"Se descarta ébola, tratar síndrome febril"
Según ha relatado Javier Rodríguez, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, la auxiliar de enfermería del Hospital Carlos III, Teresa Romero, llamó por teléfono el 2 de octubre e informó, siguiendo las instrucciones que le facilitó por teléfono el facultativo especialista de riesgos laborales, de que tenía fiebre de 38 grados desde el 29 de septiembre, por lo que había acudido a su médico de familia, que le diagnosticó gripe y al que ocultó que era una enfermera que había estado trabajando en contacto directo con un paciente que estaba contagiado por el ébola.
En ningún momento volvió a tener fiebres superiores, apuntó Rodríguez, quien ha explicado que se ponían en contacto con ella dos veces al día para que informara de la fiebre que tenía. El día 3 de octubre Teresa Romero tenía 36 grados, sin haber consumido ninguna medicación, y niega cualquier incidencia con la protección personal y contacto con fluidos del paciente, así como confirma los síntomas específico y únicamente refiere astenia y lumbalgia.
Prosigue el relato sobre la jornada del 6 de octubre:
"Sin embargo, el día 6, a las 4 de la mañana, la trabajadora llamó al sistema de alerta de salud pública con fiebre de 37,3 grados y tos, además de astenia y mialgias, y desde Salud Pública adoptaron la decisión de trasladar un equipo del SUMMA 112 al domicilio de la paciente, desde donde fue trasladada a Urgencias del Hospital Fundación de Alcorcón, y pese a que continúa considerándose de bajo riesgo, se le realiza la prueba para descartar el ébola, cuyo resultado fue positivo".
He aquí el relato de EL PAÍS sobre esa madrugada del domingo al lunes, del 5 al 6 de octubre.
"Es la tercera vez que la mujer pide ayuda a las autoridades y una vez más, el riesgo se minimiza. Romero llama a los servicios de emergencia Summa 112. Dice quién es y expresa sus temores. Pero como la fiebre no llega a los 38,6 grados que fija el protocolo que se seguía entonces, nadie se toma en serio la posibilidad real de una infección por ébola.
Envían a un médico de atención domiciliaria que acude con un técnico. Ninguno lleva protección. Usan mascarilla y guantes, por si acaso, y toman una decisión contradictoria: descartan el ébola pero piden una ambulancia. Los camilleros reciben entonces un extrañísimo mensaje: “Febril, pero se descarta el ébola”.
Bien.
Con fuentes distintas, he podido hacer la siguiente reconstrucción.
El consejero Javier Rodríguez dice verdad cuando afirma que "desde Salud Pública adoptaron la decisión de trasladar un equipo del SUMMA 112 al domicilio de la paciente".
Se refiere a Salud Pública de la Comunidad de Madrid.
Pero, según las fuentes consultadas, la auxiliar de enfermería Teresa Romero no llamó al Servicio de Alertas en Salud Pública, teléfono 913700800, en la madrileña calle de San Martín de Porres, 6 Primera Planta, como se deduce de lo que ha dicho Rodríguez en su comparecencia del día 8 de octubre ante la comisión de Sanidad de la Asamblea de Madrid.
La llamada de las 4 de la mañana del 6 de octubre es una llamada por teléfono al Servicio de Urgencia Médica de Madrid, SUMMA 112.
La paciente se identifica como la auxiliar de enfermería que atendió al misionero fallecido por ébola, Manuel García Viejo, narra los dolores que siente, y tal como ha dicho el consejero Rodríguez, informa que tiene una temperatura de "37,3 grados y tos, además de astenia y mialgias".
Aquí, en este punto, se activa el protocolo del ébola por parte del SUMMA.
El SUMMA, como debe hacer, de acuerdo con el relato de fuentes sanitarias, se pone en contacto con el Servicio en Alertas de Salud Pública de la Comunidad de Madrid y le transmite exactamente lo que Teresa Romero acaba de decir.
Bien.
Al cabo de un rato, no muy largo, el Servicio de Alertas en Salud Pública se comunica con el SUMMA.
Tiene la respuesta al requerimiento que se le ha hecho en relación al ébola.
Otras fuentes señalan que la relativa celeridad de la respuesta del Servicio de Alertas en Salud Pública revelaría que ya conocían el caso, que tenía información quizá allegada por otros servicios como el de Prevención de Riesgos Laborales, al que había contactado con anterioridad la auxiliar de enfermería.
La llamada de Salud Pública al SUMMA, pues, transmite la valoración que se ha realizado en las alturas: "Se descarta ébola. Tratar como síndrome fébril. Riesgo bajo".
El SUMMA ordena, siguiendo las instrucciones de Salud Púlica, enviar un técnico y un médico al domicilio de Teresa Romero. Se deja constancia en el SUMMA de la evaluación e instrucciones del servicio de Salud Pública madrileño.
Como es riesgo bajo, según lo que ha transmitido Salud Pública al SUMMA, las dos personas de emergencias (un conductor y un médico) que se presentan, en calidad de unidad de atención domiciliaria (UAD), en el piso de la auxiliar de enfermería, llevan el material habitual. El médico sube a ver a Teresa Romero, pero el conductor permanece en el vehículo.
Tras examinar a la paciente, piden al SUMMA que envíe una ambulancia. Como la orden impartida es que se trata de un paciente con riesgo bajo, solicitan, según estipula el protocolo, una ambulancia convencional.
Los dos técnicos que llegan en ambulancia y se llevan a la paciente al Hospital de Alcorcón toman precauciones. La paciente, por ejemplo, según fuentes que han observado el traslado, va sola detrás, sin acompañante.
En su relato de esas horas, Javier Rodríguez ha omitido en su informe que lo primero que dice la paciente al SUMMA es que ha atendido a Manuel García Viejo.
Las llamadas al SUMMA 112 están grabadas. La persona que atiende la llamada debe, como es habitual, tomar notas. La comunicación del SUMMA con el Servicio de Alertas en Salud Pública están grabadas. La orden que Salud Pública imparte también debería ser objeto de una nota ya que es necesario enviar a personal médico para ver a la paciente.
Por tanto, al informar sobre la decisión de enviar a personal médico del SUMMA, el consejero de Sanidad debería saber que la auxiliar de enfermería ha dicho ser la persona que atendió a Manuel García Viejo.
Pero todo debería estar grabado. Por tanto, el juez encargado de las diligencias podrá disponer de todo el material.
La caja negra (las comunicaciones) es fundamental para saber cómo ocurrieron las cosas.
Pero el relato que acabamos de hacer deja sin responder una cuestión: ¿por qué Salud Pública decide descartar el ébola a las 4,30/5,00 de la madrugada del lunes 6 de octubre, aproximadamente, sabiendo como ya sabe, que se trata de la auxiliar de enfermería que estuvo en contacto con el paciente fallecido Manuel García Viejo?
¿Puede ser el nivel de temperatura de 37,3 la explicación?.
O, ¿se trata del negacionismo, una disposición predeterminada, una orientación a minimizar el riesgo?
Contra toda evidencia.
O, ¿no es una evidencia el hecho de que la paciente, a pesar de no cumplir el requisito burocrático de una temperatura de 38,6, sea nada menos que la auxiliar que ha atendido al misionero fallecido por ébola el 25 de septiembre?
Una evidencia como la copa de un pino.
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