Llegan a España los dos periodistas liberados tras seis meses cautivos en Siria

"Estamos bien. Los dos. Ricardo y yo". Eran las 21.20 horas de anoche cuando Javier Espinosa, reportero de El Mundo, llamaba a su redacción y comunicaba que estaba libre, junto a su colega el freelance Ricardo García Vilanova. Con sus palabras –tranquilas, como si quisiera solamente enviar una crónica, según explica la secretaria que lo atendió- acaban 194 días de secuestro de los dos periodistas españoles en Siria.

Horas después, ambos llegaban en un avión militar a la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid. En la pista les esperaban sus familias, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el director general del CNI, Félix Sanz Roldán. "Visiblemente más delgados pero con buen aspecto ambos se han reunido con los suyos", informa El Mundo, que destaca "la sonrisa permanente en el rostro" de la también periodista Mónica García Prieto, pareja de Espinosa, que acudió con los dos hijos de ambos. También estaban los padres de los dos periodistas liberados junto a otros parientes. "Estamos perfectamente", ha asegurado Espinosa, tras apuntar que no podía dar detalles sobre el secuestro.

En aquella primera llamada a la redacción, Espinosa confirmó que ambos se encontraban en territorio turco, tras ser entregados a unos militares en la frontera con Siria, y pidió que llamasen a su pareja, la también periodista Mónica García Prieto, y a los padres de ambos. Las autoridades españolas pusieron en marcha el operativo para su regreso a casa.

El portavoz de las familias, el periodista Gervasio Sánchez, ha confirmado a la Cadena Ser que ha conversado ya con los allegados de sus compañeros. García Prieto, una vez confirmada la liberación, ha publicado un tuit en el que refleja la alegría de estas últimas horas: "Felicidad pura", escribía.

Espinosa y García Vilanova fueron capturados el pasado 16 de septiembre, cuando intentaban salir de Siria tras dos semanas cubriendo el conflicto entre partidarios y detractores del presidente Bachar el Asad. Se encontraban a la altura del checkpoint de Tal Abyad, en la provincia norteña de Raqqa, cuando milicianos del ISIS (Estado Islámico de Irak y Levante) los apresaron, junto a cuatro miembros de Ahfad Al Moutapha, una rama del Ejército Libre de Siria (ELS), también contrarios al régimen pero contrarios a los islamistas, en esa guerra dentro de la guerra generada en el seno de los opositores sirios. El ISIS es quien domina ahora por completo esta zona del país. Desde entonces, no han trascendido detalles de su cautiverio. Solo cuando su situación se hizo pública, el 10 de diciembre, Sánchez confirmó que los dos habían sido vistos en noviembre, juntos y en buen estado.

El pasado 4 de octubre también fue secuestrado en Siria, por los mismos islamistas, el enviado especial de El Periódico de Catalunya, Marc Marginedas, liberado el pasado 2 de marzo también vía Turquía. En su caso, relató que había sido escondido en diversos lugares del país.

Tanto Espinosa como Vilanova son reporteros avezados, que llevan décadas cubriendo zonas de conflicto como Siria. Espinosa (Málaga, 1964) se inició en este campo en 1994 y ha informado desde todos los grandes escenarios de este tiempo, de los Grandes Lagos a las Primaveras Árabes, una labor que le ha reportado premios como el Rey de España, el Ortega y Gasset o el Cirilo Rodríguez. El fotógrafo García Vilanova (Barcelona, 1972) lleva 15 años trabajando en información internacional, colaborando con medios como Reuters, France Presse o Al Jazeera en Haití, Afganistán o Libia. "Todos, en Siria, no hacían otra cosa que cumplir con su trabajo: informar", resumía Malen Aznárez, presidenta de RSF España, cuando se dio a conocer su secuestro.

Actualmente en Siria, según esta organización, hay 30 periodistas retenidos, de los que nueve al menos son extranjeros. En todo 2013 se registraron 48 secuestros en el país. Desde que comenzaron los levantamientos contra el régimen, en marzo de 2011, calculan que 25 informadores profesionales han sido asesinados, entre ellos Marie Colvin y Remi Ochlik, muertos en Homs durante un bombardeo, en la habitación anexa a la que se encontraba Javier Espinosa.