Investigados 19 pisos del clan de los curas sospechosos de pederastia

El juez que instruye el caso de los cuatro curas de Granada sospechosos de pederastia ha abierto una segunda línea de investigación para determinar la procedencia de los 19 inmuebles, chalés, pisos y locales que atesoran miembros del clan (formado por 10 sacerdotes y dos seglares) en la capital y su área metropolitana. Algunos de estos inmuebles fueron utilizados para los abusos sexuales a los que supuestamente fue sometido, entre otros menores, el joven que, antes del pasado verano, escribió una carta de denuncia al papa Francisco. En ella le describía la tormentosa adolescencia, plagada de abusos sexuales, que vivió tras ser captado como monaguillo por este grupo de curas.

Según fuentes de la investigación, gran parte de esos inmuebles proceden de una herencia que recibió un miembro destacado del clan (quien, a raíz de las citada denuncia, ha sido apartado de su ejercicio como sacerdote). La herencia procedía de una farmacéutica de Órgiva (Granada) que le donó todas sus propiedades, tasadas oficialmente en unos tres millones de euros. Ese cabecilla y otros miembros del clan, conocido en Granada como Los Romanones en alusión al nombre del líder (cuyas iniciales son R. M.), convencieron a la donante para que le legase todas sus pertenencias, según los citados medios de la investigación.

Fue el propio denunciante quien, ante la Fiscalía Superior de Andalucía que dirige Jesús García Calderón, alertó de la existencia de la amplia red de pisos de la que disponía este grupo de curas para cometer supuestamente los abusos y las orgías que organizaba periódicamente bajo el argumento de que “el amor es libre y eleva el espíritu”. La víctima incluso dibujó en el marco de su denuncia ante la fiscalía un croquis con la ubicación geográfica de las casas y los chalés. Dado que en algunos de ellos se perpetraron supuestamente los delitos de agresión sexual, la fiscalía exhortó al juez a que ordenase la elaboración de un informe que permita acreditar cómo habían llegado esas viviendas y locales a manos de este grupo de curas.

Tras abandonar el denunciante la parroquia (una vez cumplió 18 años), se han seguido cometiendo supuestamente abusos sexuales contra otros menores en algunos de esos inmuebles, según fuentes de la investigación.

El caso de los curas de Granada sospechosos de pederastia (las pesquisas judiciales se centran en cuatro religiosos, aunque también están siendo investigados por encubrimiento otros ocho, dos de ellos laicos) ha salido a la luz al trascender que el propio Papa, tras recibir la carta del joven, le había telefoneado para pedirle perdón en nombre de la Iglesia y decirle que ya había personas investigando lo sucedido. La intervención de papa Francisco fue la que activó la posterior denuncia judicial que presentó el joven y que ha destapado la existencia en Granada de un grupo de curas, amigos entre sí, que funcionaba de una manera similar a una secta. El denunciante, que era menor cuando sufrió los abusos (hoy tiene 24 años), describió brutales escenas sexuales y sugirió la posibilidad de que otros jóvenes, entre ellos dos chicas, estuvieran sufriendo ahora un tormento similar al que le tocó vivir a él.

Es previsible que los principales implicados sean detenidos o invitados a declarar en las próximas horas para comparecer ante el juez instructor. Otros curas miembros de esta fraternidad ya han declarado en calidad de encubridores.