Barrotes y estrellas

La tonadillera Isabel Pantoja dormirá esta noche por primera vez en la cárcel de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), a 20 kilómetros de Sevilla, donde cumplirá una condena de dos años de prisión por blanqueo de capitales que le fue impuesta en abril de 2013. A 859 kilómetros se encuentra el torero José Ortega Cano que vive desde hace siete meses en la prisión de Zuera (Zaragoza), encarcelado por dos años y medio como responsable de la muerte de Carlos Parra en un accidente de tráfico en  mayo de 2011 cuando conducía con más del doble del nivel de alcoholemia autorizado. Dos estrellas indiscutibles del papel couché del panorama español viven entre rejas. Pero no han sido los únicos que han pasado por esta situación.

El 13 de enero de 2009, el bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, saldó sus cuentas con la justicia y salió el libertad. Fue condenado a tres años de cárcel por los delitos de homicidio imprudente y omisión del deber de socorro tras atropellar y matar con su coche a Benjamín Olalla en la noche del 30 de septiembre de 2003. El bailaor conducía por una calle de Sevilla sin carné, sin seguro y a gran velocidad. Tras el atropello huyó del lugar. Eso sí, gracias a su buena conducta, Farruquito fue disfrutando de los beneficios penitenciarios. Entró en la prisión de Sevilla el 16 de enero de 2007. Durante su estancia en la cárcel cumplió condena bajo el segundo grado, por el que tuvo derecho a 36 días al año de permiso. Tras 14 meses encarcelado, el bailaor logró el tercer grado en marzo de 2008 y solo acudía la prisión para dormir.

El boxeador Poli Díaz cambió sus días de éxito como boxeador por la prisión en el año 2013. Poli presenció como atracaban a un anciano. No se lo pensó y le abrió la cabeza al atracador con un pico que cogió de una obra. Le denunciaron por la agresión. La sentencia condenó a Poli a cumplir 36 horas de arresto cada fin de semana.

José Giménez Fernández, Joselito, exniño prodigio fue sorprendido el 29 de agosto de 1991 con 78 gramos de cocaína en la localidad valenciana de Yátova. Terminó entre rejas con una condena de cinco años por narcotráfico.Dos años después, en octubre de 1993, y cuando, gracias al tercer grado penitenciario en el que se encontraba clasificado, gozaba de la libertad condicional, la policía le detuvo en plena venta de 500 gramos de cocaína.

Los presidentes de los clubes de fútbol español también han estado tras las rejas. El primero fue Jesús Gil (Atlético de Madrid) en el 2002 acusado de malversación, después el presidente del Sevilla José María del Nido, que todavía está cumpliendo desde el 5 de marzo la pena de siete años que le impuso la Audiencia Provincial de Málaga por el denominado 'caso minutas'. El último en entrar ha sido Josep Lluís Núñez, expresidente del Barcelona. Núñez y su hijo mayor, del mismo nombre, ingresaron están desde el 16 de noviembre en Quatre Camins, en el municipio de La Roca del Vallès (Barcelona), para cumplir los dos años y dos meses por sobornar a inspectores de la Agencia Tributaria para obtener ventajas fiscales, según informan fuentes penitenciarias.