Irrumpe la sombra de la gran coalición

La campaña de las europeas quedó este lunes arrollada por un asunto completamente ajeno a estas elecciones y relacionado solo con las generales de 2015: la posibilidad de un pacto PP-PSOE si el Parlamento queda tan fragmentado que no hay otra opción viable. El PSOE tuvo que cambiar la estrategia prevista y dedicar todos sus esfuerzos a frenar una ola que crecía, alentada por el expresidente Felipe González, que llegó a decir que “si el país lo necesita, lo deben hacer”, al ser preguntado por esa gran coalición.

Alfredo Pérez Rubalcaba tuvo que esforzarse desde primera hora para despejar un asunto que, según admiten dirigentes del PSOE, “crea mucha confusión” entre su electorado porque viene de González, alguien aún con mucho peso entre las bases. “Mientras yo sea secretario general del PSOE no habrá un Gobierno de concentración en España”, aseguró tajante Rubalcaba en Onda Cero. También uno de los probables candidatos a las primarias del PSOE, Eduardo Madina, fue rotundo: “No hay ninguna opción de un pacto de Gobierno con el PP. El PSOE nunca formará una gran coalición con el PP”.

El PSOE insiste en público y en privado en que es imposible y sería un suicidio político. Asegura que ningún líder socialista, aunque quisiera, lograría imponer eso a su partido, que podría acabar como el Pasok griego, que pasó del 44% de votos en 2009 al 12% actual.

Las fuentes consultadas achacan las palabras de González a la gran preocupación que tiene él, y que se extiende en el mundo del poder político y empresarial, por la situación en Cataluña. De hecho, recuerdan que en la entrevista en La Sexta el expresidente aseguró que había hablado con Mariano Rajoy de la crisis catalana. El PSOE propone como salida una reforma constitucional que Rajoy rechaza.

Esa inquietud y la alta probabilidad de que nadie tenga mayoría absoluta en 2015 y no se pueda contar con el habitual colchón de CiU por su apuesta independentista está llevando a empresarios importantes, catalanes y del resto de España, a presionar a la cúpula de los dos grandes partidos para que busquen acuerdos y un gran pacto en 2015. Desde el PSOE aseguran que les contestan siempre lo mismo: una cosa es acordar grandes temas, a lo que Rubalcaba se ha mostrado siempre abierto, y otra un Gobierno conjunto, algo inviable, en su opinión.

El PP, por el contrario, aunque tampoco ve muy viable esa gran coalición, no vive este asunto con el mismo dramatismo porque en su electorado no les genera un gran problema. De hecho, ellos no tienen el voto en la derecha tan fraccionado como está en la izquierda. El propio candidato, Miguel Arias Cañete, alentó la misma idea que González en una entrevista con la agencia Colpisa, pero este lunes en los pasillos del hotel Ritz relativizaba esa apuesta y aseguraba que, en realidad, él se refería a grandes pactos en Europa, donde son imprescindibles para tomar todas las decisiones.

El propio Jean Claude Juncker, candidato del PPE, que ayer hizo campaña con Rajoy en Madrid y aplaudió sus reformas —“los resultados de España hoy en día son impresionantes”—, defendió esos grandes acuerdos entre democristianos y socialdemócratas en Europa. “Tendremos que llegar a algunos arreglos, en el sentido noble de la palabra”, aseguró.

Por el contrario, los demás partidos, que luchan por crecer frente al bipartidismo, estaban exultantes: buena parte de su discurso consiste en alimentar la idea de que PP y PSOE son lo mismo.