Tres presidentes, tres dimisiones

Leopoldo González-Echenique es el tercer presidente de RTVE desde que el grupo audiovisual dejó de ser un ente para convertirse en una corporación, a finales de 2006. Y es también el tercero que dimite voluntariamente, siguiendo el camino marcado primero por Luis Fernández y después por Alberto Oliart.

Como exigía la ley, Fernández fue nombrado por consenso entre los dos principales grupos parlamentarios (PSOE y PP) en enero de 2007 después de someterse a un examen en el Parlamento, como el resto de los consejeros. Necesitaba dos tercios de los votos del Congreso y estaba previsto que su mandato fuera de seis años, dos más de la duración de una legislatura, para que el nombramiento del máximo responsable de la televisión pública no estuviera al albur de los cambios políticos. Pero Fernández dimitió en noviembre de 2009, justo cuando se aprobó el nuevo modelo de financiación de RTVE que suprimía la publicidad de TVE e imponía una tasa a las cadenas privadas y a los operadores de telecomunicaciones.

Al periodista Fernández le sucedió el exministro Alberto Oliart, que contó también con el consenso de los dos principales grupos parlamentarios. Estuvo en el cargo desde noviembre de 2009 hasta julio de 2011. Abandonó Prado del Rey tras la polémica concesión de un contrato de prestación de servicios a una empresa en la que trabajaba un familiar suyo.

Tras meses de interinidad, en la que los miembros del Consejo de Administración iban rotando en la presidencia, el PP cambió la ley para poder nombrar solo con sus votos y sin necesidad de acuerdo con otros grupos, al presidente de RTVE. Así, en julio de 2012 propuso a Leopoldo González-Echenique, que abandona ahora la corporación tras ver cómo el Gobierno le niega el dinero para mantenerla en pie en su estructura actual.