De Valdemoro a Suiza
El exnúmero dos de Esperanza Aguirre inició su carrera política en un pueblo del sur de Madrid y la acabó en el país helvético cuando se le acusó de ocultar 1,5 millones
Francisco Granados (Madrid, 1964), detenido este lunes por la Guardia Civil en una operación anticorrupción, fue uno de los primeros alcaldes del PP en romper uno de los eslabones del llamado cinturón rojo del sur de la región. En 1999, se alzó con la mayoría absoluta en el municipio obrero de Valdemoro (70.000 habitantes). Cuatro años después, revalidó el gobierno local, lo que hizo que Esperanza Aguirre, la entonces presidenta regional, se fijara en él. Con una fuerte formación económica –fue ejecutivo del banco francés Société Générale-, Aguirre le convirtió en uno de los hombres fuertes de sus sucesivos Gobiernos. Granados ha sido consejero de Transportes, Presidencia, Justicia e Interior, además de diputado regional y senador. Y presidió la comisión que investigó a los tránsfugas socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez.
[El PP ha anunciado que va a suspender de militancia en el partido tanto a Granados como a los cargos de la formación que resulten implicados en la operación Púnica, según ha informado Esteban González Pons, vicesecretario general de Estudios del Partido Popular].
Pero pronto surgieron desavenencias con el otro hombre de confianza de Aguirre, el actual presidente regional, Ignacio González. La duda era si Granados era el inspirador de una red de espionaje hacia su persona y otros políticos del PP, algo que nunca ha quedado demostrado en los tribunales.
Sobre Granados, que llegó a ser secretario general del PP de Madrid entre 2004 y 2011, siempre han sobrevolado numerosas sospechas de corrupción. Adquirió un chalé en Marbella a un poderoso constructor local de Valdemoro que posteriormente se lo recompró; el vehículo particular de su esposa, que estaba a nombre de otra constructora, fue incendiado en el garaje de su casa y se construyó un suntuoso chalé de 1.000 metros cuadrados en Valdemoro. El PSOE, además, le acusó de lucrarse con la venta de una parcela a David Marjaliza, constructor amigo. En la operación, Granados recibió 1,4 millones de euros.
El ex hombre fuerte de Aguirre también aparece en el caso Gurtel. Los concejales que desvelaron la trama de corrupción le señalaron como la persona que había presionado al alcalde de Majadahonda, Ricardo Ortega, para que amañara un concurso de venta de suelo.
En febrero de este año, se descubrió que Granados tenía una cuenta en Suiza con 1,5 millones de euros y que nunca la había declarado. Granados lo admitió, pero dijo que solo la tuvo entre 1996 y 2000.
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