Aznar y la orgía de Blesa & Cía.
-Gloria Lomana: Su amigo, o su ex amigo, porque no sé como son sus relaciones, el ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, ya ha pisado la cárcel. Esto, para usted, ¿es un justo castigo o el inicio de un ajuste de cuentas con los gestores que protagonizaron la crisis del sistema financiero?
-José María Aznar: Siempre he tenido y tengo una amistad personal con el señor Blesa. Siempre le he tenido y le tengo por persona capaz y competente. Cualquier persona, en el ejercicio de una actividad puede tener aciertos y puede tener errores pero yo no he visto en ningún caso, en ningún momento, en ningún sitio que se le haya acusado de cometer ningún delito.
21 de mayo de 2013.
Cuando Gloria Lomana hizo esta entrevista, hacía ya un año que las necesidades para cubrir la crisis de Bankia habían sido cifradas en 23.500 millones de euros, 4 billones de las antiguas pesetas. Las dos personas que tienen que ver con ese agujero, en proporciones muy diferentes, son hombres de confianza de Aznar: Miguel Blesa y Rodrigo Rato, ex vicepresidente en los gobiernos del PP.
Acaba de llegar a La Moncloa en mayo de 1996. El presidente del Gobierno José María Aznar nombra a Miguel Blesa presidente de Caja Madrid. Era su amigo personal, habían estudiado juntos.
Bien.
Pero Luis Bárcenas, gerente del Partido Popular en aquellos días de 1996, ha declarado ante la Fiscalía Anticorrupción el 6 de febrero de 2013 y más tarde, el 10 de abril de 2014 ante el juez Pablo Ruz, que Miguel Blesa asesoraba al PP en materia de sueldos y remuneraciones. Blesa era experto en Derecho Tributario. Y había trabajado en Hacienda.
Por tanto, al nombrarle presidente de Caja Madrid, Aznar no solo encumbraba a un amigo como era el caso de su otro compañero de pupitre, Juan Villalonga, a quien le regaló la presidencia de Telefónica, sino, también, a una persona que trabajaba con el PP.
Si uno repasa los extractos de la tarjeta negra de Blesa, aparte del sueldo extraordinario que seguía cobrando, surge una evidencia; para Blesa, la crisis que empieza a aflorar en 2007 y se agrava en 2008, y provoca en España una de las oleadas de despidos más rápida de la historia económica contemporánea española, no existe.
Sigue usando la tarjeta como en sus años de euforia.
Su amigo Aznar tampoco ve en la crisis obstáculos para plantearse, en 2008, ser representante de la empresa de servicios industriales Einsa, sociedad que posee una división de armamentos, para los mercados de Argelia y Libia. Y acude a Blesa, según los correos electrónicos que el entonces fiscal de Madrid, Manuel Moix, hizo todos los esfuerzos del mundo para apartar de la causa judicial. ¡Medalla del mérito en el trabajo para el actual fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid!
Esos correos que llevaban la pista de las Black, según informó Eldiario.es en diciembre de 2013.
Esta actividad que se plantea Aznar, por sus relaciones de amistad con el líder libio Muamar el Gadafi, queda, según parece, finalmente en el aire.
http://blogs.elpais.com/analitica/2013/12/el-rayo-del-l%C3%ADder.html
Pero en 2009, cuando ya es evidente que estamos en la Gran Crisis Financiera, y cuando Aznar pontifica a favor de la despolitización de las cajas de ahorro, a través de un estudio de FAES, en esos mismos momentos Aznar vuelve pedir alguna cosa a Blesa. Le pide que ordene la compra de una colección de arte por valor oscilante entre los 54 millones de euros y 100 millones de euros.
Demasiado pedir. Es Blesa quien, ante las recriminaciones de Aznar Jr. por resistirse a la petición de su padre, después de todo lo que había hecho por él, le escribe que Caja Madrid no es "su cortijo".
http://blogs.elpais.com/analitica/2013/12/aznar-y-su-capitalismo-de-amiguetes.html
Claro, en aquel momento Blesa ya intuye que Caja Madrid camina hacia el desastre.
Hacia el momento Lehman, nunca mejor dicho.
Para controlar el desastre necesita renovar como presidente de Caja Madrid. En 2009 se apoya en Aznar y en el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, para resistir el embate de la presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, quien cree haber conseguido colocar a su vicepresidente Ignacio González en la presidencia de Caja Madrid.
Será Mariano Rajoy, que siente irritación cuando se le habla de Ignacio González, y además porque quiere evitar la victoria de Espe (¡Joder, qué tropa!, Conde de Romanones dixit) quien apostará finalmente por Rodrigo Rato. También porque Rajoy ha obtenido para esa candidatura el respaldo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de su ministra de Economía, Elena Salgado.
Si en 1996 el PSOE ha votado en blanco en la elección de Blesa, a finales de octubre de 2010, ¡bendecirá a Rato!
Bien.
La contabilidad B de Blesa, esto es la contabilidad de las tarjetas Black, es la contabilidad de la rapiña. Evoca un anuncio de finales de los años setenta y ochenta.
En plena vorágine de los escándalos financieros en Estados Unidos con los bonos basura, ciertas casas de inversión produjeron anuncios de televisión para separarse de las malas prácticas. El protagonista era el actor y productor de John Houseman. La idea era diferenciarse de la especulación y el enriquecimiento fraudulento.Y encontraron una fórmula, esa estupenda linea de un copy inspirado:
Hacen dinero a la antigua: lo ganan.
¿Qué comercial se podría hacer con lo que la tropa de Blesa, Rato y Cía presuntamente han hecho?
Hacen dinero a la moda: lo roban
Bien.
Las renuncias de estos días con cargo a la tarjeta negra llevarían a Mafalda, el entrañable personaje de Quino, a formular una pregunta muy sencilla: ¿no son acaso sobresueldos?, ¿no han creado Blesa y su pandilla un sistema de sobresueldos?
Sobresueldos extraídos con tarjeta negra.
Y esto, en lo que Mafalda tendría más razón que una santa, ¿no nos conduce a preguntarnos qué pasa -asumiendo que según ha escrito Luis Bárcenas en los folios de la papelería barcelonesa Miquelrius, y según lo ha aceptado, finalmente, en sede judicial - con todos aquellos a los que él y Álvaro Lapuerta entregaban sobresueldos en el PP durante largos años, todos los presidentes y secretarios generales?
Esos que no han presentado querella criminal por calumnias contra Bárcenas.
¿Qué autoridad tienen los que presuntamente cobraron esos sobresueldos -aunque como los de la tarjeta negra no lleguen a la cuota defraudada de 120.000 euros anuales legada por Aznar en 2003 como umbral del delito fiscal- y que toleraron durante décadas la contabilidad B del PP que denuncia una y otra vez en sus autos el juez Ruz, para considerar repugnante, caso de que así lo verbalicen, la contabilidad de la tarjeta Black de Blesa y Rato y Cía?
El test de Mafalda suele ser el test del sentido común.
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