“Los secuestradores amenazaron con cortarles una oreja a los niños”
Llega a Madrid uno de los dos menores raptados en Bolivia para extorsionar a su madre
Manuel, 11 años, se ha reencontrado este viernes con su padre, Jorge C., en el aeropuerto de Madrid-Barajas. El pequeño ha llegado escoltado por dos agentes de la Sección de Secuestros y Extorsiones del Cuerpo Nacional de Policía que participaron el lunes en su liberación y en la de su hermano Francisco, un bebé de tres meses, secuestrados durante siete días en Santa Cruz (Bolivia). Los raptaron para extorsionar a su madre, Noelia Pérez Magaña, una mujer de Yecla (Murcia) que está presa bajo la acusación de ejercer como mula (transportista) de un kilo de cocaína. Los niños eran la garantía para que pagara a los narcos el dinero de la venta de la droga. "Amenazaron con cortarles una oreja", ha explicado la policía.
"El peligro era que dejaran de pedir un rescate y los convirtieran en dinero, en un país con un alto índice de tráfico de menores y de órganos", han destacado los agentes. El riesgo se multiplicaba a medida que el cuidado de los pequeños —a los que separaron— pasaba de una persona a otra. El hermano mayor llegó a estar con cuatro individuos diferentes. "Y se preparaban para dárselo a unas quintas manos", ha detallado un policía. Al bebé también lo custodiaron dos personas distintas. "En su caso, resultaba más complicado encontrar quién lo cuidara, ya que sufre problemas intestinales y necesita una leche especial".
Los policías recalcaron que este bebé —de padre boliviano e hijastro de uno de los arrestados— aún permanece en la nación sudamericana, en un centro de menores, a la espera de que algún familiar de dicho país o de España lo reclame. Por su parte, el mayor ya se ha reencontrado este viernes con su padre, un ciudadano también boliviano y con residencia en Yecla.
La historia del secuestro comienza después de que Noelia Pérez Magaña, que vivía desde hace tres años en una habitación de Santa Cruz, aceptase transportar un kilo de droga hasta España. La mujer eludió el control policial del aeropuerto de El Prat (Barcelona), pero fue detenida el 16 de marzo en Murcia con 35 gramos de cocaína —parte de la mercancía— y 16.000 euros. Una vez presa le fue imposible pagar a la organización el dinero de la venta de la droga. Entonces, los delincuentes secuestraron a los pequeños, que habían quedado al cuidado de Álex, un antiguo compañero sentimental de la madre.
"Antes, durante unos días, estuvieron solos en el pequeño apartamento. Y Manuel cuidó de su hermanito", ha comentado un agente que ha incidido en que los secuestradores —entre los que se encuentra la actual pareja de Magaña y padrastro del bebé— amenazaron con dañarlos si no abonaban el rescate (2.000 euros).
Los agentes españoles, en colaboración con la policía boliviana y tras iniciar la negociación con los raptores, localizaron a los niños, los rescataron y detuvieron a los cuatro supuestos secuestradores. "Manuel estaba muy desconcertado", ha concluido el CNP.
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