal.
La Fiscalía Antidroga reclama 105 años y medio de prisión para Casper, considerado cabecilla de la red y condenado ya por robar obras de arte del domicilio de la empresaria Esther Koplowitz. El ministerio público acusa al líder de la banda de un total de 22 delitos de amenazas, tráfico de drogas (delito contra la salud pública), detención ilegal, torturas, lesiones, falsificación de documento oficial, tenencia ilícita de armas y blanqueo de capitales. "No soy un elemento antisocial, aunque tenga esta cara seria", ha manifestado Suárez.
El grupo, que contaba con expertos en seguimientos y dispositivos de escucha, consiguió en diciembre de 2009 “volcar” (robar) dos contenedores cargados con 211 kilos de cocaína procedentes de Bolivia, con un valor aproximado de seis millones de euros. Este cargamento, que fue desembarcado en el puerto de Algeciras (Cádiz) había sido fletado por otra banda, que había sido sometida a seguimiento. La banda de Casper estableció su centro de operaciones en un chalé de Manilva (Málaga). Según el escrito del fiscal, desde allí, planearon el secuestro de personas que podían facilitarles información sobre los contenedores cargados con el estupefaciente.
Un miembro de la banda alquiló una nave en un polígono industrial algecirense para desarrollar el secuestro. Tras obtener información sobre la entrada de los contenedores en la oficina de transitarios “Bernardino Abad”, ante la que fingieron la intención de establecer una relación comercial, el grupo de Casper sometió a vigilancia a los miembros de la banda que iba a recibir originalmente el cargamento. El 11 de diciembre, el primero de los dos contenedores, fue trasladado a una nave industrial de Dos Hermanas (Sevilla).
El 18 de diciembre de 2009, varios miembros de la banda de Casper se hicieron pasar por guardias civiles e interceptaron en una calle de Algeciras a una persona –testigo protegido- que tenía conocimiento por su trabajo de los detalles de tránsito comercial del contenedor, pero que ignoraba que este contuviera droga. Tras obligarle a entrar en un vehículo, le trasladaron a la nave industrial. Allí, para obtener información sobre el segundo contenedor, le sometieron supuestamente durante 10 horas a un trato “degradante y humillante”, según el escrito del fiscal. Tras golpearle con puñetazos y patadas, amenazarle con matarle a él y a su familia y cortarle el dedo pulgar del pie con un machete, este testigo protegido dio el nombre de otra persona encargada de tramitar el contenedor.
La banda obligó a su primera víctima a concertar por teléfono una cita con esta otra persona, que sí sabía que el contenedor transportaba cocaína camuflada en cajas de losetas de madera. Tras presentarse en el lugar de la cita haciéndose pasar de nuevos por agentes de la Guardia Civil, la banda de Casper secuestró supuestamente a esta segunda víctima. Tras golpearle durante horas y enseñarle el dedo cortado del primer testigo, este hombre facilitó la información que le exigían.
Siguiendo el itinerario del contenedor, que les llevó hasta Jerez de la Frontera, la banda torturó a otros miembros de la red que pretendía introducir la droga. A uno de ellos le provocaron un paro cardiaco tras romperle las dos piernas, las muñecas y varias costillas con una barra de hierro, quemarle con un soplete y conminarle a hablar bajo la amenaza de sacarle un ojo con un cuchillo.
En marzo de 2011 la banda intentó sin éxito un nuevo 'volcado' de droga de un contenedor procedente de Costa Rica que contenía 204 kilos de cocaína con una riqueza de entre el 65 y el 70 por ciento que habrían reportado unos beneficios a la banda de 'Casper' de seis millones de euros.
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