Díaz acapara todas las miradas en el PSOE tras el éxito en Andalucía
Los resultados del domingo refuerzan el liderazgo de la presidenta de la Junta
En todos los congresos recientes del PSOE, la pregunta siempre es la misma: ¿qué va a hacer Andalucía? Pero tras la decisión de Alfredo Pérez Rubalcaba de ceder el testigo y de abrir el partido en canal, la interrogante se personaliza: ¿qué va a hacer Susana Díaz? Por ahora, no hay respuesta.
Apenas lleva ocho meses como presidenta de la Junta, tras la inesperada dimisión de José Antonio Griñán, y seis como secretaria general de los socialistas andaluces. Un corto periodo de tiempo en el que la sevillana de 39 años ha deslumbrado en un partido ayuno de referentes institucionales —solo gobiernan en Andalucía y Asturias— y de liderazgos orgánicos.
Los resultados cosechados por la papeleta encabezada con el nombre de Elena Valenciano en la comunidad andaluza se interpretan como un espaldarazo a la gestión de Díaz y al “proceso de renovación” emprendido en julio del pasado año, cuando la socialista concurrió a unas primarias exprés que no fueron tales porque sus rivales no pudieron reunir los avales suficientes. Díaz ha hecho una campaña como si fuera ella la candidata, llenando todos los aforos que ha pisado.
El PSOE andaluz ha aportado el 26% de los votos cosechados en toda España por Valenciano, cuando el peso de la población andaluza es del 17,8%. Es un dato del que presumió el secretario regional de Organización, Juan Cornejo, pero que otros dirigentes consideran como “un síntoma de que el proyecto socialista en España va mal”. Solo en Andalucía, Asturias y Extremadura los socialistas han sido los más votados, pero en el caso andaluz por algo más de nueve puntos de ventaja sobre el Partido Popular.
Con estos datos en la mano y ya desde semanas antes de las elecciones, algunos dirigentes de este partido sostienen que Díaz está “legitimada” por las urnas. Lo consideran como un refrendo al Gobierno de coalición que ella preside. Rebaten así el reproche de sus adversarios de que la presidenta de la Junta “heredó” este cargo, pero sin pasar por examen electoral alguno.
La comunidad ha aportado el 26% de los votos del PSOE en toda España
A estos buenos resultados se agarran numerosos dirigentes para opinar que va a ser “inevitable” que Díaz reciba presiones de gran parte del resto de las federaciones para que dé el salto y aspire a la secretaría general federal. “Es la única que puede dar una salida al partido y va a ser muy difícil escaparse de eso”, asegura un dirigente. “Tiene fuerza, legitimidad y autoridad y no le va a quedar otra”, apunta otro.
Fuentes próximas a Díaz aseguran que desde la misma noche electoral ella ya era consciente de esta situación, aunque en ese momento desconocía la decisión de Pérez Rubalcaba de convocar un congreso extraordinario. El secretario general del PSOE le “informó” de este paso este lunes por la mañana, antes de comenzar la reunión de la ejecutiva federal. Es decir, no lo sometió a consultas. De no haberlo hecho, los tambores de relevo estaban preparados para el toque en Andalucía.
Ninguna persona del entorno de la líder socialista asegura saber qué decisión va a adoptar ella. “No sé”, “ni idea”, “ni descarto ni dejo de descartar”, aseguraron varias de las fuentes consultadas. Esta tarde está convocado el pleno de la ejecutiva regional, a la que asistirán los ocho secretarios generales provinciales, para analizar los resultados y el nuevo escenario interno con la convocatoria de un cónclave extraordinario.
Díaz ha dicho “por activa y por pasiva”, como recordó de manera insistente el secretario de Organización, que su “compromiso es con Andalucía”, por lo que siempre ha descartado, en público y en privado, tener aspiraciones nacionales. Aunque tratándose de Díaz, siempre es conveniente añadir el complemento circunstancial de tiempo en estos momentos. “No sé por qué no me creen”, se ha quejado, rozando el enfado, en alguna ocasión cuando sus interlocutores han puesto en duda sus palabras. Estas reiteradas declaraciones comprometen en cierta manera su credibilidad y “ponen en duda su palabra si abandona el proyecto andaluz”, advierte una persona de su círculo.
La líder socialista siempre ha negado tener aspiraciones nacionales
Otros dirigentes consultados creen que Díaz no debe aspirar a la secretaría federal, porque debe consolidar el proyecto que capitanea en Andalucía. “No puede moverse de aquí. Aún le falta ganar las elecciones autonómicas y el escenario del partido con vistas a las municipales es el mejor. Otra cosa es que haga valer el peso del PSOE en Andalucía en el congreso federal”, asegura una de las fuentes. “Aunque la tentación es fuerte, liderar un PSOE tan débil no es un regalo para nadie”, asegura otra.
Aunque no hay datos aún cerrados, los socialistas andaluces estiman que sus afiliados representan ahora el 30% del total del partido. “Con un tercio de la militancia, el haber aportado el 26% de los votos en las europeas y el sacar casi diez puntos al PP en la región, Andalucía podrá jugar no a ser una pieza más, sino a ser la pieza fundamental en el congreso”, sostiene un miembro de la ejecutiva federal.
En esta ocasión y al contrario de lo que ocurrió en el congreso en el que Alfredo Pérez Rubalcaba se impuso por muy pocos votos a Carme Chacón, es seguro que el PSOE de Andalucía no acudirá dividido. Será más bien un bloque bastante compacto detrás de la líder socialista, quien intentará aportar “soluciones” al conjunto de la organización.
Aunque no hay preferencias, sí hay muchas quejas en la federación andaluza del papel, por inexistente, que en esta campaña europea han jugado los supuestos aspirantes a las primarias socialistas Carme Chacón, Eduardo Madina o Patxi López. “Quieren primarias, pero no han dado la cara cuando debían darla. ¿Dónde estaban durante la campaña?”, se preguntó un secretario general.
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