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Pena mínima a un manifestante ‘indignado’ detenido en 2011 en Palma

El fiscal pedía un año de cárcel y la juez impone 30 días de multa por una falta

Un activista "del movimiento denominado 15 M" —según describe una sentencia—, Lluc Adrià Casero, de 22 años, ha sido condenado por una falta contra el orden público, de desobediencia, a treinta días de multa, a cinco euros día (150 euros en total). Este fue detenido tras zarandear a un policía que disolvía una manifestación-concentración, en la plaza de España, en julio de 2011.

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La juez Concepción Moncadas determina "la moderada gravedad de los hechos", minimiza la pena, señala que la detención fue "contundente" y observa que no está confirmado que el manifestante "forcejeara o hiciera uso de la fuerza" contra la policía. "No hacía nada más que poner las manos hacia arriba" aseguró en el juicio Lluc Adrià, que estuvo cinco días de baja médica por la  lesión producida por la presión con una porra en su cuello, cuando fue reducido en el suelo.

La sentencia recoge que no gritó, golpeó o amenazó al agente de la autoridad. La juez, además, valora que solo existió falta de obediencia y respeto o consideración a un agente de la autoridad. El fiscal reclamaba una condena dura, un año de cárcel por un delito de resistencia y una multa de 720 euros. Tras pasar dos días en los calabozos, Lluc Adrià fue imputado por desobediencia grave y resistencia y una falta de lesiones. Otros manifestantes sin autorización —ese día se concentraron 200— no fueron identificados y uno está en rebeldía tras ser señalado por participar por golpear y dar un mordisco a un policía.

La juez penal analiza las circunstancias del caso y del culpable, atiende la edad de Lluc Adrià y al fijar la multa indica que "es de suponer que no trabaja y está a cargo de sus familiares".

Al dispersar la concentración, condenado empujó, junto a otros manifestantes a un agente de la Policía Nacional. Cuatro agentes le rodearon para esposarle. Estaba arrodillado, con los brazos en el suelo y las piernas absolutamente inmóviles. En la vista pública se revisaron las imágenes de un video de la detención.

En su interrogatorio el condenado explicó que un policía "me metió el pie (una zancadilla) para intentar tirarme, me agarró y me llevó a un árbol de al lado, donde me instó a que me arrodillara, lo que hice sin resistencia alguna". Los policías en su atestado y las declaraciones en el juzgado manifestaron haber padecido aquel día patadas, un mordisco, golpes de palos de pancartas y con un patinete.

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