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Rajoy: “Si Mas no hace el referéndum le escucharé, si no es difícil”

El presidente del Gobierno, de visita en Polonia, defiende el aforamiento único de Juan Carlos I: "Es lógico que quien ha sido rey sea juzgado por un tribunal especial"

El presidente contesta a Artur Mas desde Gdansk, Polonia.Foto: atlas | Vídeo: atlas
Carlos E. Cué

Tras unos días de buenas palabras y llamadas desde diversos foros a la mediación del rey Felipe VI en la crisis catalana, el presidente del Gobierno mandó ayer un mensaje claro: todo sigue igual, con la consulta encima de la mesa no hay nada que hacer. Mariano Rajoy contestó desde Gdansk (Polonia) a los mensajes que le llegaban de Artur Mas, que había lanzado el día anterior una especie de invitación a la mediación del Rey. El presidente se mostró escéptico aunque no llegó a citar en ningún momento a Felipe VI. “Con el tema de Cataluña hoy no hay ninguna novedad”, arrancó el jefe del Ejecutivo, que hace meses que no habla con Mas, con la excepción de un breve encuentro en la recepción tras la proclamación del nuevo Monarca. “Una cosa tengo clara, y creo que coincido con la inmensa mayoría de los españoles. Tenemos que respetar la Constitución en su núcleo central que es la soberanía nacional. España es una nación y no estoy dispuesto a que deje de serlo. No ha habido ninguna novedad desde la resolución del Tribunal Constitucional y la votación en las Cortes donde se dijo que ese referéndum no podía celebrarse porque es ilegal, porque entrar en temas propios del conjunto de los españoles”.

El presidente también fue preguntado en Polonia, adonde viajó con cuatro ministros para participar en una cumbre bilateral, por la encuesta de EL PAÍS en la que la mayoría de ciudadanos quiere que el Rey medie en el conflicto y que se produzcan gestos también por parte de Rajoy. El jefe del Ejecutivo sugirió que Mas se olvide del referéndum que ha anunciado para el 9 de noviembre.

El análisis que se hace en el Ejecutivo es muy pesimista

“No se va a romper la soberanía nacional mientras yo sea presidente. Creo que nunca se romperá. Si Mas tiene alguna otra cosa que plantear que lo haga, pero hasta ahora encima de la mesa solo ha puesto, sin hablarlo antes, la convocatoria de un referéndum. Mi obligación es cumplir la ley y hacerla cumplir. Si ahora el señor Mas no quiere hacer ese referéndum porque sabe que es ilegal yo estoy dispuesto a escucharle, pero si lo que quiere es obligarnos a los demás a que hagamos lo que él dice, eso va a ser muy complicado sobre todo cuando es manifiestamente ilegal”, remató.

Mientras hablaba, el móvil del presidente empezó a sonar y algún periodista bromeó con la idea de que fuera Artur Mas, pero parece evidente que la posibilidad de una reunión entre ambos está muy lejana. De hecho, ni siquiera hablaron de esa posibilidad cuando se vieron la pasada semana en la recepción en el Palacio Real.

Al margen de la batalla en público, en la que ni Rajoy ni Mas quieren ofrecer la imagen de inmovilistas ni responsables del choque de trenes, el análisis que se hace en el Ejecutivo es muy pesimista. Los estrategas de Rajoy ven a Mas con declaraciones contradictorias pero la información real de la de que disponen, esto es la que les llega a través de sus contactos en CiU y de las conversaciones que Mas mantiene sobre todo con empresarios, es muy preocupante, según su visión. Aseguran que Mas y su entorno están totalmente lanzados en la apuesta por la ruptura con España y ven cada cosa, incluido el referéndum o las elecciones que llaman plebiscitarias, como un paso en esa carrera.

La presión de los empresarios para buscar una salida es fuerte

Rajoy está muy molesto con Mas y las relaciones parecen rotas. La presión, sobre todo empresarial, para buscar una salida es fuerte pero el presidente no parece ver ninguna si nadie convence a Mas para que renuncie al referéndum. Rajoy viajó a Polonia a buscar en Donald Tusk, su primer ministro, el aliado que siempre ha sido. Tusk le apoyará, con el portugués Passos Coelho, en una iniciativa para que la UE construya una gran conexión para distribuir el gas de Argelia desde el sur de Europa y así buscar una alternativa al gas ruso. El 50% del consumo europeo podría venir del sur, explicaron ambos, y así se evitaría la dependencia de Rusia.

Además, a las grandes empresas españolas les interesa especialmente Polonia, un país con muchas infraestructuras por construir y 70.000 millones de euros de fondos europeos por gastar hasta 2020. Por eso estaba allí, entre otras, la ministra de Fomento, Ana Pastor, y ese fue uno de los elementos clave de la cumbre.

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