Artur Mas califica de “coacción y violencia” el asedio al Parlamento catalán
El presidente de la Generalitat testifica por videoconferencia ante la Audiencia Nacional "Estaba preocupado por la imagen que hubieran dado las instituciones catalanas bloqueadas"
De "coacción y violencia" ha tildado este jueves el presidente de la Generalitat, Artur Mas, los altercados ocurridos durante el asedio al Parlamento catalán el 15 de junio de 2011, cuando un millar de personas se concentró en las inmediaciones de la Asamblea para protestar contra los recortes e impedir la entrada de los diputados, que ese día iban a votar y debatir las enmiendas de los presupuestos autonómicos. En su declaración como testigo ante la Audiencia Nacional, el gobernante catalán ha subrayado sobre el momento en el que se dirigían al hemiciclo: "No sabíamos si estas concentraciones iban a ser violentas o pacíficas, hasta que se produjeran los hechos".
Conectado por videoconferencia desde su despacho de la Generalitat, sentado tras una mesa de madera —sobre esta, un bloc de notas, un bolígrafo, un vaso y una botella de agua— y fijado en un plano en el que se observaba la bandera de Cataluña al fondo; Artur Mas ha detallado este jueves en castellano que el 15 de junio de 2011 se dirigía en coche oficial a la Cámara, cuando un grupo de manifestantes se abalanzó sobre el vehículo, obligándolo a retroceder e impidiéndole la entrada. En ese momento, según ha añadido, los concentrados en las inmediaciones del Parlamento golpearon el automóvil reiteradamente.
"Algunas de las personas que se acercaron tenían una actitud violenta porque daban golpes en el coche e intentaron abrir un par de veces las puertas", ha relatado Mas, que ha incidido en que no puede identificar concretamente a nadie. Después, el presidente ha especificado que preguntó a los servicios de seguridad si existía alguna forma de llegar al Parlamento y, según ha recalcado, estos ofrecieron la medida "muy excepcional" de acceder en helicóptero. "Estaba preocupado por la imagen que hubieran dado las instituciones catalanas bloqueadas, que deterioraba la imagen de la propia realidad catalana y de sus instituciones. Quería dar un sentido de normalidad".
El máximo responsable del Ejecutivo autonómico ha optado por utilizar el castellano en toda su declaración para "evitar confusiones en la traducción", después de que el miércoles hubiera problemas con este sistema. De hecho, el presidente de la Sala de lo Penal, Fernando Grande-Marlaska, ha contado en la sesión del jueves con un segundo traductor. Aunque, eso sí, los contratiempos no han cesado. Y el ex del PSC y ahora en las filas de ERC, Ernest Maragall, también citado como testigo, ha espetado su malestar: "¡Vamos a hacerlo en castellano que terminamos antes!".
Maragall: "Es desmesurado en términos penales"
Además de Artur Mas, otros tres diputados catalanes han testificado por videoconferencia en esta cuarta sesión de la vista oral —que empezó el pasado lunes, cuando los 19 acusados se negaron a declarar—. También desde la Generalitat, el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, ha sucedido al jefe del Ejecutivo: "Si no hubiera sido por los Mossos no habría logrado entrar [en la Asamblea]. Nos asustamos, pero lo relevante es que no nos dejamos vencer por el miedo". A continuación le ha tocado a Jordi Turull (CiU), que ha recordado los altercados que sufrió junto a su compañero Josep María Llop, cuando los increparon y "arrinconaron" en un garaje.
Nos asustamos, pero lo relevante es que no nos dejamos vencer por el miedo aquel día Santi Vila, consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat
Maragall ha cerrado, finalmente, el turno de los políticos. El exsocialista ha aprovechado su declaración para salir en defensa de los acusados en la Audiencia Nacional. "Es desmesurado el planteamiento que se formula en términos penales. Podríamos estar hablando de faltas en el peor de los casos", ha recalcado. Una visión que no comparte la Fiscalía, que les imputa a los 20 procesados —uno se encuentra huido— un delito contra las altas instituciones del Estado y atentado a la autoridad por "agredir", "insultar" y "golpear" a una decena de diputados. En base a ello, exige la imposición de una pena de cinco años y seis meses de cárcel. Una solicitud que el sindicato Manos Limpias, personado como acusación particular, eleva hasta los ocho años, al achacarles también "asociación ilícita". Los abogados de la Generalitat y el Parlamento catalán, por su parte, exigen tres años.
Los testigos llamados por la defensa
"Yo no vi ninguna agresión física. De hecho, eran manifestantes los que protegían a los parlamentarios de los más exaltados", asegura Manuel Delgado Ruiz, profesor de Antropología en la Universidad de Barcelona (UB), citado como testigo por la defensa. Según ha explicado él mismo, que acudió a la concentración para hacer un trabajo de campo sobre este tipo de movimientos sociales, los manifestantes no se mostraron muy violentos cuando tenían "a su merced" a los políticos.
Eran manifestantes los que protegían a los parlamentarios de los más exaltados Manuel Delgado, profesor de Antropología de la UB
Antes ya había declarado el abogado Hibai Arbide Aza, quien hizo especial hincapié en el carácter pacífico de la convocatoria de esta manifestación —en cuya presentación participó—. El letrado ha comentado que no se planteó dicha protesta para impedir el funcionamiento del Parlamento, sino para rodear simbólicamente el recinto: "Las únicas agresiones que yo vi fueron las de los Mossos a la gente que estaba sentada en la calle de Pujades". Con su testimonio y el de Delgado ha concluido la cuarta sesión del juicio, que continuará el 25 de abril. Para ese día está prevista la comparecencia de la entonces presidenta de la Cámara, Nuria de Gispert (CiU), retrasada debido a la convalecencia de la diputada tras una operación quirúrgica.
Los problemas con la traducción
El lenguaje ha enredado a la Audiencia Nacional en la tercera y cuarta sesión del juicio por el asedio al Parlamento de Cataluña. Las declaraciones en catalán de varios de los diputados se han visto alteradas por la deficitaria traducción de sus palabras, que en distintas ocasiones no han sido exactas y han obligado a repeticiones y aclaraciones. De hecho, varios parlamentarios han preferido terminar testificando en español. "¡Vamos a hacerlo en castellano que terminamos antes!", ha espetado este jueves el ex del PSC, Ernest Maragall. Antes, el propio presidente de la Generalitat explicaba que optaría por el español "para evitar problemas de matiz en la traducción" —mientras Grande-Marlaska le insistía en que tenía "el derecho" de declarar en catalán—. Y el miércoles, la exconsejera de Justicia y exdiputada del PSC en el Parlamento, Montserrat Tura, se vio obligada a pasarse de un idioma a otro en su comparecencia: "No siempre la traducción es afinada. En algunos momentos hemos tenido que actuar nosotros mismos de traductores". Ese día, Alfons López Tena (Solidaritat Catalana) también tuvo problemas y la traductora terminó sentada a su lado.
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