El Rey se despide como Mando Supremo de las Fuerzas Armadas
“Por el primer soldado y marino de España”, le homenajeó el ministro Morenés La cúpula militar despide a don Juan Carlos en su último acto como jefe del Ejército
El Rey se despidió este domingo de las Fuerzas Armadas, de las que ha sido Mando Supremo durante los últimos 39 años. Primero presidió, en la madrileña Plaza de la Lealtad, un acto castrense; y luego departió con los 180 invitados, en su mayoría militares, a la recepción ofrecida en el Palacio Real con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. Este ha sido era el primer acto público al que asistían los Reyes y los Príncipes de Asturias desde que, el pasado lunes, don Juan Carlos anunció su renuncia al trono.
Los cuatro fueron recibidos con aplausos por los cientos de personas que se agolparon en el Paseo del Prado de Madrid para seguir el acto castrense y que no cesaron de lanzar vítores a los Reyes y a los Príncipes y de agitar banderas españolas durante los escasos 20 minutos que se prolongó. El acto en la calle fue más vistoso que el año pasado. Tras la ofrenda a los caídos, los siete aviones C-101 de la Patrulla Águila del Ejército del Aire surcaron el cielo de Madrid, dejando una estela con los colores de la bandera rojigualda. Al final, desfiló ante los Reyes y ante los Príncipes un batallón mixto formado por efectivos de la Guardia Real, los tres ejércitos y la Guardia Civil. En total participaron unos 650 militares.
Aunque la celebración del Día de las Fuerzas Armadas ha sido este año más vistosa que en ocasiones anteriores —y también un poco más cara, 139.000 euros, frente a 115.000 de 2013—, la atención de los 263 periodistas acreditados estaba más pendiente de don Juan Carlos, que encara sus últimos diez días de reinado, y de don Felipe, a punto de sucederle.
Al primero se le vio en todo momento relajado y sonriente. Con uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, acompañado por la reina Sofía y ayudado por un bastón, recorrió los cien pasos que le separaban de la improvisada tribuna. Le seguían el Príncipe, con uniforme de capitán de fragata de la Armada, y su esposa, doña Letizia.
Las autoridades presentes —el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el de Interior, Jorge Fernández Díaz, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Fernando García Sánchez, el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, y los jefes de Estado Mayor de Tierra y Aire, ya que el de la Armada está convaleciente de una intervención quirúrgica, así como el presidente de Madrid, Ignacio González, la alcaldesa de la capital, Ana Botella, y la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes— se acercaron a saludarle. Pero, al marchar, fue él quién se aproximó a despedirles.
En la recepción, celebrada en la saleta Gasparini del Palacio Real, don Juan Carlos hizo también gala de su recuperación física. Entregó el bastón a un ayudante y, flanqueado por doña Sofía y los Príncipes, fue saludando uno por uno a sus invitados. El Rey, de buen humor, bromeó especialmente con Morenés.
“Vamos a brindar por el primer soldado y marino de España: por su majestad el Rey”, pidió el ministro de Defensa a los asistentes. “Brindad, conmigo: ¡Por España!”, le respondió el Monarca.
Aunque estaba previsto que la recepción terminase hacia las dos de la tarde, se prolongó hasta las 14.30, ya que don Juan Carlos iba de corrillo en corrillo despidiéndose personalmente de los invitados, según relataron varios de ellos. Entre los asistentes también figuraban diputados y senadores de las comisiones parlamentarias de Defensa; el arzobispo castrense, Juan del Río; miembros de las reales órdenes militares de San Fernando y San Hermenegildo, como Julio Rodríguez, ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa, y una representación del Cuarto Militar de la Casa del Rey.
Rajoy no acudió, ya que no es tradición que lo haga el presidente del Gobierno, pero sí asistirá hoy junto a los Reyes al recibimiento oficial del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y a la cena de gala en el Palacio Real. La del mandatario mexicano es la primera visita de Estado bajo el mandato de Rajoy —austeridad obliga— y también la última con don Juan Carlos como anfitrión.
La familia real tiene una intensa agenda pública esta semana, con 20 actos: nueve el Rey y siete el Príncipe. La infanta Elena, que abandonará la familia real cuando su hermano sea proclamado Felipe VI y por tanto, dejará de acudir a actos oficiales, tiene esta semana dos actividades: la entrega de unos premios de pintura infantil y la presidencia de la mesa de cuestacion del “día de la caridad”. Una vez don Juan Carlos firme la ley de abdicación, será su hijo, de conformidad con el Gobierno, quien decida sus nuevas funciones. El Monarca bromeó sobre el asunto esta semana, ante el grupo de universitarios becados por La Caixa: “El año que viene tendré que pedir permiso al Príncipe para seguir dando becas”.
Capitán general de honor
Una cosa está clara: en el momento en que don Felipe de Borbón sea proclamado Rey se convertirá automáticamente en el Mando Supremo de las Fuerzas Armadas y único capitán general en activo.
También está claro, y así lo reiteró ayer el ministro de Defensa, Pedro Morenés, que la infanta Leonor, como Princesa de Asturias, recibirá formación militar para que algún día pueda convertirse en capitán (o capitana) general.
Pero ni Defensa ni Zarzuela saben aún cuál será la situación militar de don Juan Carlos cuando deje el trono. Con 76 años, debería pasar a retiro (los generales se retiran a los 65, salvo los jefes de los ejércitos que siguen en activo hasta cesar en el puesto), pero algunas fuentes sostienen que podría pasar a la reserva o recibir el empleo de capitán general con carácter honorífico. Sólo tres militares lo han recibido: Manuel Gutiérrez Mellado, Ángel Salas Larrazábal y don Juan de Borbón, padre del Rey.
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