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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

López y la pérdida de la centralidad

El secretario general del PSE no tenía otra opción que renunciar, al margen de su futuro

Luis R. Aizpeolea

Cinco años después de lograr el sueño del PSE de tener la lehendakaritza y año y medio después de perderla, Patxi López renuncia a la secretaría general de su partido en Euskadi y convoca un Congreso de renovación para septiembre. Al margen de cual sea su apuesta de futuro, previsiblemente con la mirada puesta en Madrid, López no tenía otra opción a la vista de que el PSE obtenía en las elecciones europeas del domingo el peor resultado de su historia (13%), incluso por debajo de la media socialista en España. Un trago muy fuerte para quien hace poco más de un año presidía el Gobierno vasco y al que también pesaban sus más de 11 años al frente de su partido en Euskadi.

A López y al PSE les ha afectado, como al PSOE en general, el recuerdo de la gestión de la recesión económica del Gobierno de Zapatero. Es muy significativo cómo ha mordido en Euskadi Podemos, pese a existir otra opción radical, la de la izquierda abertzale, que también ha obtenido un excelente resultado al revalidar su segundo posición y limar en un punto su distancia con el PNV.

Pero a López y al PSE también les ha afectado y mucho la recuperación de la centralidad política en Euskadi por el PNV de Iñigo Urkullu. No hay que olvidar que López fue lehendakari, con el apoyo exterior del PP, porque la izquierda abertzale estaba ilegalizada por su colaboración con el terrorismo y porque el PNV había perdido la centralidad política al escorarse el lehendakari peneuvista Juan José Ibarretxe por la vía soberanista: el plan de libre asociación con España, primero, y la consulta sobre el derecho a decidir, después. También le ayudó a López en Euskadi su decidida apuesta por la gestión del final de ETA en colaboración con el Gobierno de Zapatero, incluido el proceso de diálogo con la banda terrorista, pese a su fracaso

Pero la caida de Ibarretxe y la recuperación del poder en el PNV del sector pragmático que lidera el tandem Urkullu-Ortuzar, desde fines de la década anterior, le ha achicado el espacio del centro al PSE mientras por la izquierda se lo ha mordido Podemos. Es lo que reflejan los resultados del domingo, pese a que hay que subrayar que López en sus casi cuatro años en Ajuria Enea (2009-2012) hizo una gestión razonable, pero escasamente reconocida por la opinión pública vasca, que sigue siendo mayoritariamente nacionalista y más reforzada aún tras estas elecciones europeas.

Existe una constante en la política vasca. Cada vez que el PNV se escora hacia la radicalidad nacionalista crecen las opciones no nacionalistas, principalmente el PSE y PP. Sin embargo, cuando el PNV se modera recupera la centralidad y desplaza a socialistas y populares.

Todo indica que estas elecciones europeas van a reafirmar la apuesta pragmática del PNV, alejada de la vieja tentación soberanista de Ibarretxe en Euskadi y la actual de Artur Mas en Cataluña. Los desastrosos resultados del PSE, y también del PP vasco, apuntan, más allá del abstencionismo, que hay votantes moderados de estos dos partidos que premian el pragmatismo del PNV y huirían de él como de la peste si entrara a competir con Bildu-EH por quien es más independentista.

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