“Necesitamos un congreso de unidad, no fallido como fue el de Sevilla”
El líder vasco se confiesa "liberado" tras retirarse de la pelea por la dirección del partido
Patxi López (Portugalete, Bizkaia, 1959) dice estar “liberado”. El secretario general del PSE-EE se retira de la pelea por la dirección nacional del partido y solo espera a que le llamen si le necesitan. En una entrevista realizada el viernes —antes de saberse que el congreso del PSOE de julio será con participación de la militancia—, afirma que entiende a Eduardo Madina, ratifica que habrá primarias pero, sobre todo, pone la rehabilitación del PSOE en manos de Susana Díaz y del partido.
Pregunta. ¿Ya está decidida la suerte del congreso?
Respuesta. Qué va. Ahora lo que hay son voluntades, conversaciones. En los congresos se sabe cómo se entra, no cómo se sale. Me importa cómo salimos. Necesitamos que no sea un congreso fallido como fue el de Sevilla [en 2012], que sea de unidad, de una dirección fuerte. Que transmita ilusión a la militancia para luego llevarla a la calle.
P. ¿También apoya usted a Susana Díaz?
R. El PSOE necesita lo que ha hecho Susana en Andalucía. Ha sido capaz de coser y unir al partido, que estaba dividido. Ha trasladado ilusión a la militancia. Ha salido a la calle con todo el partido y ha ganado unas elecciones [las europeas]. Es lo que necesita el partido y ella ha demostrado que sabe hacerlo.
P. ¿Nada se mueve sin el visto bueno de Susana Díaz?
R. No es así. Lo que pasa es que es una voz poderosa dentro del PSOE, pero estamos viendo que hay muchas voces.
P. ¿La reacción de los barones es para que no se les escape el control del partido?
R. No. Hablaba antes del congreso de Sevilla que no salió bien, pero hay uno que sí salió bien, aquel en el que elegimos a Zapatero y salimos unidos. Parecía entonces que los barones y el aparato querían controlar a través, básicamente, de Pepe Bono, pero la militancia y los delegados eligieron a Zapatero.
P. ¿Rubalcaba ha asumido responsabilidades o ha preferido controlar la sucesión?
R. Uno de sus argumentos para anteponer el congreso ha sido el de decir que esta dirección no estaba legitimada ni para regular el sistema de primarias. No hay que ver intención torticera de controlar nada.
P. ¿Pero anteponerlo a las primarias y no abrir las ventanas?
R. Me parece lo lógico. No entiendo esta especie de debate en el que una cosa parece que anula la otra. Va a haber congreso y va a haber primarias, sí o sí, se está ordenando de una manera que me parece la lógica. Podemos elegir candidato, pero si no tenemos una organización que le dé soporte, que salga a la calle para defender las propuestas del PSOE y conectar con la ciudadanía, sirve más bien de poco. Una persona no hace sola todo esto. Yo soy más partidario del colectivo que del culto al líder. Primero hay que arreglar el partido, darle la vuelta como un calcetín, que es lo que se hace en un congreso, y después ya elegiremos en unas primarias abiertas. Elegir un candidato teniendo debilitado el partido es construir la casa por el tejado.
P. ¿Hay temor a la bicefalia o es miedo a lo desconocido?
R. Parece que hay temor, pero yo no lo tengo. Este partido ya ha funcionado en sus mejores años con esa bicefalia, aunque no lo llamáramos así. Felipe González como referente social y Alfonso Guerra cuidando el partido. Otra cosa fue la época Almunia-Borrell. Que haya una bicefalia o no lo determinará la militancia.
P. ¿Entiende a Eduardo Madina, cree que se ha inmolado, le apoya?
R. ¿Inmolado? No. Creo que está defendiendo una posición. Además de ser mi amigo es un gran referente. Tiene mucho poso político y eso es importante en estos tiempos. Además, es capaz de conectar bien con una parte importante de la sociedad.
P. ¿Se ha enfrentado Madina a Susana Díaz?
R. No lo entiendo así. Ha manifestado sus preferencias y su posición. Me parece bien.
P. ¿Su renuncia a competir es la consecuencia de sus malos resultados el 25-M?
R. Más que una respuesta a unos resultados concretos, es más bien entender que hemos cerrado un ciclo en Euskadi. Soy uno de los secretarios generales que lleva más tiempo. Hemos conseguido cosas que ni imaginábamos, como llegar a la Lehendakaritza, demostrar que se puede gobernar sin ser nacionalista, ser fundamentales en el final del terrorismo. Los ciclos se inician y se agotan y un nuevo ciclo como este requiere nuevas caras. Sobre mi posición en el PSOE, me veo intentando ayudar a acertar, como me he visto siempre.
P. ¿Con resignación?
R. No, con liberación.
P. ¿Ya saben adónde se han ido los miles de votos perdidos?
R. Hemos cometido errores. Creemos que tenemos el mejor proyecto, pero no hemos sabido sacarlo del papel. No hemos demostrado que somos capaces de dar respuesta a tanto sufrimiento. Hay que traducir nuestras propuestas al lenguaje de la calle.
P. Pero esto lo vienen diciendo desde hace mucho...
R. Pensábamos que teníamos el mejor proyecto y que era un aval, pero se ha demostrado que no es un aval.
P. ¿Es creíble el mensaje de renovación dicho por caras desgastadas?
R. Ahora estamos en un periodo para elegir nuevas caras. El ejemplo está en Andalucía. Se hace un cambio con cara nueva que no solo hace creíble el discurso, sino que lo va haciendo real en la actividad del gobierno.
P. Y, por si falta algo, desde su partido hay quien propone un pacto con el PP.
R. Hubo una declaración, pero luego se rectificó. El partido salió casi en tromba para decir que eso no era posible, pero es verdad que todo ha afectado.
P. ¿Qué deben hacer para recuperar el pulso en Cataluña?
R. Ser contundentes con el discurso del PSOE, con el que aprobamos en Granada. Se trata de un modelo que da respuesta no a los nacionalismos, sino a la sociedad catalana, de vivir juntos. Entendemos el agravio, pero estamos dispuestos a corregir y solucionar problemas para mantener un proyecto, a respetar y potenciar su singularidad, a blindar las competencias, a buscar un sistema de financiación que, siendo solidario, sea más justo. El modelo federal da respuesta a muchas cuestiones de la sociedad catalana.
P. ¿Tras el 25-M aún cree que es posible?
R. Espero que haya espacio para el diálogo y la propuesta de soluciones que eviten la fractura social y territorial.
P. ¿Cómo se ve el 21 de julio?
R. (Sonríe). Estaré donde decida la gente de este partido, pero me imagino, como siempre, ayudando. Uno no deja de ser político ni deja de ser socialista. Tengo mucha cultura de partido y me da igual donde esté; aunque sea haciendo los repartos en la calle, seguiré siendo socialista.
P. ¿Pero en Madrid?
R. No, no, en la calle.
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