El Rey ofrece una España “diversa” para defender la democracia en el mundo
"Cuenten con nosotros para hacer frente a quienes pretenden destruir los valores de la ONU"
Felipe VI marcó este miércoles un nuevo hito en la historia moderna de España cuando, casi 30 años después del primer discurso que su padre, el rey Juan Carlos, pronunció en 1986 ante Naciones Unidas, tomó su testigo y ofreció al mundo otra España, un país “renovado”, que “ampara a todos los ciudadanos y a los distintos territorios” que la componen “en su diversidad política, geográfica, cultural y lingüística”, dispuesto a defender la democracia y la paz frente a quienes pretender destruirlas “con la intolerancia, la violencia o el sectarismo”. El Rey apostó por un desarrollo económico justo, defendió el español como lengua de entendimiento global y destacó el papel que debe jugar España como puente entre África, Europa, el Mediterráneo e Iberoamérica. Por todo ello, pidió el apoyo de la Asamblea para conseguir un sitio en el Consejo de Seguridad en el bienio 2015-2016.
El discurso del jefe del Estado, su estreno en el gran foro internacional ante los líderes mundiales con motivo de la 69ª Asamblea General, alternó el orgullo por la obra política levantada en España en los últimos 40 años con los retos de un mundo azotado por guerras, crisis económicas, el cambio climático y desafíos como el ébola. Don Juan Carlos apostó en 1986 por una reducción de los arsenales nucleares, denunció el apartheid, condenó el terrorismo —ETA estaba entonces en plena actividad— y abogó por un Gibraltar español. Las prioridades de su hijo fueron otras, como evidenció la ausencia del Peñón en su discurso. Una referencia así habría podido mermar las posibilidades de España para el Consejo de Seguridad, ya que habría molestado a Reino Unido y a los países de su influencia.
“Comparezco para compartir el compromiso de mi país con los principios y valores que mejor definen a la humanidad. Y tengo hoy el placer de exponerles lo que una España renovada puede ofrecer en favor de la paz, la libertad, la justicia y los derechos humanos”, arrancó el Rey desde la tribuna, mientras doña Letizia seguía su intervención a pocos metros. Los 40 años de democracia tras superar la dictadura franquista son para Don Felipe el mejor aval: “Permítanme reivindicar con orgullo y con emoción esa gran obra política de los españoles, ejemplo para muchos en el mundo. Por tanto, cuenten siempre con el firme compromiso de España para promover y defender los valores democráticos en el mundo”.
Quiero compartir el compromiso de mi país con los principios que mejor definen a la Humanidad Felipe VI, rey de España
El Rey habló de una España “diversa en su cultura y en sus lenguas”, un Estado social y democrático de derecho que “ampara a todos los ciudadanos y a los distintos territorios”. Desde ese punto de vista, Don Felipe pasó a destacar la “proyección universal” del país como encrucijada de continentes, mares y civilizaciones, vínculo necesario entre Europa, Iberoamérica y las dos orillas del Mediterráneo. Sobre esta zona, dijo: “Afirmamos nuestra voluntad e interés por contribuir a la estabilidad de esta región, que sufre el azote de una barbarie intolerable, una violencia criminal y atroz”. En un momento, recordó que una versión del Guernica de Picasso se ve en la entrada a la sala del Consejo de Seguridad: “La escena todavía conmueve nuestras conciencias y nos hace recordar las fatales consecuencias de nuestra incapacidad para prevenir y resolver los conflictos”.
“Nuestro objetivo primordial ha de ser prevenir las guerras”
- "La democracia es la guía esencial de nuestra existencia colectiva (...). Un sistema desde el que los españoles hemos articulado un Estado (...) de derecho que ampara a todos los ciudadanos y a los distintos territorios de España en su diversidad política, geográfica, cultural y lingüística".
- "La pujanza del español, como un idioma universal (...), contribuye decisivamente a garantizar una mayor diversidad cultural y lingüística (...). El español debe asumir ampliamente su definición formal de idioma oficial en la ONU, como lengua de trabajo y de plena presencia y representación".
- "Nuestro objetivo primordial ha de ser prevenir las guerras, y cuando no lo consigamos (...) no debemos nunca cejar en nuestro empeño de resolverlas mediante la diplomacia y todos los instrumentos que otorga la Carta de Naciones Unidas".
- "España está dando un paso más adelante como candidata a un puesto no permanente del Consejo de Seguridad para el bienio 2015-2016. Nuestra candidatura se inscribe en un compromiso sólido de servir más y mejor a la comunidad internacional (...). Solo les pido que renueven esa confianza".
Como antesala a la petición que vendría después, el Rey recordó a todos los miembros de la Asamblea que “cuentan con España para hacer frente a quienes pretenden destruir —con intolerancia, con violencia o con sectarismo— los valores y principios que constituyen nuestras Naciones Unidas”. Desde este compromiso, pidió apoyos para que España logre un sitio en el Consejo de Seguridad: “Nuestra candidatura se inscribe en un compromiso sólido de servir más y mejor a la comunidad internacional. Como así hemos hecho en el Consejo de Seguridad, una vez cada década desde hace 40 años, gracias a que ustedes han confiado en nosotros. Solo les pido que renueven esa confianza". En este contexto, Don Felipe dedicó parte de su discurso a África, donde España confía en obtener apoyos decisivos.
El Rey concluyó mirando al futuro desde el pasado: “Han pasado casi 30 años desde la primera intervención de mi padre ante esta Asamblea. Hoy, como entonces, España se abre a un tiempo nuevo. La comunidad internacional podrá seguir contando con España en la defensa de los valores e intereses de una humanidad en paz; de unas Naciones Unidas más unidas. Más unidas contra el fanatismo, la intolerancia y la barbarie; más unidas para luchar contra la pobreza, la miseria y la marginación; más unidas para que la educación y la sanidad alcancen a todos; más unidas para defender con firmeza la dignidad de todo ser humano”.
Tras la sesión, el Rey compartió mesa en el almuerzo oficial, con el presidente de EE UU, Barack Obama; el rey de Jordania, Abdalá II; el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; el presidente de Egipto, Abdelfatá Al Sisi; el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al-Thani; el presidente de México, Enrique Peña Nieto; la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hey.
Don Felipe dedica parte de su discurso a África, donde confía en obtener apoyos para entrar en el Consejo de Seguridad
Por la noche, los Reyes dieron una recepción en un hotel de Nueva York a los representantes en Naciones Unidas antes de emprender viaje de vuelta a España. Acudieron una treintena de presidentes, primeros ministros y ministros extranjeros, buena parte de ellos de África y América Latina. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, fue una de las personalidades más destacadas en el acto. Lavrov mantuvo una larga conversación con el Rey Felipe y su homólogo español, José Manuel García Margallo, cuyo contenido no trascendió. Lavrov, que destacó de formal informal su buena relación con el Rey Juan Carlos y su convencimiento sobre la buena tarea que hará su sucesor, se había reunido horas antes con el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry. Durante 40 minutos, Lavrov y Kerry discutieron la crisis en Ucrania, la lucha contra los terroristas del Estado Islámico en Irak y los recientes bombardeos de Estados Unidos y sus aliados árabes en suelo sirio. También estuvo en la recepción el embajador de Estados Unidos en España, James Costos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.