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El peor resultado de la historia del PSOE anticipa la dura batalla interna

El batacazo de los socialistas deja a Rubalcaba y su equipo muy débiles Todos los aspirantes han aguantado hacer visible su aspiración hasta cerrarse las urnas

La batalla por el control del PSOE ha empezado ya. O, al menos, a partir de este lunes empezarán los movimientos visibles que desembocarán en las primarias del mes de noviembre para elegir al candidato para las elecciones generales de 2015, que será el teórico líder del PSOE. Lo hará después del peor resultado de la historia del partido, con solo el 23% de los votos. Unos “malos resultados para el PSOE”, según admitió sin matices anoche su cabeza de lista, Elena Valenciano.

La derrota de los socialistas ante un PP desgastado y debilitado tras dos años en el Gobierno deja a Alfredo Pérez Rubalcaba en situación de máxima debilidad para afrontar ese proceso de renovación. Debilita su poder para encauzar ese proceso, le deja fuera de juego para presentarse y hasta deja en el aire su inmediata continuidad como secretario general del PSOE. El fantasma de la petición de congreso extraordinario asoma en Ferraz.

En la sede del PSOE los datos definitivos provocaron una cierta desolación, traducido en silencio y ausencia de líderes. Rubalcaba comparecerá este lunes después de la ejecutiva. Valenciano no descartó ninguna opción, entre las que está la de anticipar las primarias.

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Empiezan desde este lunes los movimientos visibles, porque algunos de ellos ya han trabajado durante meses en la formación de equipos y la recopilación de apoyos para esas primarias. Pero todos ellos han aguantado hacer visible su aspiración hasta el minuto después de cerrarse las urnas para no ser acusados de desestabilizar el partido en pleno proceso electoral. Carme Chacón, Eduardo Madina, Patxi López y Pedro Sánchez son los cuatro que, de distinta forma, han dejado caer su voluntad de concurrir a esas primarias. Varios de ellos aseguran que tienen intención de esperar al Comité Federal de junio para dar el paso definitivo y fijar su posición.

Alfredo Pérez Rubalcaba carga con el resultado electoral y sus aspiraciones quedan determinadas por los datos del PSOE. En las urnas se examinaba su gestión como líder de la oposición, su capacidad para recuperar el partido desde el, hasta ahora, peor resultado de la historia, el de 2011 y, para eso, puso sobre la mesa la candidatura como cabeza de lista de Elena Valenciano, su número dos y más directa colaboradora en estos años.

El éxito o fracaso depende de las expectativas, y el PSOE tenía la de iniciar el principio del final del ciclo del PP de Rajoy en las europeas con una victoria que le diera oxígeno para las municipales y autonómicas. Pero no lo ha logrado. El PSOE de Rubalcaba no solo no ha remontado sino que ha perdido cinco puntos respecto a las generales de 2011, ha roto su suelo. Respecto a las europeas de 2009 ha perdido más de dos millones de votantes y más de 15 puntos. Su papel ya no será determinante en el proceso futuro de elección de líder ni, antes, en el de primarias autonómicas y municipales. Incluso, su apoyo a un candidato puede ser perjudicial y algún sector del partido puede empezar a pedir desde hoy que la renovación empiece por el aparato del PSOE con un Congreso extraordinario. Se desatarán las hostilidades, en comunidades y Ayuntamientos. En las urnas ayer se medía cómo debe ser el ritmo y calado de la renovación del PSOE y el veredicto ha sido que los socialistas necesitan un cambio profundo. Su resultado solo se atenúa con el rechazo ciudadano al bipartidismo que representan PP y PSOE pero, precisamente, en el debe de Rubalcaba se sitúa el no haber sabido romper la identificación con el PP. Los dos partidos suman menos del 50%, el mínimo histórico. Es decir, al PSOE solo le alivia la enorme caída del PP, el castigo al bipartidismo, mucho mayor que el previsto.

Por eso, del resultado de los socialistas se desprende también una notable fragmentación del voto de la izquierda, donde el PSOE sigue siendo la máxima referencia, pero sin haber podido recuperar apoyos en los dos años en la oposición.

El PP solo compite contra la opción de Vox en su segmento ideológico, más la opción de pérdida de votos hacia UPyD. El PSOE compite contra Izquierda Unida en ascenso y opciones nuevas como Podemos o Equo. El reto del futuro líder del PSOE será recuperar ese voto con una propuesta novedosa, según explicaba anoche uno de los posibles candidatos en las primarias.

Al PSOE solo le ha salvado el resultado en Andalucía, donde le sigue sacando 10 puntos el PP y dado el número de votantes de la comunidad sostiene el batacazo electoral. Tiene el 35% de los votos en Andalucía, es decir, 12 puntos más que en la media en toda España. Susana Díaz refuerza su poder y capacidad de decidir y en su mano está aún más el futuro del PSOE. También Extremadura se mantiene, lo que podría interpretarse como un espaldarazo a la moción de censura en campaña de Guillermo Fernández Vara.

Al PSOE le ha debilitado especialmente la situación del PSC en Cataluña, encajonado entre las posiciones claras de los independentistas y los españolistas, sin encontrar un espacio claro con su propuesta de reforma federal de la Constitución.

Dado que el PSC no deja de tener tensiones internas por su rechazo oficial a la consulta soberanista, con respaldo de Rubalcaba, fuentes del PSOE prevén también que el seísmo en el partido llegue a Cataluña. No obstante, en Cataluña los socialistas mantienen el 14% de los votos, por encima aún del PP.

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